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El Arzobispo de San José, monseñor Hugo Barrantes, se refirió a la crisis de la Iglesia Católica en entrevista con Al Día, el viernes a las 5 p.m. en la Curia Metropolitana. Fotos José RIVERA / Al Día
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“Es una prueba, no un fracaso”
Arzobispo de San José habla de crisis en la Iglesia
Gilda GONZÁLEZ / Al Día
Cuando monseñor Hugo Barrantes asumió su cargo como Arzobispo de San José, el 19 de octubre del 2002, aseguró que la Iglesia Católica corría el peligro de quedarse sin alma y que lucharía para fertilizarla, pero la labor no ha sido fácil.
La captura del padre Minor de Jesús Calvo, el 27 de diciembre anterior, investigado por el homicidio de Parmenio Medina, volvió a poner sobre el tapete los cuestionamientos hacia la Iglesia Católica, cierto desencanto de los fieles y la credibilidad de la institución, la que, según encuesta de Unimer de octubre del 2002, ha disminuido.
Como máximo jerarca eclesiástico, Barrantes enfrenta el hecho de que otros presbíteros estén ligados a presunta pedofilia (abuso de menor).
A pesar de este panorama, el Arzobispo no titubea en reiterar que lejos de debilitar a la Iglesia, esta coyuntura la lleva a autointerrogarse y a optar por una renovación interna inmediata.
“La Iglesia es divina, pero está formada por seres humanos. Esto que pasa es una prueba, pero no un fracaso. La Iglesia va a salir adelante. Lo que está ocurriendo nos lleva a un examen de conciencia y a fortalecernos más. Hay que volver a la fe y construir nuestra vida sobre Jesucristo, no sobre los sacerdotes ni el obispo”.
Con un nivel más bajo de la turbulencia que volvió a sacudir a la Iglesia, a finales de diciembre, Barrantes conversó con Al Día, el viernes anterior a las 5 p.m.
Reposado, reflexivo pero firme ante los hechos, Barrantes admitió que la Iglesia Católica ha sido cuestionada, pero se rehúsa a decir que se trate de una crisis profunda.
– ¿Cómo analiza la imagen de la Iglesia?
–La Iglesia estaría en crisis si no se pudiera reaccionar ante estas situaciones que han ocurrido. Sé que la gente se pregunta por qué pasan estas cosas, si el mensaje siempre ha sido de salvación. La Iglesia no solo anuncia una verdad, sino que tiene que ser testigo de esa verdad. Testimonia lo que enseña y eso es lo que se cuestiona. La gente dice: “ustedes enseñan pero ¿dónde está el ejemplo?”.
¿Cuál es la posición ante la captura del padre Calvo?
–Hemos dicho que se aclare el crimen, confiamos completamente en los Tribunales de Justicia. No se puede juzgar por un miembro a toda la colectividad.
–¿Ha hablado con el padre Minor?
–Conversé con él cuando llegué al cargo de Arzobispo. Me pidió que le diera un nombramiento, pero le dije que mientras que no se aclaraba el caso, era mejor que no para que tuviera más libertad a la hora de que lo llamaran.
–¿Ahora preso conversó con él?
–No.
–¿Piensa hacerlo?
–Habrá que ver. Esto puede ser manejado de forma que no traiga ningún beneficio en un posible juicio. Creo que es más prudente estar más al margen.
–¿Alguna vez habló con él de los hechos?
–No, nunca.
–¿La familia de él lo ha buscado?
–Sí. Tiene una hermana religiosa y hemos conversado. Les digo que el Tribunal de Dios sintonice con el tribunal de este mundo y que la verdad real aparezca. Es un caso muy confuso. Jesucristo se corrió un riesgo: funda una Iglesia divina pero con elementos humanos.
–Hay mucho desencanto con lo ocurrido al padre Minor.
– Hubo un error en el pueblo de Dios, un error en el que se cayó y es confundir a Jesucristo con los servidores (sacerdotes). Los mensajeros no son intocables.
– El padre Calvo tuvo un papel protagónico ¿Se excedió la iglesia?
