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Estos gemelos, Darwin y Víctor Martínez, son los mejores estudiantes de la Telesecundaria de San Rafael de Pocosol. Para llegar a clases caminan una hora y media todos los días.
José Rivera/Al Día

Estos sí son héroes

Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA

Pocosol, Cutris y Los Chiles.- Proyectos educativos, estudiantes destacados y mejores promedios, son resultados de maestros que luchan a diario contra las adversidades.

Y es que la mayor parte de esas deficiencias son palpables a simple vista en centros educativos de Los Chiles, Upala, Guatuso y Pocosol.

El Norte/Al Día hizo un recorrido por 15 escuelas, colegios y telesecundarias de esos lugares y pudo comprobar las deficiencias pero, sobre todo, la mística con que estudiantes y docentes se las ingenian para salir adelante.

Un ejemplo muy claro es la Telesecundaria de San Rafael de Pocosol, ubicada a escasos 15 kilómetros de la frontera con Nicaragua.

Además:

  • Ejemplares
  • Ahí los estudiantes van a clases en aulas improvisadas, el comedor apenas está en pie y los libros son escasos.

    A pesar de ello, unos 40 estudiantes luchan por salir adelante, incluso, organizaron un campeonato de fútbol para recaudar fondos y comprar útiles, así como libros para el colegio.

    De la misma manera, se puede mencionar a la escuela de El Carmen de Cutris, San Isidro de Pocosol, Isla Chica, la escuela de Río Tico y el centro educativo de Carrizal, en Pocosol, entre otras.

    “Aquí las necesidades son muchas. Hay pocos estudiantes y trabajamos en una sola aula, pero la alimentación y la falta de material didáctico afecta nuestro trabajo y el aprendizaje de los niños que caminan mucho para venir a clases”, comentó la maestra de la escuela de Carrizal, Idalí Durán Corrales.

    En la Zona Norte estudian aproximadamente 125.842 alumnos en primaria, secundaria y preescolar.

    Ellos asisten a 1.117 centros educativos, de los cuales el 35 por ciento son unidocentes, según el Ministerio de Educación Pública (MEP).

    Bajas notas

    Las diferencias entre la Zona Norte y el Valle Central son evidentes en las cifras. Por ejemplo, en la Zona Norte la promoción en bachillerato fue de 43,4 por ciento (promedio entre los porcentajes de Upala, San Carlos y Los Chiles).

    En San Ramón, ese mismo porcentaje fue de 66.34 por ciento, uno de los promedios más altos.

    Además, el índice de deserción es alto, ya que según datos del MEP a nivel nacional es de 12,3 por ciento mientras que en San Carlos es de 13,9 por ciento.

    Upala es otro de los cantones con más casos, ya que tiene un 14,1 por ciento.

    En primaria, la deserción en todo el país alcanza el 4,5 por ciento, pero en San Carlos llega al 6,3 por ciento, y en Upala alcanza el 4,6 por ciento.

    Un estudio efectuado por el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) en enero del 2004 reveló serias deficiencias en la educación que se imparte en Los Chiles, Upala y Guatuso, cantones donde se concentran las mayores deficiencias en toda la región.

    Altos porcentajes de analfabetismo y un mayor porcentaje de deserción son parte de esas situaciones.

    En ese informe, se revela que de los 40.543 estudiantes que se matricularon en primaria en Los Chiles, Guatuso y Upala durante el 2003 solo 7.075 ingresaron a un colegio académico o técnico.

    Además, agrega el estudio que apenas 1.333 personas de esos cantones tiene estudios universitarios.

    “Queremos brindarle continuidad a estos estudios, pues nos preocupa que no más del 20 por ciento que termina la primaria pasan a secundaria en esos cantones”, manifestó Róger Carvajal, presidente Ejecutivo del INA.

    Uno de los grandes retos de la Zona Norte, es que miles de estudiantes extranjeros se adapten a nuestro sistema educativo, ya que, en su mayoría, son quienes desertan de las escuelas o colegios.

