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Recuerdos
“No me quejo de casi nada de lo que conseguí. Sólo me faltó jugar en el Mundial 90”, dice Enrique Díaz, a quien vemos aquí en su oficina, en el estadio Ricardo Saprissa.
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Vivito y picando
“El zancudo” Díaz es uno de los visores de liga menor del Saprissa
Francisco CARBALLO / Al Día
Pasó a la historia como uno de los mejores futbolistas que ha tenido el Deportivo Saprissa. Su nombre se asocia con el estandarte del fútbol alegre.
En la década de los 80 y 90, Enrique Díaz, el “Zancudo”, fue gran figura de los morados, por su estilo de juego caracterizado por sus jugadas de fantasía, en la banda izquierda, que perdurarán por años en la retina de los amantes del fútbol.
El “Zancudo” llegó al Saprissa en la campaña 1983-84, procedente del Herediano, donde jugó cuatro años. Antes lo había hecho en Limón y en San Ramón.
En la adolescencia, en su natal Limón, alternaba el fútbol con los estudios de bachillerato.
Debutó en Primera División el domingo 17 de abril de 1977, cuando su equipo, Limón, cayó ante Puntarenas, tres goles a uno, en el estadio Lito Pérez. En esa ocasión sustituyó a César Hines.
Enrique festejó su primer gol el domingo 19 de febrero de 1978, en el Lito Pérez, en el minuto 80. En aquella oportunidad, Limón empató a un gol con Puntarenas.
Tras 20 años de carrera futbolística, se retiró el 4 de febrero de 1997. Jugó con cuatro equipos, actuó en 676 partidos oficiales, anotó 88 goles y lo expulsaron en 17 ocasiones.
“Gracias a Dios fui un jugador muy regular, en una época donde se practicaba un fútbol más vistoso y se jugaba con amor. Siempre me caractericé por ser un jugador con mucha disciplina y sacrificio. Y mi estilo de celebración llamó mucho la atención del aficionado”, reconoce el popular “Zancudo”.
Espinita
Sin embargo, su sacrificio y disciplina no fueron suficientes para estar en la primera presencia mundialista del fútbol costarricense, a pesar de estar involucrado en todo el proceso eliminatorio.
“No me quejo de casi nada de lo que conseguí. Sólo que me faltó jugar en el Mundial de Italia ‘90. Considero que no fue culpa de Bora Milutinovic. Sí lo fue de quien le malinformó de mí, lo mismo que de Evaristo Coronado, Pastor Fernández, Leoni Flores...Eso no se me borrará jamás”, confiesa.
A pesar de que todas las épocas son diferentes, Enrique sostiene que el fútbol nacional ha mejorado muchísimo a raíz de los dos mundiales (90 y 2002).
“Se ha renovado bastante, siento que la presencia en los mundiales hizo que los actuales jugadores sean más maduros. Además hay una muy buena geración de futbolistas jóvenes, con gran futuro”.
Uno de ellos es el florense Junior Díaz, hijo de Enrique, que ya hace sus primeras armas en el fútbol nacional.
“Siempre trato de aconsejar a mi hijo, le digo que trabaje bien duro y con mucha disciplina y sacrificio, para que logre grandes cosas”, agrega el exjugador.
En la actualidad, a sus 44 años, Enrique Díaz trabaja con las ligas menores del Saprissa.
Ahí se encarga, junto a otros exjugadores morados, de supervisar el proceso de las bases saprissistas en cada una de las filiales.
Antes había laborado en una fábrica de Bolsas Plásticas y además se ha dedicado a su escuela de fútbol.
Dejó huella
Nombre: Enrique Alberto Díaz Harve
Fecha de nacimiento: 23 de febrero de 1959.
Equipos: Limón, San Ramón, Herediano y Saprissa.
Debut: 17 de abril de 1977, ante Puntarenas.
Goles: 88
Títulos: 1 de CONCACA (4 con Saprissa y 1 con Herediano)
Comida: La limonense
Color: Beige
El Saprissa: Es un orgullo para cualquier jugador
Programa favorito: Los Mousters
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