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Eficacia El 17 de agosto, la rápida acción de la Fuerza Pública, y la oportuna y valiente intervención de un vecino, evitaron que se escaparan tres delincuentes que acababan de asaltar la sucursal del Banco de Costa Rica en barrio Amón. Archivo/Al Día
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Golpes a bancos por ¢83 millones
Agencias extreman seguridad en fin de año Rodolfo MARTÍN rmartin@aldia.co.cr
A ¢83,7 millones asciende el perjuicio económico infringido por el hampa a ocho entidades bancarias en lo que va del año, golpes que han quedado marcados por la más absoluta improvisación.
Así lo registran las estadísticas de la Oficina de Planes y Operaciones (OPO) y la Unidad de Análisis Criminal (UAC) del OIJ y lo califican los expertos en asaltos.
En lo que va del 2004, un total de 39 delincuentes dieron 10 golpes, de los cuales cinco están esclarecidos. Sin embargo, en los últimos cinco años, en 45 golpes, los antisociales le han asestado a los bancos nacionales y privados atracos por ¢686.365.324, según la misma fuente de información. (Ver nota adjunta).
El perjuicio más fuerte ocurrió el 23 de
julio del año pasado, cuando dos costarricenses robaron ¢63 millones
de la agencia del Banco Popular en Desamparados.
ImprovisaciónLos robos a bancos, mutuales o cooperativas de carácter financiero, obedecen más a una reacción instintiva que a una acción planificada.
“Los asaltos de este año, ejecutados por grupos en los que casi siempre hay una mezcla de extranjeros y costarricenses, fueron ejecutados por delincuentes comunes que asaltan comercios y quienes, ante una ocurrencia, optan por un poco más de riesgo con la idea de obtener más dinero”, comentó un experimentado agente del OIJ.
En las acciones participan el jefe del grupo, los que penetran a las oficinas, los choferes y los “campanas”.
El asalto bancario pareciera no disminuir, pese a que la mayoría de las entidades reforzaron su seguridad, la policía mejoró su capacidad de respuesta y el OIJ aumentó su porcentaje de esclarecimientos.
Ningún otro año, desde 1999 hasta ahora, había registrado la cantidad de 10 asaltos bancarios, según la estadística policial.
Sin embargo, a juicio de un jefe policial del OIJ, nuevas medidas de protección adoptadas en las agencias “desestimula esa actividad delictiva. Es probable que, por esa razón, ahora los delincuentes más bien actúan en los alrededores de los bancos contra los clientes y mensajeros que vienen saliendo”, expresó.
El calificativo de “bandas” solo puede achacársele a las que integraron hace algunos años un grupo de venezolanos y otro de italianos.
Los actuales golpes, presuntamente, son de tipo “artesanal” y por parte de gente “chapucera”, según la policía.
Los venezolanos, básicamente, mantuvieron un estilo de violencia y conducta militar.
Ellos actuaron entre noviembre de 1993 y junio de 1994, cuando cometieron tres homicidios calificados y al menos siete robos agravados. El grupo logró sustraer más de ¢150 millones.
A otra banda conocida como la de los “italianos”, jefeada por un hombre llamado Mauricio Farrugia, le atribuyeron los asaltos a las sucursales del Banco Nacional de Costa Rica, en Barva y en San Joaquín de Flores, provincia de Heredia, ocurridos el 15 de octubre y 3 de noviembre de 1997, respectivamente. Además, se le responsabiliza del robo de un auto en San José a punta de arma.
A Farrugia se le condenó a 59 años de prisión. AvanceUna de las entidades que más avance ha demostrado en la adopción de medidas de seguridad es el Banco Nacional de Costa Rica, precisó el OIJ.
Desde las oficinas centrales en San José, está en capacidad de observar qué está pasando en todas sus agencias con un modernísimo sistema de vigilancia por circuito cerrado.
“Los delincuentes aún no han salido del banco cuando ya son detectados e, incluso, identificados”, se agregó. Roberto Méndez, jefe de seguridad de ese banco, prefirió no ahondar en detalles por razones obvias.
El funcionario exaltó la velocidad de reacción que ha adquirido la Fuerza Pública en atender una alarma bancaria y, casi sobre la marcha, a establecer un plan de contingencia.
Asaltantes por todos lados
Un total de 135 asaltantes han sido detenidos durante los últimos cinco años, como responsables de los 45 asaltos que le han ocasionado pérdidas a los bancos estatales y privados por ¢686.365.324, según estadísticas de la Oficina de Planes y Operaciones (OPO) y la Unidad de Análisis Criminal (UAC) del OIJ.
El asalto más cuantioso tuvo lugar el 23 de junio del año pasado, cuando dos costarricenses irrumpieron en la sucursal del Banco Popular y de Desarrollo Comunal en Desamparados, de donde robaron ¢63 millones.
Ese es uno de los casos que ya fueron esclarecidos por el OIJ.
En segundo lugar figura un atraco por ¢58 millones, cometido el 17 de febrero de 1999 contra la agencia del Banco Crédito Agrícola de Cartago, en Pavas.
Ahí participaron cuatro costarricenses, un colombiano y un nicaragüense.
El tercer asalto más cuantioso ocurrió el 18 de setiembre del 2002 contra la sucursal del Banco Popular y de Desarrollo Comunal en San Francisco de Dos Ríos.
El caso aún está bajo investigación.
La entidad bancaria más golpeada por el hampa es el Banco Crédito de Cartago con 11 casos.
Luego, le siguen el Banco de Costa Rica y el Popular, con nueve y ocho, respectivamente.
Aún intranquilos
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Johnny Zúñiga Corrales 30 años, taxista y vecino de Vázquez de Coronado: “La ciudadanía se muestra intranquila. Yo lo veo en mi trabajo, la gente hace sus compras y casi, de inmediato, buscan un taxi para regresar a sus casas. No observo un mayor cambio”. José RIVERA/Al Día
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Rafael Ángel Morales Monge 54 años, abogado y vecino- de Montelimar, Guadalupe): “No puedo decir que haya un aumento de la presencia policial en las calles. El panorama es el mismo. Uno sale a hacer sus compras y apenas termina sale corriendo al parqueo a buscar el carro para sentirse protegido”. José RIVERA/Al Día
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Édgar Durán Rodríguez Vecino de San José y trabaja para la empresa privada: “En honor a la verdad, sí he notado una mayor presencia policial en las calles de San José. Soy de la opinión de que el Ministerio de Seguridad Pública intenta cumplir con lo anunciado. Ahora, habrá que ver si la gente se siente más segura”. Allen CAMPOS/Al Día
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