Martes 3 de febrero, 2004. San José, Costa Rica.



 

Comentario

Federico Picado
TLC Chile-EE. UU., salto productivo

La prensa internacional anuncia que a partir de este mes entra en vigencia el TLC Chile-USA, por lo que los mecanismos y calendarios negociados serán puestos en operación.

Por su contenido, el TLC hace mas hincapié en la liberalización del movimiento de capitales, y se olvida de las condiciones laborales, pone como uno de los principales condicionantes para el trato entre las partes la reducción de los aranceles al margen de las barreras no arancelarias como seria el caso de los subsidios a los productores agrícolas de USA y persigue la protección de algunos productos y tecnologías patentadas del socio mayor.

En esencia, el TLC Chile-USA persigue mas objetivos de orden político que económico, pues en primer lugar la Administración Bush pretende lanzar un mensaje al resto de los países de América del Sur al manifestar su interés en la celebración de tratados bilaterales en contraposición a la posición brasileña de negociar el ALCA de manera conjunta los países de la región. Por otro lado, se pretende generar un blindaje adecuado a la consolidación del modelo económico chileno y su promoción en el área y además que Chile se convierta aun más en una plataforma operativa y de lanzamiento de las transnacionales de USA en los marcos del ALCA.

Una de las consecuencias inmediatas a la firma del TLC fue un aumento en el IVA que ha golpeado a los sectores de ingresos fijos, con la finalidad de preparar a la hacienda publica ante la caída de los ingresos fiscales por la baja o desaparición de aranceles que tendrán las importaciones del mercado de USA, que se estima en algo más de $500 millones. Algunas fuentes oficiales muy optimistas han pronosticado un salto importante en el volumen del intercambio comercial y de inversiones en ambas vías, conforme las reglas del TLC. No obstante, la alegría de los indicadores que se manejan, diversas fuentes de organismos multilaterales y banca internacional cifran el impacto del TLC en algo menos del 1,0% sobre el PIB actual.

El flujo de inversiones sobrepasa en mucho los volúmenes del intercambio comercial real entre los dos países. EEUU es el principal inversionista extranjero en Chile, y representa el 40% del volumen total. Actualmente la gran masa de inversiones, en algo más del 75% va orientada al sector de los servicios, que en esencia no es fuente relevante de divisas por su misma naturaleza. Sin necesidad de aplicar el TLC, Chile en consecuencia de la propia evolución interna y del modelo dominante, es una de las economías mas abiertas del mundo. Se puede decir de otra manera que el TLC servirá mas para los intereses del capital norteamericano, pues para Chile es como una especie de poner en blanco y negro la relación vigente. Por los incentivos que genera el TLC es altamente dudoso que las exportaciones chilenas se incrementen de manera sustancial, por lo que la estructura del intercambio no sufrirá grandes cambios.

En términos reales, los beneficios que puedan generarse para los exportadores e importadores chilenos, se pueden considerar dentro del intercambio global, como marginal, en comparación con el dominio y presencia del intercambio comercial en ambas vías, generado por empresas de USA. El exceso de las expectativas planteadas por sectores interesados puede ser contraproducente en términos reales para el sistema político chileno.

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