Domingo 28 de septiembre, 2003. San José, Costa Rica.

Luis Fernández cambió su estilo de vida luego de sufrir dos infartos, hace tres años. Hoy habla de la necesidad de controlar el estrés.

Escuelas del corazón

Sufrieron al menos un infarto, pero no se rinden. Conozca a quienes luchan contra uno de los males más comunes en Costa Rica

Neyssa M. CALVO ACHOY / Al Día

Luis Fernández, de 49 años, siempre fue amante del ejercicio. Tenía una buena dieta y ningún vicio pero, como muchos costarricenses, sufría de estrés.

Fue gerente de una empresa trasnacional durante 16 años hasta que dos infartos –ocurridos el 12 de setiembre del 2000– cambiaron su vida para siempre.

Además:

  • ¡Ayúdese!
  • Ataque cardíaco
  • Obstrucción fatal
  • Una guía
  • Vital bombeo
  • Contra las presas
  • Como calcadas, historias similares a la suya se cuentan a diario entre quienes asisten a los programas de rehabilitación cardíaca del Hospital San Vicente de Paul, en Heredia, y en el Centro Nacional de Rehabilitación Dr. Humberto Araya Rojas (Cenare), en La Uruca.

    Allí, quienes sufrieron infartos comparten sus experiencias, se dan apoyo y ánimo, se aconsejan y aprenden a vivir de una manera distinta. Por eso, Luciano Ortiz, terapeuta cardiovascular y coordinador del programa cardíaco, en Heredia, las llama “escuelas del corazón”.

    Solo en el 2001 se reportaron 4.984 personas internadas en los centros hospitalarios de la Caja Costarricense de Seguro Social por enfermedades del corazón. De ellos, fallecieron 523. En el 2000, por esas causas murieron 446.

    Aferrados a la vida

    El Hospital San Vicente de Paul, en Heredia, organiza un programa de rehabilitación cardíaca para 600 personas, entre quienes se cuenta Fernández. Ellos asisten, de una a tres veces por semana, al segundo piso de la Panadería Esquivel, al costado este del centro médico herediano.

    El espacio es pequeño, pero eso no parece importar. Cada hora, 30 personas se apoderan de las máquinas de ejercicio y de la mesa de ping pong ubicadas en medio del salón.

    Primero calientan unos 10 minutos y después se despliegan hacia las bicicletas estacionarias o simplemente empiezan a bailar al ritmo de la música que siempre los recibe y los alegra durante la terapia.

    El miércoles 10 de setiembre no fue diferente. El grupo de las diez de la mañana ya tenía 40 minutos de trabajo y afuera, en una banca, empezaban a aglomerarse –en licra, buzo y zapatos de hule– los de la clase siguiente.

    Doña Margarita Soto, de 60 años, esperaba ansiosa que el reloj marcara las 11:00 a.m., para empezar su sesión. Mientras tanto, empezó a contar parte de su historia. Sufrió dos infartos en el 2000 y desde entonces asiste a la rehabilitación. En el Hospital México, le diagnosticaron un 40 por ciento de bloqueo en las coronarias y además es diabética e hipertensa. Hoy sigue al pie de la letra el tratamiento médico, y espera en los próximos días ser sometida a una prueba de esfuerzo para controlar, entre otras cosas, las pulsaciones de su corazón y el bombeo de la sangre.

    Sin embargo, confía en Dios que saldrá airosa de la prueba. “He recibido desde consejos para alimentarme hasta la rutina de ejercicios para mejorar mi estado de ánimo y físico. Desde que participo en el programa me siento mucho mejor”.

    Lo mismo dicen Elieth Rodríguez, de 67 años, quien sufrió un infarto hace dos años; Abelisa Rodríguez, de 70 años y candidata a cirugía de corazón; Virgilio Gerardo Víquez, con dos infartos e igual número de marcapasos, y María Luisa González, de 72 años, víctima de un infarto hace cuatro.

    Luciano Ortiz, terapeuta, cuenta que el éxito consiste en la atención individualizada y que todos se sientan como una familia. “No solo son pacientes, sino parte integral de las actividades que se realizan”.