    En el Ministerio de Educación reconocieron que existen muchos problemas por resolver en la región. Sin embargo, señalaron que existen proyectos que se impulsan para mejorar la educación, aumentar el rendimiento y mantener a los estudiantes en el sistema educativo.

    El MEP intenta reducir los porcentajes de deserción, construir, al menos, cuatro colegios y cinco escuelas más.

    En este momento, se estima que hay un faltante de 120 aulas en la región norte.

    También, al menos 15 centros educativos no cuentan con transporte de estudiantes producto del mal estado de las vías de comunicación y la falta de oferentes para el servicio.

    “Aquí es muy difícil el transporte de los estudiantes, incluso, de los mismo docentes. Los estudiantes deben lidiar con el barro y la lluvia”, comentó Eliécer García Mercado, maestro de la escuela de El Carmen de Cutris.


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    Julián Castillo es amante del fútbol y del estudio. Su historia es motivo de inspiración para muchos. Él es el mejor promedio de todas las escuelas fronterizas.
    José RIVERA /Al Día

    Ejemplares

    San Rafael de Pocosol.- Serios, de pocas palabras, un gran espíritu emprendedor y muchísimas ganas de salir adelante.

    Así son los gemelos Darwin y Víctor Martínez, vecinos de la Aldea en Pocosol y estudiantes de la Telesecundaria de San Rafael de Pocosol.

    Ellos caminan una hora y media, todos los días, para llegar a clases.

    “Salimos como a las 5 de la mañana. En invierno se nos complica un poco, pues el barro es mucho, pero ahí no la jugamos”, asegura Darwin, quien junto a su hermano son los mejores promedios de todo el colegio con notas superiores a 97.

    Un sueño

    Las dificultades económicas también son un problema serio, no sólo para ellos, sino también para muchos de sus compañeros, quienes aspiran a terminar la secundaria y soñar con continuar los estudios universitarios.

    “Es difícil con los cuadernos y tener material en el colegio, pero queremos salir adelante. Tenemos muchas necesidades pero eso no nos detiene”, agregó Víctor.

    Ambos se han caracterizado por las buenas notas desde la escuela. Sin embargo, nunca han obtenido un reconocimiento.

    “A veces la lejanía, el mal estado de los caminos y la falta de transporte nos impide que muchos estudiantes muy distinguidos puedan participar en concursos”, aseguró el coordinador del centro educativo, Alejandro Vargas.

    Estos dos estudiantes y el resto de compañeros no olvidan aún la promesa que les hizo el ministro de Educación, Manuel Antonio Bolaños, el 15 de setiembre del año pasado.

    “Dijo que todos los estudiantes tendrían una beca, que tendríamos una infraestructura adecuada y tendríamos más material para estudiar”, recordó Darwin.

    Los estudiantes también reclaman la falta de una biblioteca adecuada que les permita mejorar sus conocimientos.

    “Un sentimiento de muchas ganas por estudiar, una necesidad de salir adelante y una gran oportunidad de superación, es lo que me motiva a levantarme todos los días y asistir al colegio sin importar lo largo que quede”, asegura Darwin, quien comparte con su hermano en el grupo de octavo año.

    “Trabajaré en la finca”
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    Wagner Valerio Murillo es el fiel de reflejo de una realidad en las zona alejadas. Él es le mejor promedio de su escuela pero asegura que no irá al colegio, por el contrario, ayudará con trabajo a la economía familiar.
    José RIVERA /Al Día

    El Carmen de Pocosol.- Con botas de hule para evitar el barro,con una sonrisa de oreja a oreja pero sin dejar de lado la realidad de su comunidad, Wagner Alberto Valerio Murillo asiste a clases en la escuela El Carmen de Cutris.

    Es el mejor promedio de entre 20 estudiantes más, quienes a diario luchan contra lluvia, dificultades económicas, falta de recursos y hasta de instalaciones adecuadas para estudiar.

