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Este hombre, de apellido Araya y conocido como “Pantera”, fue detenido el martes a las 9:10 p.m. en el barrio El Jardín, de Ciudad Quesada. La policía le considera como el mayor distribuidor de droga del cantón.
Rafael PACHECO/Al Día
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Golpe al narco Álvaro SÁNCHEZ C., redactor
Mildred MARÍN, Corresponsal
Ciudad Quesada.- El martes en la noche, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de San Carlos dio el más grande golpe al narco en los últimos tres años.
Tras el operativo, realizado en el barrio El Jardín de Ciudad Quesada, a las 5 p.m., se detuvo al principal distribuidor y vendedor de droga de todo el cantón de apellido Araya y conocido como “Pantera”, a quien se le decomisaron 40 gramos de cocaína pura y 200 gramos de “crack”, con lo cual podrían prepararse 2 mil piedras de esa droga con un valor de ¢2 millones en la calle.
La droga estaba encima de la cama del cuarto principal, pero aún no estaba preparada, por lo que se presume que sería distribuida a finales de la semana. En la casa, también se decomisó un arma calibre 22 y gran cantidad de utensilios que hacen pensar a la policía que cocinaba la droga en la vivienda.
Asimismo, la policía encontró varios celulares y agendas con teléfonos, según una fuente judicial, pertenecientes a contactos en la región. El OIJ le decomisó unos ¢500 mil en efectivo.
Fuentes de la Sección de Estupefacientes del OIJ indicaron que Araya, de 36 años, es un reconocido infractor a la ley de sicotrópicos. De hecho, ya había cumplido dos condenas por ese delito en la Unidad de Admisión de La Marina.
Antenoche, cuando se le detuvo, tenía ocho meses de haber salido de la cárcel, por lo era muy cauteloso con la venta de droga, ya que sabía que la policía lo estaba siguiendo.
Durante el operativo, también se arrestó a un joven de apellido Quirós, quien es el novio de una estudiante detenida el 12 de marzo anterior en el Colegio Nocturno de San Carlos, con 86 piedras de “crack” (ver recuadro).
Ese joven quedó en libertad. Sin embargo, el OIJ asegura que se le seguirá una investigación. Solo por teléfono“Pantera” se cuidaba los pasos, según el OIJ, pues sabía que era seguido muy de cerca por la policía.
Incluso, hacía las ventas por teléfono y nunca portaba la droga, ya que pedía a los revendedores -se supone que manejaba una red importante de alrededor de 10 personas- recogerla en su casa. El OIJ asegura que también reclutaba mujeres para vender el producto.
Además, el sospechoso solo viajaba en taxi, pese a que manejaba grandes cantidades de dinero y se cambiaba de casa constantemente. Nunca portada droga y dinero juntos.
“Pantera” vivió algún tiempo en el barrio La Cruz, en San Luis, y, por último, en el barrio El Jardín, desde hace 15 días.
La policía presume que Araya hacía los pedidos de droga por teléfono a un fuerte distribuidor de León XIII, en Tibás de San José.
Recibía la droga y posteriormente la preparaba y, por medio de llamadas telefónicas, la ponía en la calle.
A consecuencia de las medidas extremas de seguridad que tomaba “Pantera”, para la policía fue difícil infiltrar a un colaborador dentro del círculo de adictos y revendedores que tenía el sospechoso.
Sin embargo, por seis meses se le hizo un seguimiento y el martes a las 4:30 p.m. se efectuó la última compra con billetes marcados. Luego, la policía ingresó a la vivienda.
El operativo se extendió a eso de las 10 p.m., pues la policía buscó droga en el cielorraso y en otras partes de la casa, ubicada, a unos 500 metros sur del Liceo de San Carlos.
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