    Comenta que los pacientes llegan llenos de temor, pero cuando empiezan a sentir los beneficios del ejercicio y la importancia de mantenerse ocupados ... son otros.

    De todo el país

    En el Cenare, 198 personas también luchan a diario para mejorar su calidad de vida con información, ejercicio y grandes dosis de motivación.

    Son referidos de diversas partes del país, entre ellas Puntarenas, Liberia, Santa Cruz, Quepos, Limón y Sabalito, frontera con Panamá. Así lo señaló la Dra. Yancy Uribe, coordinadora del programa.

    Precisamente, el miércoles 10, doña Guadalupe Villareal, de 77 años, viajó desde Puntarenas en ambulancia para asistir a la terapia. A las 7:30 a.m. ya estaba haciendo ejercicio en la plaza del Cenare, y a las 9:00 a.m., escuchó una charla sobre los cuidados del corazón.

    Sufrió un infarto en diciembre del año pasado, pero ahora dice sentirse “alentada y trato de caminar a mi paso, evitar molestias. El dolor que se siente es muy fuerte y no quiero volver a sentirlo. También me cuido de comer con poca sal, azúcar y evitar las grasas... eso se lo digo ahora a mis hijos y nietos”.

    La escuchan con atención José Enrique Villalobos, de 58 años, y Fabiola Solano, quienes también son parte del programa del Cenare y, como doña Guadalupe, sienten que su estado físico y emocional cambió radicalmente luego de entrar en el programa de rehabilitación. Aprendieron que la vida no acaba tras un infarto o un daño en el corazón.


    El programa de Rehabilitación Cardíaca, en el Hospital de Heredia, ofrece a los pacientes estabilidad física y emocional.

    ¡Ayúdese!

    Los siguientes son factores que con frecuencia son encontrados en las personas que han sufrido ataques del corazón:

    1. El fumado hace que el corazón lata más rápidamente, aumenta la presión arterial y reduce la luz de los vasos sanguíneos de la piel. Además, tiene un efecto dañino sobre los pulmones.

    2. Las personas hipertensas (con presión alta) deben ser controladas pues esa situación produce daños no solo en el corazón sino también en los riñones, el cerebro y otros órganos.

    3. El colesterol es otro enemigo del corazón, pues su exceso puede depositarse en las paredes de las arterias y producir aterosclerosis. Para mantenerse dentro de los límites normales, se deben reducir las comidas que tienen un alto contenido de colesterol, como el huevo y el hígado, entre otros. Es prudente consultar al nutricionista.

    4. La tensión se considera otro factor de riesgo en las enfermedades coronarias. Las personas agresivas e impacientes son más propensas a sufrir un ataque cardíaco que las tranquilas y pacientes. Si se enfrenta a una situación de difícil manejo, haga ejercicios de relajación.

    5. La tendencia a sufrir un ataque del corazón se puede heredar. Si existe esa posibilidad, se pueden prevenir a tiempo con control médico.

    6. La diabetes o azúcar en la sangre se debe a la falta de insulina en el cuerpo. Si el paciente no es tratado a tiempo, aumenta el riesgo de un infarto del miocardio o un derrame cerebral.

    7. La falta de ejercicio. Las personas inactivas pueden tener más riesgo de un infarto, pues el ejercitarse estimula la circulación de la sangre, mejora el trabajo de los músculos y ayuda a prevenir obesidad. Aunque debe tener en cuenta sus limitaciones y consultar previo a un especialista.

    8. Si una persona tiene sobrepeso, su corazón debe trabajar más fuerte para suplir la sangre que demanda el exceso de tejido grasoso. Así que siga las instrucciones del médico, pues no solo reducirá el peso sino que desarrollará hábitos correctos de alimentación.


    Virgilio Gerardo Víquez ejercita su cuerpo una vez a la semana en los altos de la panadería Esquivel, en Heredia. Asegura sentirse bien desde que empezó la rehabilitación.

