Domingo 21 de septiembre, 2003. San José, Costa Rica.

Se nos fue Ana Gabriela

Osvaldo PANDOLFO

En la madrugada del pasado martes falleció la Dra. Ana Gabriela Ross González. Me correspondió conocerla al inicio de la década del 70, cuando este servidor jugaba baloncesto con la Universidad de Costa Rica y a la vez era el entrenador, junto con mi compañero “Mango” Aymerich, de la Primera División femenina del Alma Mater.

A un entrenamiento del equipo femenino llegó una muchacha delgada, de buen tamaño para este deporte y que deseaba probar suerte.

Esta distinguida dama era Ana Gabriela y en poco tiempo comencé a conocerla y admirar su positivismo, su trabajo en equipo y su gran calidad humana. Además del baloncesto también practicó el voleibol por un tiempo y posteriormente se alejó como deportista activa y dedicó gran parte de su tiempo para terminar la carrera de medicina.

Sin embargo, siempre la encontrábamos en el Gimnasio Nacional observando baloncesto o voleibol o en el estadio manudo apoyando a su querida Liga.

Ana también estuvo casada con Hernán Morales - gran exjugador del Deportivo Saprissa - y de cuya unión nació su única hija y el gran amor de su vida María José.

Como se puede concluir el deporte y Ana Gabriela siempre tuvieron una excelente relación.

Algunos años después me correspondió nuevamente compartir con esta gran costarricense en el campo político. Primeramente como compañeros de trabajo en el gobierno del Dr. Oscar Arias, ella como Directora de Salud y este servidor como Viceministro de Agricultura y Ganadería. Más recientemente en la campaña política de don José María Figueres.

En todas estas experiencias pude valorar una tremenda capacidad de trabajo, honestidad, transparencia y su permanente preocupación por los más necesitados.

Que diferente sería nuestra política si tuviéramos muchos dirigentes como Ana Gabriela Ross.

Mi última conversación con ella fue vía telefónica estando internada en el hospital, ya con la enfermedad muy avanzada y su respuesta tierna y optimista fue: "Gracias por tu llamada, aquí estoy luchando duro por la vida, por favor rezá mucho por mí".

Esa respuesta me conmovió y me demostró lo que fue ella en la vida, luchadora, positiva, optimista, amorosa y con una gran espiritualidad.

Su funeral fue una despedida como ella se lo merecía, la iglesia repleta de gente - de todos los partidos políticos -, muchas rosas blancas, palabras conmovedoras y colmadas de amor como las de su valiente y querida hija María José que nos hicieron llorar a todos.

Nuestro país perdió una gran mujer que todavía tenía mucho que dar, pero su gran obra continuará en el cielo al lado del Señor.

| PORTADA | NACIONALES | SUCESOS | OPINIÓN | SOCIEDAD | OVACION | EL NORTE |
| INTERNACIONALES | SERVICIOS | USTED OPINA | PURA VIDA | ESCRIBANOS |

© 2003. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr

EDICIONES ANTERIORES

Favor completar los siguientes campos:

Email: *

¿Quién ganará el partido del domingo entre Liberia y Saprissa? *

* campo requerido.

Ver resultados