Domingo 21 de septiembre, 2003. San José, Costa Rica.

“Lo espero con vida”. Claudia Ortiz no pierde las esperanzas de encontrar con vida a su esposo y eso es lo que le pide a diario a Dios. Rafael PACHECO / Al Día

Tres meses de oscuridad

Gilda GONZÁLEZ / Al Día

Han pasado tres meses desde la noche en que el taxista colombiano Ancizar Hurtado Castaño, de 42 años, desapareció en San Antonio de Belén: su caso continúa siendo un misterio no solo para su esposa, sino para la policía judicial.

Pese a las investigaciones en torno a este caso, no se tiene ninguna información sobre lo ocurrido al extranjero, en qué sitio puede estar y si está vivo o muerto.

Tampoco se cuenta con algún rastro del vehículo en el que viajaba el extranjero la noche del 10 de junio (día de su desaparición) en su labor como taxista informal.

Todo esto ha convertido el caso en un misterio para las autoridades, así como para su esposa, la colombiana Claudia Ortiz, con quien tiene un niño de 10 meses.

La única información con la que cuenta el OIJ es una llamada anónima que recibió un taxista informal, compañero de Hurtado, pocas horas después de que desapareciera y en la que le indicaban que habían lanzado el cuerpo del colombiano en el sector de El Alto de las Palomas, en Santa Ana.

La llamada se hizo desde el celular de Hurtado.

Pocos días después de ocurrido el hecho, las autoridades recuperaron ese teléfono en el sector de La Carpio en La Uruca y lograron confirmar que efectivamente la llamada anónima se había efectuado.

Después de esas dos cosas, la policía no encontró ningún otro elemento que les ayudara a esclarecer el extraño hecho.

Durante los primeros días después de la desaparición, las autoridades peinaron El Alto de las Palomas, para verificar la información anónima, pero no se tuvo ningún resultado.

Ancizar Hurtado Castaño, de 42 años, desapareció el 10 de junio y no se supo más de él. En la gráfica con su hijo Bryan, ahora de 10 meses.

“Esto ha sido una gran angustia... Todos los días me levanto pensando en esto. Uno no sabe nada, es una angustia terrible, por lo menos uno encontrara el cuerpo si es que lo mataron pero ni eso... Yo lo único que hago a diario es pedirle a Dios que esté vivo”, dijo Claudia, visiblemente afectada.

Ella tampoco ha recibido algún mensaje o información ni de parte de Hurtado ni de nadie.

“Yo sé que él no se fue por sus propios medios. A él se lo llevaron y algo le hicieron. Mi esposo me hubiera dicho algo y nunca me hubiera dejado con Bryan (el hijo de ambos). ¡Si nuestro hijo son los ojos de él! Jamás iba a dejar ni un día sin verlo. Hasta se lo llevaba a trabajar a veces con él...”, añadió Claudia.

La mujer conversó el viernes con Al Día, en la casa donde alquila un cuarto en La Rivera de San Antonio de Belén de Heredia.

Calvario

Cuando sucedió el hecho, Claudia laboraba en un bar-restaurante de esa localidad herediana, pero fue despedida, según explicó, a raíz de lo ocurrido.

“El dueño no quería que el lugar se viera involucrado con la desaparición de mi esposo. Estuve un mes muy desubicada y después busqué trabajo otra vez. Yo estoy sola en este país con mi hijo y tengo que salir adelante por él”, indicó.

El OIJ ha rastreado a Hurtado en diversas partes del país, incluido en las aerolíneas y en las fronteras y el resultado ha sido negativo.

En medio de este dolor e incertidumbre, Claudia resiente la ausencia de la familia de Hurtado en todo esto.

“Ellos me llamaron desde Colombia durante el primer mes de perdido y después nunca más volvieron a comunicarse conmigo. Yo tampoco los llamo, porque es mucho el dinero que debo gastar y no tengo más que para mantenernos mi hijo y yo. No sé por qué las cosas son así... Ahora no sé nada de ellos. Mi familia es la que me ha apoyado desde Colombia”.

Solo con el apoyo de algunas colombianas que viven con ella, ha tenido que visitar la medicatura forense para reconocer cuerpos de algunos fallecidos, pero en todos obviamente el resultado ha sido negativo.

El dueño del vehículo que usaba Hurtado como taxi, también ha ido a los planteles del OIJ a rastrearlo, pero tampoco lo encuentra.

“Lo que hago todos los días es llenarme la cabeza con que está vivo y que nos vamos a volver a ver pronto”, insistió Claudia.

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