    Ataque cardíaco

    Un ataque cardíaco o infarto del miocardio se produce cuando hay una obstrucción o bloqueo de las arterias coronarias, mediante las cuales el corazón recibe el oxígeno y los nutrientes.

    Cuando sucede un infarto, una parte del músculo del corazón queda sin funcionar al no recibir parcial o totalmente el flujo de sangre u oxígeno que necesita.

    Los síntomas son: sensación de opresión o dolor en el pecho o en los brazos, cuello, mandíbula y la espalda. Algunos ataques se acompañan de deseo de vomitar, náuseas, sudoración, falta de aire y mareos. Ante cualquier sospecha cálmese y siga las recomendación de su médico.

    Luego de un infarto, el período de recuperación es lento, pues en un primer momento el paciente debe disminuir su actividad física. Ello puede provocar depresión. Sin embargo, después del reposo, se puede asumir de nuevo la rutina de trabajo.


    Obstrucción fatal

    El cardiólogo Carlos Calderón Calvo, del Hospital San Juan de Dios (HSJD), asegura que la obstrucción de las arterias es uno de los problemas cardíacos más frecuentes.

    Ésta, de hecho, es una de las principales causas de internamiento por enfermedad cardiovascular junto con el infarto y la hipertensión cardíaca.

    Calderón agrega que cuando se detecta una falla en el corazón, es fundamental que el paciente mantenga una actitud positiva, pues existen tratamientos que permiten continuar una vida bastante normal.

    Lo más importante, insiste, es tratar de llevar un estilo de vida tranquilo, hacer ejercicio y tener una buena alimentación. Precisamente, ése fue el mensaje del Día Mundial del Corazón, ayer.


    La Dra. Yancy Uribe, coordinadora del programa en el Cenare, cuenta que todos los pacientes son valorados y se les toma la presión para prevenir complicaciones.

    Una guía

    Para aprender a vivir con una enfermedad del corazón o superar el trauma que queda tras un infarto, las nutricionistas Marlene Roselló y Sonia Guzmán, del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa), publicaron una guía llamada “Alimentación saludable para el corazón”.

    Está escrita en un lenguaje sencillo y los 1.000 ejemplares existentes empezarán a distribuirse entre los pacientes del programa de rehabilitación del Cenare.

    Roselló comentó que contiene información general sobre el corazón e incluye dietas balanceadas en harinas, vegetales, frutas y carnes.


    La terapia de rehabilitación del Cenare empieza a las 7:30 a.m. A esa hora, desde Puntarenas, llega doña Guadalupe Villarreal en busca de consejos para continuar una vida normal. Sufrió un infarto en diciembre pasado.

    Vital bombeo

    Para comprender qué es lo que ocurre cuando hay un ataque cardíaco es necesario saber qué es y cómo funciona el corazón.

    Se trata de un músculo poderoso que bombea la sangre a través de las arterias hacia todas las partes del cuerpo. La sangre contiene oxígeno y sustancias nutritivas indispensables para el funcionamiento de todo el cuerpo.

    La parte derecha del corazón recibe toda la sangre del cuerpo y la bombea hasta los pulmones, donde se purifica y recibe el oxígeno. Mientras que la parte izquierda recibe la sangre con oxígeno que viene de los pulmones y la bombea a través de la arteria aorta hacia el resto del cuerpo.


    Contra las presas

    El Dr. Longino Soto Pacheco, jefe del servicio de Cardiología del Hospital México, asegura que cada vez más costarricenses tienen problemas cardíacos.

    En ese centro médico, la lista de espera para cirugía de corazón es de 280 pacientes. Por eso, espera implementar un proyecto para disminuir la presa en cardiología.

    “Se instalaron dos salas de cirugía improvisadas para atender la demanda, que se unirán a las 14 disponibles. Trataremos de salir adelante en el horario normal, y si no se trabajará en tiempo extra”, cuenta el Dr. Soto.

    El especialista insiste en que la forma de combatir los males del corazón es con educación: convencer a la gente de seguir un estilo de vida más sano.

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