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Autoridades nicaragüenses manejan varias opciones para contrarrestar el alza en el pre cio de los combustibles.
Foto ilustrativa/Al Día
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Constantes alzas en petróleo
Managua, Nicaragua/EFE. El poder Ejecutivo nicaragüense tiene elaborados tres planes “de emergencia” ante el constante incremento en los precios internacionales del petróleo, que incluyen drásticas medidas generales, informaron ayer fuentes legislativas.
Los planes fueron exigidos la semana pasada por la Comisión de Infraestructura del Parlamento, a los funcionarios del Instituto Nicaragüense de Energía (INE), para que los ponga en rigor el Presidente de la República, Enrique Bolaños.
Pese a que la Asamblea Nacional está en receso por las vacaciones de Semana Santa, la Comisión recibió a Fernando Ocampo, director de hidrocarburos del INE, a quien le había exigido la preparación de esos planes de emergencia energética.
Fuentes legislativas informaron a la prensa que Ocampo informó que el Ejecutivo aprobó una serie de medidas para el “escenario 1”, que se aplicaría si el precio internacional del barril de petróleo se fija entre $35 y $39. “En tal situación, el Gobierno ordenaría un plan de ahorro a todos los niveles (consumo domiciliar, empresarial y estatal) y negociaría con los transportistas un mejor uso del combustible”, manifestó a las fuentes parlamentarias.
Ocampo señaló que para el “escenario 2”, que se concretaría si el precio internacional del crudo oscila entre $40 y $49, el plan contempla reducir la jornada laboral y restringir el funcionamiento de los centros de recreación.
También se restringiría la circulación de vehículos y la venta de combustible, y se racionaría el consumo de electricidad.
En el “escenario 3”, si el barril supera $50, el Ejecutivo declararía estado de emergencia energético, fijaría el control del precio y hasta suspendería el año escolar.
Diputados liberales, como Víctor Guerrero y Wilfredo Navarro, así como el sandinista, Agustín Jarquín, miembros de la comisión, afirmaron que propondrán una reforma a la Ley de Hidrocarburos con la idea de reformar transitoriamente el impuesto al petróleo y sus derivados, para que no sean los consumidores los que sufran el impacto de esos aumentos en el precio internacional del crudo.
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