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Sospecha
Las autoridades sospechan que varios jóvenes venden drogas en las afueras del Liceo Roberto Brenes Mesén, en Hatillo. Esta fotografía ilustrativa se tomó a las 2:15 p.m. del miércoles.
José RIVERA/Al Día
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Extraños tras la malla Alejandra MADRIGAL ÁVILA
alemadrigal@aldia.co.cr
Un delgado jovencito desliza la mano izquierda por la malla del colegio y le hace una disimulada señal a un muchacho que está dentro del centro educativo.
Se queda allí unos segundos y luego cruza la calle para ubicarse en la acera de enfrente. A la salida de las clases, se ve con algunos alumnos de esa institución josefina y con ellos intercambia bromas y, sospechan las autoridades educativas locales, les vende drogas.
Entre el miércoles y el jueves, un equipo de periodistas y corresponsales de este diario, visitaron escuelas y colegios de San José, Cartago, Quepos, Alajuela, Guanacaste y Puntarenas y constataron que estas escenas se repiten en algunos de ellos.
Wilfrido Blanco, viceministro Académico del MEP, y Rocío Solís, coordinadora de la Oficina de la Niñez y la Adolescencia del MEP, califican de grave la situación imperante en algunos centros, y temen que se convierta en un problema nacional. Diversas estrategiasLas autoridades educativas sostienen que la mayoría de los expendedores de drogas tienen sitios fijos para realizar la venta.
Según lo constató Al Día, los supuestos distribuidores esperan a los estudiantes en las afueras de los centros educativos, a la salida de clases.
Grupos de dos a cuatro personas se colocan en sitios claves y venden, por ejemplo, cigarrillos de marihuana a ¢1.500 o ¢2 mil.
Los vendedores también tienen otras estrategias. La subdirectora del Liceo de Alajuelita, Guiselle Brenes, expresa que atraviesan una situación “muy difícil” pues los expendedores son antiguos alumnos que se visten con el uniforme celeste e ingresan al centro.
Una situación similar se vive en el Liceo de Quepos, donde el director Guillermo Abarca, confirmó tener identificado a un estudiante de 17 años que vende droga en la institución.
En el Colegio Roberto Brenes Mesén, de Hatillo, el director Gilberto Ureña reconoció que “la institución no escapa a esa realidad” y por eso construyen una malla doble.
En Quepos, la directora de la Escuela República de Corea, Marjorie Mora, manifestó preocupación por los indigentes que pasan por el antiguo y abandonado cementerio local.
Autoridades de los colegios Vicente Lachner Sandoval de Cartago, el Diurno de Esparza, el Vargas Calvo de San Pedro y el Liceo del Sur en San José también reportaron la presencia de extraños en las afueras de esos centros.
Para la coordinadora de la Oficina de la Niñez, Rocío Solís, “el caso más grave se presenta en las afueras de un colegio en Alajuela”. Muchos atendidosEl MEP estableció desde hace dos meses, la norma de revisar los bultos de los estudiantes para impedir la portación de armas y el trasiego de drogas.
Pero el ministerio no tiene un reporte de lo decomisado hasta ahora, pues cada centro educativo realiza la inspección según los criterios de cada director.
Sin embargo, los datos oficiales del 2003 confirman que en ese año se atendieron 5.311 estudiantes por consumo de drogas. De ellos, 3.361 eran hombres: 1.157 eran escolares y 2.204 colegiales.
Las autoridades atendieron por esa misma razón a 1.950 estudiantes mujeres, de las cuales 891 pertenecían a colegios y 1.059 a escuelas.
Solís, del MEP, ratificó que trabajan con el OIJ para detener los pequeños carteles de drogas presentes en las afueras de instituciones educativas. Otras preocupacionesQuienes rodean escuelas y colegios también generan violencia entre estudiantes, sobre todo por conflictos entre barras.
También se observan hombres mayores que estacionan carros en las afueras de las instituciones para acosar a las adolescentes.
“Vienen muchos 'maes' y algunos son guapos. A veces nos llevan a pasear”, confiesa una joven de 16 años y estudiante del Vargas Calvo, en San Pedro.
Ella no se asusta por los ofrecimientos de los hombres de carros con vidrios polarizados y radio a todo volumen.
El MEP desconoce si existen estudiantes que hayan sido atendidos por abuso sexual.
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Mucha atención
El Liceo de San José es solo uno de los centros educativos donde, se supone, extraños intentan vender droga a los estudiantes.
Alexánder OTÁROLA/Al Día
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Voces de alerta Información de los corresponsales: Estela MONTERROSA (Cartago), Julio PEÑA (Guanacaste), Mauricio SOLANO (Quepos) y Ronny SOTO (Puntarenas).