–El fenómeno Minor Calvo cogió de sorpresa a la iglesia jerárquica. No habíamos tomado conciencia que él tiene una personalidad muy especial. Mueve masas y tiene facilidad de comunicación. Esto generó un fenómeno que yo llamo “iglesia electrónica”. Constituyó una especie de iglesia paralela: estaba la jerarquía y estaba el padre Minor. Fue un fenómeno propio de la sociedad. El padre Minor era la Iglesia de Costa Rica. Esto sin culpar a nadie, fue su personalidad potenciada por los medios de comunicación.
–¿Se confundieron los feligreses?
–Sí, pero eso también tiene que manejarlo el sacerdote. Hay que estar insistiendo: no me sigan a mí. Cuando con mi dedo señalo la Luna, quiero que miren la Luna, no el dedo. Nosotros nos quedamos mirando el dedo. En eso hay mucha responsabilidad en el tipo de mensaje que se da. Tiene que estar constantemente recordando que él no es Jesús y que no lo sigan a él. Jesucristo mismo huye del endiosamiento humano.
– ¿Cómo percibe al resto de sacerdotes ante esta situación?
–No he notado desánimo, sí sufrimiento porque es duro. Cuando se cuestiona a un sacerdote se está cuestionando a todos. Los he convocado a que nos unamos y compartamos más.
–¿El padre Calvo se excedió en su papel?
–No puedo hacer un juicio. No sé el tipo de mensaje que usó porque nunca lo oí, pero lo que puedo decir es que la gente lo endiosó. No digo que él sea el culpable...
“No más”
–¿Cómo evitarán que ocurra un fenómeno como radio María?
–Si viéramos ese tipo de cualidades (como las de Calvo) tomaríamos medidas de control. Conocía el fenómeno de iglesia electrónica en otras religiones, no en la Católica. Sustituyen la necesidad de valores y autoridad en seguir a una persona.
–Parte del dinero que se recaudó en radio María llegó a la estructura de la Iglesia...
–Nunca lo entendí bien. La radio María no era la Iglesia, era una empresa privada. En una misa que hicieron, hubo una parte de la colecta que se dio a la Arquidiócesis, no he tenido tiempo de comprobarlo. Pero que hubiera un convenio no me consta y no lo creo.
–¿Otro sacerdote podrá tener una emisora?
–En este momento, de parte mía, no.
–¿Un programa de televisión?
–Tendría que conocer el tipo de mensaje que va a divulgar. Tendría mucho cuidado.
–¿Radio Fides se maneja diferente?
Sí, pertenece a la Arquidiócesis. Tenemos en nuestra mano el manejo, La Paz del Dial es privada, nunca he aprobado una campaña a favor de ella.
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Hacia adelante
“Lo que le pasó a la Iglesia es que una nube se puso delante del Sol, pero el Sol sigue brillando...”, dice monseñor Barrantes.
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“Dios sigue brillando”
Monseñor pide a los fieles que ayuden a fortalecer
Gilda GONZÁLEZ / Al Día
“Lo que le pasó a la Iglesia Católica es que una nube se puso delante del Sol, pero el Sol sigue brillando... Dios sigue brillando”.
Con estas palabras, monseñor Hugo Barrantes, Arzobispo de San José, le pide a los fieles católicos que ayuden a fortalecer a la Iglesia ante las distintas situaciones que se enfrentan.
“Todo esto nos puede purificar. Una crisis o te aplasta o te hace crecer y yo creo que esta crisis nos hará crecer a todos. Hay un grupo de personas que sufre mucho con esto y causa confusión. Siempre habrá escándalos, pero ¡ay de aquel por quien venga el escándalo!”.
El mensaje que envía monseñor Barrantes, es que los feligreses traten de no fijarse tanto en los vasos de barro, sino en los tesoros de la Iglesia.
“Somos portadores de una verdad que se llama Dios. La Iglesia tiene grandes tesoros y si el agua limpia me llega por un tubo medio sucio no es el ideal, pero es agua limpia al fin. La lección es para todos: mayor humildad, reconocer nuestra condición humana, no ser orgullosos ni aparecer prepotentes como si fuéramos más”.
