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Trigo Maduro
Seguridad vial Monseñor Román Arrieta
Arzobispo Emérito de San José
La seguridad vial, tema tan importante que siempre nos preocupa a los costarricenses, interesa profundamente a la Iglesia, pues una de las principales obligaciones que nos impone el Quinto Mandamiento de la Ley de Dios es respetar y defender toda vida humana, y, en el caso concreto, la de los que viajen en vehículos y la de los peatones.
Ello me mueve a pedir a todos los costarricenses 10 cosas y actitudes que, si todos las observáramos responsablemente, reducirían drásticamente los accidentes de tránsito y el inmenso dolor que embarga a las familias cuando, por causa de ellos, pierden a alguno de sus seres queridos.
1- Cuiden que su vehículo se encuentre siempre en perfectas condiciones, especialmente los sistemas de frenado, dirección y luces.
2- Respeten fielmente las leyes de tránsito, cosa que vale no solo para los conductores, sino también para los peatones. Frente a un semáforo en rojo, tanto los automovilistas como los peatones debemos detenernos, ya que, por pretender ganar un segundo, podemos perder la vida o quitársela a alguno de nuestros semejantes.
3- Que se use siempre el cinturón de seguridad. La experiencia enseña que, gracias a él, muchas vidas se pueden salvar cuando ocurre un accidente, cosa que sucede cuando menos lo esperamos.
4- Que nunca se abuse del licor, pero mucho menos cuando hay que manejar.
5- Que ningún conductor se distraiga cuando está manejando y que nadie, tampoco, distraiga al conductor. Distraerse, aunque sea una fracción de segundo, cuando se está al volante, es lo que frecuentemente ocasiona accidentes de trágicas consecuencias.
6- Que abramos bien los ojos, reduzcamos la velocidad y tomemos toda clase de precauciones, especialmente a la hora de pasar con nuestro vehículo frente a escuelas, colegios, iglesias y fábricas.
7- Que no se abuse jamás de la velocidad y que ningún conductor acerque demasiado su vehículo al que lo antecede, pues, si hay que frenar de improviso, el choque será inevitable.
8- Que no se raye en curvas ni remontando cuestas que impidan ver los vehículos que eventualmente vengan en dirección contraria a la nuestra.
9- Que jamás manejemos cuando, por causa del cansancio, lo avanzado de la noche u otra circunstancia, sintamos que el sueño nos domina. Por hacerlo, más de uno ha despertado en la eternidad.
10- Conservar la calma cuando el tráfico en las carreteras esté muy congestionado. En tales circunstancias, pretender avanzar más de lo que es posible, puede resultar mortal.
Si todos cumpliéramos con estas 10 reglas de oro, ¡cuántos accidentes se evitarían, y cómo disminuiría el número de inválidos y muertos por causa de los mismos!
Porque es un deber humano y cristiano a la vez, hagámoslo a partir de este momento, si antes no lo estuviéramos haciendo.
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