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Ana Gabriela Ross dejó huella de valentía y entrega. La misa por su eterno descanso se efectuará hoy, a las 11 a.m., en la Iglesia Virgen de Loreto, en Pavas.
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Adiós a una mujer valiente
Ana Gabriela Ross falleció ayer, pero su legado seráperdurable. El país la recuerda como una líder humanista
Pablo GUERÉN CATEPILLÁN / Al Día
Dedicada al servicio, humanista y amiga de todos, Ana Gabriela Ross falleció ayer en la madrugada. Deja una huella imborrable.
“El mayor legado de Gabriela fue una vida dedicada al servicio público con honestidad y firmeza. Me dijo que su epitafio debía ser: "Fue una mujer valiente". Eso mismo pienso yo”, recordó su hermana, la periodista y abogada Marjorie Ross.
Lo mismo creen todos los que la conocieron. Muchos de ellos acudieron ayer a la Funeraria del Recuerdo, en Barrio Don Bosco, San José, para recordar la obra y frases de esta líder nacional.
Una de sus amigas más cercanas, la exviceministra de Salud, Xinia Carvajal, comentó que “Gabriela siempre trató de humanizar lo que hacía. En eso nada la detuvo”.
En junio pasado, a Ana Gabriela se le diagnosticó un cáncer de colon que ayer, a las 3 a.m., le hizo partir y puso de luto a la política, al servicio público y a la tierra que hasta se sacudió de la pena. Estaba en la casa de una de sus hermanas, en Cariari, Heredia.
San José vio nacer a Ana Gabriela Ross hace 48 años. Hija de Wálter Ross y Ofelia González, fue la cuarta de siete hermanos. Casada y separada en dos oportunidades (Hernán Morales y Gerardo Simón), tuvo una hija, María José.
La doctora Ross falleció, ayer a las 3 a.m., víctima de un cáncer. La foto es de mayo del 2002, cuando Ross agradeció a la Negrita haber ganado la presidencia del PLN.
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Luchadora
Antony Cascante, cuidacarros de la Iglesia María Reina de Pavas, pasaba ayer a las 3:14 p.m. por la Funeraria del Recuerdo. Vio mucha gente y preguntó quién había reunido a tantas personas. Le respondieron que había fallecido Ana Gabriela Ross. Todo cambió.
La sonrisa que traía se borró y se quedó largo rato triste, mirando la fotografía rodeada de flores de la doctora, la exviceministra de Salud, la expresidenta Ejecutiva del AyA, la expresidenta del PLN, su amiga. Con ella, hasta hace algunos meses, conversaba de todo y sobre todo a la salida de la misa.
Esa era Ana Gabriela Ross. Sencilla, conversadora, pero siempre dispuesta a mostrar su gallardía. Cuando el 29 de agosto del 2002 presentó su renuncia a la presidencia del PLN, lo hizo afirmando que “estoy con las manos amarradas. Aquí no hay capacidad de acción para lograr la reestructuración que se me encomendó”. No la tembló la voz.
Luis Guillermo Solís, su compañero como Secretario General verdiblanco, afirmó que el mayor ejemplo de Ross fue que “era una mujer de gran consistencia, entereza y entrega. Fue valiente, persona muy querida”.
Xinia Carvajal agregó que Ana Gabriela siempre “vio que detrás de cada institución o servicio público hay personas con necesidades. Ayudar era su lema, su vida, y en eso nada la detuvo, ninguna dificultad. El cáncer no le ganó esa batalla, porque su huella siempre quedará”.
José Miguel Corrales asevera que “ha muerto una mujer valiente ante la adversidad y la crisis. Me permito decir que en el peor momento del PLN, con dos derrotas consecutivas, ella valientemente dijo: ‘yo pongo mi nombre para salir adelante’. Su mano se notó”.
Antonio Álvarez Desanti expresa que Ana Gabriela Ross fue “una mujer que abrió brecha en un país donde prevalecía el machismo y se pensaba que las instituciones debían ser manejadas por hombres. Ella asumió con un gran liderazgo el manejo y la dirección de programas sociales, demostrando que se podía ser una gran ejecutiva con alto sentido humano”.
Ross será velada hoy a partir de las 8 a.m. en el Balcón Verde en Sabana Oeste. La misa por su eterno descanso se efectuará hoy a las 11 a.m. en la Iglesia Virgen de Loreto, en Pavas.
“Supo vivir. Disfrutó la vida. Dio vida. Esa fue Ana Gabriela”, concluyó Marjorie, su hermana.
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