    “Él no baja de 95, es muy buen estudiante y digno de un reconocimiento por su dedicación, al igual que sus compañeros, quienes sortean cientos de dificultades para estudiar”, aseguró Eliécer García Mercado, maestro de ese centro educativo.

    Wagner ya tiene sus metas trazadas.

    “Me gusta mucho la escuela, pero cuando termine me iré a trabajar a a la finca”, dice sin titubear el menor, quien cursa el sexto grado.

    La explicación a esta respuesta es muy obvia: el colegio más cercano está a 17 kilómetros por camino malo, donde en invierno es imposible transitar.

    Además, no existe transporte escolar que permita el traslado de los estudiantes, menos de personas de la comunidad.

    No al colegio

    “Estudiar es muy bonito, pues uno tiene muchas oportunidades para aprender, pero no quiero ir al colegio”, agregó, mientras otros niños lavaban sus pies en una tubo cercano a la escuela.

    Muchos asisten sin zapatos para no ensuciarlos en el espeso barro, que mancha sus camisas y blusas blancas todos los días.

    El fervor y las ganas de aprender se reflejan con cada paso que estos estudiantes dan en la tierra “a pata pelada”, sin importar el frío ni la lluvia.

    “Las dificultades son muchas, las ganas son muchas. Sin embargo, a veces la lejanía y la forma de ser de las personas de la comunidad impide que estos niños sigan sus estudios secundarios”, agregó el director del centro educativo.

    ¡Brillante!
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    Las dificultades que pasan muchos niños son evidentes en la infraestructura de los centros educativos. Este es el caso de la escuela de El Carmen de Cutris. José RIVERA
    /Al Día

    Coopevega de Cutris.- Julián Castillo tiene algo que lo hace brillante.

    Él es el primer promedio, entre estudiantes de cuarto grado de 23 escuelas de Cutris. En todas sus materias tiene nota 100, a excepción de Estudios Sociales, en la que obtuvo 99.

    Este niño de 10 años, amante de la lectura y el dibujo, debe caminar casi cuatro kilómetros para llegar a la escuela de Coopevega, en Cutris.

    “A veces lo llevamos en carro, pero la mayor parte del tiempo es a caballo, incluso, muchas veces a pie”, explicó su madre, Roxana Mora.

    Las ganas por estudiar y aprender lo invaden a tal punto, que cada mañana se levanta temprano para salir corriendo al aula, comenta su madre con orgullo.

    Julián quiere estudiar Ingeniería Civil en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), pero primero dice: “Voy a terminar como se debe la escuela y entrar al colegio Capitán Manuel Quirós”.

    En su casa no hay electricidad, así que el agua fría lo despierta todas las mañanas.

    Amante del fútbol, él mismo con la ayuda de su padre construyó una cancha para jugar en el tiempo libre.

    Presidente

    Sus ganas de ayudar al progreso de su escuela lo llevó a lanzarse a la candidatura para la presidencia de su escuela.

    Ese puesto lo alcanzó tras formar un partido llamado PAZ (Partido Acción Zafiro), con el que ganó las elecciones el 26 de mayo del año anterior por una diferencia de 31 votos.

    “Quiero ayudar con la construcción de una aula de cómputo, comprar basureros y llevar la segunda lengua a mi escuela”, aseguró este niño, amante también de las matemáticas.

    Su padre, Julián Castillo, y su hermana Laura, le ayudaron a escoger los colores de la bandera del partido y a formar su plan de gobierno.

    Sin duda, este niño es una enseñanza para muchos otros, pues, pese a sus dificultades económicas, sus notas son excelentes y es un ejemplo de la Zona Norte.

    “A él le encanta estudiar. Nos sorprendió con que quería ser presidente, nos preguntó que si lo apoyábamos e inmediatamente le dijimos que sí”, comenta su padre.