Sábado 4 de diciembre, 2004. San José, Costa Rica.


Luis Miguel en concierto... Luis Miguel en concierto... Luis Miguel en concierto... Luis Miguel en concierto...

Campeonato Nacional 2004-2005


 

Imágenes del concierto...

Foto Principal: 863528
Empeño de verdad
El miércoles, estos niños recibían clases de Lengua y Cultura Guaymí en una de las dos aulas de su escuela.
Rafael PACHECO/Al Día

Los niños guaymíes sueñan

Indígenas llenos de carencias

Sylvia ALVARADO MARENCO

54 piecitos descalzos se dirigen diariamente a la “Dirijwe” o escuela de Alto Guaymí, en Punta Burica, frontera con Panamá. Los 27 pequeños cargan su único cuaderno en bolsas de arroz. Nunca llevan merienda en la lonchera y, algunas veces, tampoco en el estómago.

Todos esperan contar el próximo año con telesecundaria para perseguir sus sueños como lo hizo su maestro, Benancio Guerra. Él les ha demostrado que se puede vencer a la adversidad, aunque vivan en un lugar clavado en el monte, donde no hay médicos, ni pulperías, ni trabajo.

Un lugar dibujado en el mapa de Costa Rica, que, sin embargo, solo es recordado en febrero cada cuatro años, cuando un helicóptero aterriza cargado con papeletas electorales.

El hoy maestro, cuando era un niño, caminaba varias horas para ir a la escuela más cercana, y, durante 5 años, durmió en una bodega del colegio de Ciudad Neily. Pudo haber continuado trabajando como policía, pero prefirió volver al lugar donde nació y fundar una escuela.

Ahora también es enfermero, inyecta suero, corta cordones umbilicales y organiza el traslado de los enfermos, a 4 horas a caballo, hasta el hospital de Puerto Armuelles en Panamá.

Guerra logró que sus chiquillos lideren el campeonato de fútbol, “interescolar e intermontañoso”. Les enseñó que jugar en equipo no depende de vestir el mismo uniforme, que se pueden atajar bolas con las puras manos, meter golazos sin tacos y convertirse en campeones sin recibir un trofeo.

Cada jueves, con una computadora portátil donada por Intel, les enseña a domar las teclas y el “mouse” para que un día aprendan a conocerlas como conocen los trillos y riscos de la montaña, a lomos de un caballo o caminando con sus piecitos descalzos, curtidos por el barro, el olvido y la pobreza.

Si usted quiere ayudar a estos niños y a su escuela, puede llamar a los teléfonos 247-4652 ó 247-4647, con Sylvia Alvarado.

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