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SEGURIDAD
Policías italianos patrullan los alrededores del Coliseo de Roma, como parte del incremento de las medidas de seguridad en toda Italia, debido a las celebraciones de la Semana Santa, y al temor de posibles atentados terroristas.
EFE/Al Día
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Redoblan seguridad en Roma
Roma, Italia/ EFE. Los miles de turistas que esta Semana Santa visitan Roma encontraron una vigilancia antiterrorista sin precedentes, con especial atención en el Vaticano y sedes oficiales, como la Presidencia de la República, donde incluso se ha levantado una barrera antikamikazes.
Con una altura dos metros de alto, que circunda el acceso principal a la sede de la Jefatura del Estado, se constituye en uno los signos más evidentes del despliegue policial.
Menos “visible” es el dispositivo de seguridad en torno al Vaticano, ya que muchos de los agentes que participan en él visten ropa informal, aunque no pasan desapercibidos los controles a los visitantes de la Plaza y Basílica de San Pedro. Días especiales
Los responsables de seguridad de la Santa Sede miran con especial atención, pero sin particular alarma, al Vía Crucis del Viernes Santo, que tendrá lugar como es tradicional, en el Coliseo, y a la multitudinaria misa Pascual del Domingo de Resurrección, el próximo 11 de abril.
Sin embargo, desde el Vaticano se quita hierro a las especulaciones sobre supuestas amenazas de extremistas, y se subraya que el Papa Juan Pablo II y todos sus colaboradores no han cambiado sus rutinas.
De hecho, su Santidad realizó recientemente un recorrido en un coche descubierto entre los fieles que asistieron a la misa de Ramos.
Medidas similares, extensibles también a centros comerciales y hoteles, se adoptan en otras ciudades italianas que son meta del turismo internacional como Florencia, Venecia o Milán, que estos días se verán abarrotadas.
Paralelamente a la vigilancia de los objetivos más sensibles, las autoridades han estrechado el control sobre inmigrantes árabes que residen en el país, incluso con redadas como la puesta en marcha el pasado viernes contra 161 personas, en su mayoría marroquíes, que frecuentaban ambientes considerados propios del extremismo islámico.
A su vez, las fuerzas del orden prestan especial interés al alquiler de apartamentos y de vehículos, con orden expresa a las empresas del sector de dar cuenta de los casos en los que un cliente árabe pague en efectivo.
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