Directores, padres de familia, alumnos y vecinos dan la voz de alerta sobre visitantes con comportamientos preocupantes en las afueras de varias escuelas y colegios.
Guiselle Brenes, subdirectora del Liceo de Alajuelita.
“Tenemos el caso de exalumnos, quienes piden prestados uniformes e ingresan a la institución a causar problemas. Nos urge hacer algo para revertir esta situación”.
Gilberto Ureña, director del Colegio Roberto Brenes Mesén, Hatillo.
“El colegio no escapa a esa realidad y nos preocupa, pero pienso que la situación es manejable. Estamos realizando esfuerzos ingentes para levantar la imagen de la institución.
Marjorie Mora, directora de la Escuela República de Corea, Quepos centro.
“Hemos tenido menos problemas que el año pasado, pero se nos complica por la cercanía del antiguo cementerio, donde se concentran drogadictos. Mandamos cartas a la Fuerza Pública pero no hemos tenido respuestas”.
Guillermo Abarca, director del Liceo de Quepos.
“Tenemos identificados, por diferentes fuentes, entre los mismos estudiantes y profesores, a las personas que potencialmente están involucradas con la venta de droga”.
Elizabeth Granados, madre de estudiantes del Colegio San Luis Gonzaga, Cartago.
“A mis hijos varias veces los han asaltado en las cercanías del San Luis, los chapulines los siguen y los amenazan con un puñal para quitarles el reloj o la cadena”.
Carlos Mena Mena, director de la Escuela Arturo Torres Martínez, de Esparza.
“Le encontramos una cuchilla a un niño de primer grado. El niño nos dijo que se la había encontrado en la calle; en realidad no sabemos si se la encontró o no”.
Francisco de Paula Rojas Martí, director del Liceo Dr. Vicente Lachner Sandoval, Cartago
“Lamentablemente, todos afrontamos el problema de los merodeadores que venden drogas y realizan actos delictivos en los alrededores de las instituciones. Hemos tratado de coordinar con la comandancia y el OIJ, pero no hemos tenido suerte. Cuando es necesario, llamamos a las autoridades y ellos hacen una ronda, pero la verdad es que falta vigilancia”.
Rafael, estudiante del Liceo Dr. Vicente Lachner Sandoval, asaltado el viernes.
“Venía por la plaza y dos tipos me toparon, uno me pegó con el codo por la cara, me quebró los dientes y me robó el reloj. Venía solo para clases y estaba como a 200 metros del colegio”.
Edwin Quesada, subdirector del Liceo del Sur, San José.
“En esa zona hay una realidad grande y cruda, sumamente marginal, grandes focos de drogadicción y es inevitable que esa gente no ronde las instituciones”.
Escenas para pensar
Las autoridades educativas están preocupadas por la presencia de personas extrañas en las afueras de las escuelas y colegios. Estas imágenes, que ilustran algunas de las inquietudes de los educadores, fueron captadas el miércoles pasado.
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A la espera
11:43 a.m.Autoridades y vecinos del Liceo de Alajuelita sospechan que un joven vende droga allí, pues siempre espera la salida de los estudiantes.
José RIVERA/Al Día
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Lote peligroso
12:10 m.d. Estudiantes del Liceo de Alajuelita atraviesan un lote baldío. Las autoridades sospechan que en ese lugar son acechados por expendedores de droga.
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ALARMA
11:35 a.m. Profesores y directores de centros educativos están preocupados, pues las colegialas serían víctimas de acoso por hombres que estacionan sus carros cerca de los centros educativos.
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En la mira
2:55 p.m. En esta propiedad, al frente de la Escuela Leonidas Briceño, de Nicoya, grupos de indigentes consumen licor por la tarde y noche. Sin embargo, a las 2:55 p.m, no había nadie en ese lugar.
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Entre drogadictos
9:25 a.m. Los estudiantes del Liceo del Sur y la Escuela República de Nicaragua, ubicadas en Barrio Cuba y Cristo Rey, respectivamente, deben cruzar zonas frecuentadas por drogadictos.
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En 30 instituciones
Para realizar este reportaje, se visitaron 10 escuelas y 20 colegios ubicados en poblaciones de Atención Prioritaria, según el Plan de Vida Nueva, que es la estrategia estatal para combatir la pobreza.
En muchos de ellos, grupos de jóvenes parecían tomar sitios “estratégicos” para aparentemente expender droga, asaltar a los alumnos y acosar a las estudiantes. En cuatro escuelas y dos colegios no se observaron personas fuera de la institución, ni grupos de muchachos.
Durante el recorrido, Al Día constató que no había policías cerca de los centros educativos, pero los directores de éstos afirman que “llegan” cuando se les llama.
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