Al ser consultado de si ante los cuestionamientos es difícil enfrentarse a otras iglesias que buscan ganar espacio, Barrantes respondió que todos los colectivos y los gremios saben que es mejor no tirar piedras.
“Cuando uno tiene la casa de vidrio, para qué tener piedras. No he visto a los pastores deshaciéndose en ataques”.
“En medio de toda esta situación, los retos para la Iglesia Católica del país son observar más el seminario, el proceso de elección, de formación (8 años de seminario) y cuando hay dudas fuertes, mejor a tu casa.
“El sacerdote vive obediencia, castidad y pobreza. El Papa dice cuidado (si) por la cantidad de sacerdotes van a sacrificar la calidad”.
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Más ojo
Monseñor Barrantes observará más el proceso de sacerdocio en el Seminario Central, para evaluar y analizar el espíritu y la sexualidad de los aspirantes.
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Pedofilia en
el tapete
Otros cuestionamientos a la Iglesia
Gilda GONZÁLEZ / Al Día
En forma paralela al caso de Minor Calvo, la Iglesia Católica también se ha visto envuelta en cuestionamientos a sacerdotes por pedofilia. Todos estos casos que se investigan en los Tribunales de Justicia, también estarán en manos de un Tribunal Eclesiástico.
El Arzobispo de San José, monseñor Hugo Barrantes, dijo que hay que distinguir el foro eclesiástico con el civil.
“Pueden condenar a un sacerdote en los tribunales, no me obliga a tomar inmediatamente una decisión, pero sí a crear un Tribunal Eclesiástico en caso de que lo condenen por cualquier delito”.
–¿Qué determina ese tribunal?
–Lo que me obliga es a investigar para una posible sanción penal eclesiástica. Se llama “suspensión adivinis”, es suspensión de la celebración de sacramentos. El obispo no lo hace únicamente basado en el juicio de un tribunal, tiene que hacer su propio juicio.
–¿Quiénes conforman ese Tribunal?
–Sacerdotes que yo escojo. Nosotros tenemos ese Tribunal en la Arquidiócesis y la gente tiene acceso. Si la gente cree que tiene un caso y lo acusa, nosotros lo tramitamos.
–¿Es posible evitar esos casos de pedofilia?
–La gente dice qué están haciendo en el seminario. Eso es una patología. Existen normas en los seminarios. Tenemos 3 psicólogos que hacen evaluaciones a los muchachos de su madurez afectiva, su identidad sexual. Para ingresar hacemos entrevistas, observamos el origen de familia, de qué colegio vienen. Si vemos algo que nos cause una duda
– En un mundo globalizado no es fácil manejar el celibato.
–Durante toda la formación, se da un taller sobre madurez afectiva y sexualidad. Se le expone todo lo que significa el celibato, el aspecto de soledad, de renuncia en un contexto como el de hoy, para que el muchacho haga una opción libre. El celibato es un carisma, Dios lo da o no lo da. Supone renuncia a un matrimonio, a la familia pero para optar a otra cosa, servir a la sociedad siendo portador de un mensaje.
–Es muy difícil evitar que un sacerdote deje de cumplir con esa renuncia.
–Puede suceder, pero cuando aquella persona falla al celibato, no tiene vocación, las cosas se complican porque aquella es su opción. Se puede pedir la dispensa, pero el Papa no lo da antes de los 40 años de edad. Cuando no hay vocación, la tragedia es completa. No se pueden evitar los casos, pero la Iglesia sigue creyendo que son mejores las posibilidades de fallar que renunciar al celibato.
–¿Qué medidas han tomado con los sacerdotes investigados por pedofilia?
–Les damos psicólogo para prepararlo para ir al tribunal. No es un apoyo para negar un posible delito, sino para que se prepare.
–¿Con el padre Minor Calvo lo van a hacer?
–Es diferente. Él siempre ha negado y no ha pedido ayuda. Seguimos creyendo en él. Hay un principio que dice que al penitente hay que creer. Tampoco de las cosas internas puede juzgar la Iglesia. Él dice que es inocente, así lo asumimos.
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