Lunes 5 de abril, 2004. San José, Costa Rica.


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muerto
Entre los cuatro hombres que se suicidaron el sábado en Madrid figuraba Aarhane Ben Abdelmajid Fayet (foto inserta), un tunecino descrito por las autoridades españolas como líder del grupo acusado de perpetrar los atentados del 11 de marzo.
AFP/Al Día

Desmantelan red terrorista

Madrid/ AP. El cabecilla de los atentados perpetrados contra la red ferroviaria de Madrid, el 11 de marzo, estaba entre los cuatro sospechosos que se suicidaron el sábado con explosivos durante una redada policial, dijo ayer el ministro del Interior de España, Ángel Acebes.

En una conferencia de prensa, Acebes informó que entre los cuatro dinamiteros suicidas figuraba Aarhane Ben Abdelmajid Fayet, un tunecino descrito por las autoridades españolas como líder del grupo acusado de perpetrar el acto terrorista que dejó 191 muertos.

“El núcleo del grupo que llevó a cabo los ataques ha sido arrestado o murió en el suicidio colectivo de ayer, incluido el jefe del comando de operaciones”, señaló Acebes. Uno de los muertos tenía un cinturón con explosivos amarrado a su cuerpo, dijo el ministro.

La policía también encontró 200 detonadores del tipo utilizado en los ataques del 11 de marzo y en una bomba descubierta el viernes en un tramo de vía férrea, y que fue detonada en una explosión controlada, dijo Acebes.

Querían seguir ataques

El funcionario añadió que la policía encontró 10 kilos de dinamita en el apartamento donde los cuatro sospechosos se suicidaron con explosivos cuando se acercaba la policía.

La intención de los sospechosos era continuar los ataques, pues algunos de los explosivos estaban preparados y conectados con detonadores, indicó Acebes.

El suicidio colectivo del sábado a la noche en Leganés, periferia sur de Madrid, permitió prácticamente desmantelar el conjunto de la célula integrista considerada la autora de la matanza de Madrid.

Fuentes de la lucha antiterrorista indicaron que el líder del grupo era una persona que la policía conocía y buscaba, pero contra la cual no se dictó orden de captura internacional porque los investigadores estaban seguros de que se encontraba en España.

Fuentes cercanas a la investigación, indicaron que nuevamente el uso de teléfonos celulares por parte de extremistas islámicos, permitió seguir una pista. Un análisis por satélite permitió descubrir el momento en que utilizaron una tarjeta telefónica para activar un teléfono móvil. Ello permitió su localización.

Otro teléfono celular, utilizado para activar una bomba que no estalló, fue hallado en el interior de una mochila el 11 de marzo en uno de los trenes que fueron blanco del ataque en la estación de trenes de Atocha. Ello permitió a los investigadores seguir la pista de dos indios vendedores de esos teléfonos y de tres marroquíes, entre éstos Jamal Zugam, que regentaba un locutorio en el popular barrio madrileño de Lavapiés.

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