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Nicoya: no a cacería silvestre Julio PEÑA, corresponsal
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Nicoya - La Sala IV acogió un recurso de amparo para que dos decretos que regulan la caza menor y mayor y varios artículos de una ley de vida silvestre, sean declarados inconstitucionales.
El recurso fue presentado por el Defensor de los Habitantes, José Manuel Echandi, y por el ciudadano Dennis Janik. Mientras la Sala resuelve, se suspenden los permisos para esas actividades.
Echandi y Janik adujeron que sin basarse en estudios científicos previos, y a pesar de que se sabe que el Estado no puede ejercer una vigilancia estricta, se definen reglas para practicar la cacería de especies silvestres.
Asimismo, recalcaron que los artículos de la Ley de Conservación de la Vida Silvestre permiten la práctica de la caza con fines de entretenimiento. Insistieron en que permitir la cacería de especies silvestres en condiciones que dictan esas normas, pone en peligro el ambiente y el equilibrio ecológico.
Ambos sostuvieron que las normas impugnadas fueron emitidas con el criterio de que la caza deportiva y recreativa reducirá la sobrepoblación de especies y ayudará a que estas aprovechen mejor el espacio y los alimentos.
El Defensor argumentó que “no hay ningún registro de la cantidad de piezas cazadas”, por lo que es incorrecto dividir al país en áreas de caza que no responden a la verdadera distribución de especies. Janik y Echandi también reclaman por el uso de técnicas y condiciones dañinas al ambiente con la caza, como la cacería con perros.
Existe el inconveniente, agregaron, de que estos animales pueden diseminar enfermedades en los ecosistemas de las especies silvestres y no reconocen dónde se inicia una reserva, por lo que la persecución de una presa puede terminar dentro de ellas.
“Los perros tampoco discriminan los animales que persiguen por edad o sexo”, recalcaron. También reclamaron contra la caza de jilgueros.
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