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Rafael Ángel Calderón es uno de los que aún mantiene viva la tradición de los zapatos hechos a mano y a la medida. Su taller está en el centro de Ciudad Quesada. Abelardo FONSECA / Al Día
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Zapatos a la medida
Familia sancarleña aún hace calzado a mano
Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA / Al Día
Ciudad Quesada.- Aún la clientela es muy buena. De hecho, unos cuatro pares de zapatos se cortan y arman al día en la zapatería Calderón, ubicada en el centro de Ciudad Quesada.
Los zapatos hechos a mano y a la medida, con rústicas herramientas muy diferentes a las actuales máquinas de confección en masa, todavía están de moda por esta zona.
La familia Calderón se ha encargado de mantener esa moda y perfeccionar día a día el calzado.
El negocio se inició hace más de 30 años con don Arturo Calderón Chaves, quien a pura canfinera se encargaba de cortar el cuero y pegar las partes del zapato.
El negocio fue creciendo y sus hijos se involucraron en el arte del calzado. Actualmente, Rafael Ángel Calderón, uno de sus hijos, mantiene vivo el negocio.
“Todavía a la gente le gusta mucho que uno le haga los zapatos a mano y a la medida. Los buscan mucho para la entrada a clases y muchas personas mayores”, comentó ayer don Rafael, quien no perdía vista de la costura que hacía a un zapato.
Sin duda, una de las mayores atracciones de esta zapatería, única en la zona, son las botas vaqueras, las cuales son muy buscadas por los sancarleños.
“Este tipo de bota y los que llamamos ‘burros’ son muy apetecidos por la gente. En realidad, todos los modelos son difíciles de hacer y llevan su tiempo”, reconoció Calderón.
Zapatillas, modelos casuales, botas vaqueras y muchos otros estilos se mantienen en las vitrinas de esa zapatería.
“Mi papá empezó con todo esto y nos enseñó a coser y pegar zapatos. Ahí empezó todo. Ahora sólo dos hermanos quedamos en este trabajo”, agregó Calderón.
Muchos se detienen a consultar precios, otros a tomarse las medidas. Lo cierto es que el negocio de los zapatos hechos a mano sigue vivo en la zona rural y es aceptado por muchos clientes, según los propietarios de la zapatería Calderón.
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