Cae tico en Pennsilvania
Rodolfo MARTÍN / Al Día
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Un costarricense de apellido Soto, quien en nuestro país enfrenta una causa por corrupción agravada, cayó el miércoles en Pensilvania, Estados Unidos, a causa de una orden de captura internacional, con fines de extradición.
Esa orden la tramitó el Juzgado Penal de Hatillo, confirmaron fuentes de la Policía Internacional (INTERPOL).
El prófugo, acompañado de su defensor, comparecerá mañana ante un juez estadounidense quien, de manera oficial, le informará sobre esa gestión, corroboró ayer Alejandro Cedeño, cónsul de Costa Rica en Washington.
La orden la extendió la jueza Martha Rosa Sequeira.
A Soto se le acusa de abusar, supuestamente, de su hija de 4 años desde que tenía 6 meses, según el expediente judicial.
La denuncia la puso la mamá de la niña y excompañera sentimental de Soto, el 6 de octubre de 1995.
“Una discrepancia, de tipo sentimental, fue la que originó todo este asunto. La mamá presentó la denuncia por despecho, luego de que su compañero rompió con ella y le anunció que se iba para los Estados Unidos”, puntualizó ayer Rodrigo Mora Salazar, defensor de Soto en Costa Rica.
Aclaró que su cliente siempre propugnó porque las averiguaciones transcurrieran rápidamente para así aclarar todo en un juicio.
La hipótesis de la quejosa es que Soto habría abusado de la niña en los ratos en que ella se la prestaba al regresar de vacaciones al país.
Inicialmente, hay exámenes médicos-forenses que revelan que la menor presenta el comportamiento de un abuso sexual. Además, la niña le habría revelado la situación a la madre.
A Soto, en los inicios del caso, se le impuso prisión preventiva e impedimento de salida del país.
Sin embargo, un recurso de Hábeas Corpus le devolvió la libertad y eliminó la prohibición de abandonar el país.
Mora aclaró que Soto viajó a los Estados Unidos porque ya vivía allá y debía reintegrarse a su trabajo, y no porque huyera del país.
La captura la hicieron el miércoles los conocidos “Marshalls”, responsables del manejo de prófugos.
La oficina local de INTERPOL, con el apoyo de la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS), inició las averiguaciones hace unos dos años.
Sin embargo, no fue sino hasta marzo y abril de 2003 cuando INTERPOL le pidió a su similar de Washingnton ayuda para localizarlo.
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