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El presidente de la Asociación de Desarrollo de Bajo Tejares, Wílberth Chacón, dijo que con apoyo gubernamental y municipal, la comunidad tendrá opciones para salir de la pobreza.
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Erradicarán precario
Carlos SALAZAR, corresponsal / Al Día
San Ramón.- La Municipalidad de San Ramón donó un terreno de 32 mil metros cuadrados, en Bajo Tejares, para que el Ministerio de Vivienda construya este año 164 casas para familias de escasos recursos.
El acuerdo fue tomado en presencia del ministro de Vivienda, Helio Fallas, la legisladora socialcristiana, Lilliana Salas, el gerente del Banco Hipotecario de la Vivienda (BANHVI), Donald Murillo y el desarrollador del proyecto, Karol Prado, así como unos 50 beneficiarios.
Fallas informó que las casas tendrán dos tamaños, para dos y tres dormitorios, con un costo de ¢2,4 millones y ¢2,6 millones cada una.
De acuerdo con información oficial, el costo total del proyecto rondará los ¢600 millones y se gestionará mediante contratación directa, con financiamiento del banco ELCA, con sucursal en San Ramón.
Prado dijo que las casas tendrán un tamaño de 42 y 50 metros cuadrados, mientras que la urbanización tendrá sus calles, aceras, cordones de caño, alcantarillado para aguas pluviales y sanitario, planta de tratamiento y áreas verdes, entre otras cosas.
“Un sueño”
La legisladora ramonense aseguró que trabajar en la construcción del proyecto “ha sido un sueño de toda mi vida, porque desde niña conozco a toda la gente de Tejares que llegaba a los cafetales de mi papá a trabajar”.
Bajo Tejares fue ocupado por los primeros precaristas a mediados de la década de 1960, y la propiedad fue adquirida hace poco más de 15 años por la Municipalidad de San Ramón.
El regidor Johnny Vega pidió a los habitantes del precario trabajar unidos, para que se les resuelva pronto el problema de vivienda, “ya que en 1998, por culpa de ellos mismos, no se pudo concretar un proyecto similar”.
Según los reglamentos de las instituciones estatales de vivienda, en este caso es conveniente que una sola empresa desarrolle el proyecto, y para eso todos los habitantes del lugar deben firmar un convenio para aprobar su construcción.
Vega, su compañero Mario Ramírez y otros miembros del Concejo, coincidieron en la necesidad de supervisar la obra para que las casas sean de buena calidad y todo se desarrolle con transparencia.
Al respecto, Fallas explicó que el desarrollador sabe que si incumple con las normas exigidas, no será tomado en cuenta para otros proyectos, como ocurrió con algunas empresas en el pasado.
Wílberth Chacón, Presidente de la Asociación de Desarrollo Integral, aseguró que se trabaja con la comunidad, informándola de los trámites que se deben cumplir para obtener vivienda.
Agregó que la mayoría está dispuesta a trabajar a fin de mejorar la calidad de vida, y posteriormente seguir en actividades para dar mantenimiento a las áreas verdes, construir un salón comunal, un centro de salud y hasta una escuela.
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