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Una asociación ambientalista consideró que el botadero municipal de basura en Naranjo es un desastre ambiental.
Carlos SALAZAR/Al Día
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Exigen cierre de botadero municipal Carlos SALAZAR, corresponsal
Naranjo.- Una asociación ambientalista solicitó ordenar el cierre inmediato del botadero municipal de basura de Naranjo, por posibles daños ambientales al recurso hídrico, suelo, aire, paisaje y biodiversidad.
La denuncia fue puesta ante el Tribunal Ambiental Administrativo por Álvaro Sagot, Director Ejecutivo de la Asociación Palmareña para la Recuperación del Ambiente (APRA), a solicitud de varios vecinos del cantón de Naranjo.
Sagot declaró a este medio que presentó la solicitud ante dicho tribunal contra el Ministerio de Salud y la Municipalidad de Naranjo, "por tener irresponsablemente abierto un botadero de basura como lugar para depositar todos los desechos que son recolectados en el cantón".
El sitio para disponer la basura está funcionando desde hace unas tres décadas. Se ubica en San Rafael de Naranjo, en el sector norte de la ciudad, a unos dos kilómetros.
El abogado ambientalista, en su denuncia, aseveró que el botadero está muy mal manejado, ya que la basura está expuesta, "no existen chimeneas, no hay membranas, hay todo tipo de animales cerca, se está perjudicando la cuenca del río y los lixiviados no reciben tratamiento alguno, por lo que los mantos acuíferos se perjudican".
Por su parte, el Alcalde de Naranjo, Mario Solís, declaró a este medio el sábado, por teléfono, que se está trabajando la basura lo más lejos posible del borde de la quebrada, y que se pusieron estañones para que funcionen como chimeneas para eliminar los gases.
Indicó que Naranjo produce unas 180 toneladas de basura por semana, y se siguen criterios técnicos para desarrollar un buen manejo del relleno, se tapa la basura con tierra, aunque no se construyen fosas para sepultarla.
Solís destacó que un trabajo importante de la Oficina de Recursos Naturales es el programa de educación para tratar, en las escuelas, los desechos sólidos y reciclar para que llegue menos basura al relleno.
Entre tanto, Sagot aseveró que es claro que por escorrentía también existe un problema muy serio, pues pendiente abajo del sitio está el cauce de una quebrada, que deposita sus aguas en el río Colorado, tributario del Grande de Tárcoles.
"Estamos hablando de un daño al paisaje, al suelo, al recurso hídrico, al aire, por la contaminación con gases como metano o etano que perjudican la capa de ozono y a la biodiversidad en términos generales", explicó. Sagot criticó también al Ministerio de Salud.
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