Jueves 1 de abril, 2004. San José, Costa Rica.


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Con todo
Salvador Carmona de México, llega fuerte a la marca y se lleva la pelota y a Jewisson Bennett. A los mexicanos les bastó el primer tiempo para vencer a la Selección.
EFE/Al Día

A medio ver

Milton MONTENEGRO

A dos meses para que inicie lo serio, para que arranque la eliminatoria ante Cuba, México nos dejó en evidencia.

A los mexicanos le bastó el primer tiempo para mostrarnos la realidad del equipo de Sampson. El mister debe poner las barbas en remojo y abrir los ojos, porque de lo contrario la factura se la pasarán durante la ruta mundialista.

La Selección no solo se vio lenta, sin ideas, sino que cometió varios pecados que aprovechó un cuadro que juega en conjunto, que se le ve el colmillo que posee como es el plantel azteca.

La escuadra nacional lució defensiva en el primer tiempo, donde hizo solo un remate directo y no pudo sacudirse del dominio y control de la pelota de los mexicanos.

La Tricolor mejoró en el segundo periodo, llegó más, creó opciones de gol y en varios minutos opacó al rival, pero lo hizo cuando tenía dos tantos en contra, cuando los equipos se animan, porque en un amistoso da lo mismo perder por uno o por goleada.

Avisados

Lo malo: Se le concedió la iniciativa al rival y no hubo recursos para marcar diferencia en el medio campo.

Esto provocó que el plantel siempre estuviera contra la pared, no se inquietó en la ofensiva, donde Froylán estuvo aislado y sin servicios que lo dejaran en ventaja contra la zaga adversaria.

Otro yerro: En el primer tiempo la defensa fue fácil de vulnerar, para muestra los dos goles. En el primero nos pasearon y a De Lemos lo crucificaron. En el segundo, un error de Junior Díaz, quien se animó al ataque, pero quien no regresó, originó el contragolpe. Todos los defensas fueron a la marca del balón y descuidaron a Diego Martínez, quien llegó solo por la izquierda.

Uno más: Qué mal en la definición, hubo cuatro opciones, dos de Junior, una de Bryce y una de Saborío y en todas la pelota terminó en el cuerpo del portero Oswaldo Sánchez.

Lo bueno: La Selección jugó con otra actitud en el segundo lapso. Actuó de igual a igual, apretó la salida azteca y creó más fútbol por las bandas.

Se dejó de cometer tanta falta innecesaria y en el aspecto individual, algunos dejaron buena imagen como los arqueros Jara y De Lemos, así como Alonso Solís, quien ingresó enchufado en el partido.

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