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Cuestionado nuevamente
Casa Alianza afirmó ayer que luego de una investigación efectuada el fin de semana, en Orotina, se conoció la supuesta aparición de nuevas víctimas del padre Enrique Vásquez.
Foto Ilustrativa/Al Día
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Más denuncias de abusos Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA
Carlos LÁSCAREZ SANTAMARÍA
clascarez@aldia.co.cr
Colaboró Carlos LÁSCAREZ
Ciudad Quesada.- Cuatro casos más de supuestos abusos deshonestos contra menores de edad, presuntamente cometidos por el sacerdote prófugo, Enrique Vásquez Vargas, trascendieron ayer, informó Casa Alianza.
Se trata de cuatro jóvenes de Orotina que, según dicha organización, aseguran haber sido abusados por Vásquez, entre 1990 y 1992, en la Casa Cural de ese cantón alajuelense y en varios viajes a playa Jacó y Puntarenas.
Los jóvenes, que se desempeñaban como monaguillos al momento de los supuestos abusos, afirmaron que el cura los llevó a pasear a la parroquia de Florencia, en San Carlos.
Representantes de Casa Alianza denunciaron ayer, también, una supuesta amenaza de bomba en su contra por las pesquisas en el caso del padre Vásquez.
La organización no descarta que existan más casos de abusos en Orotina, según las manifestaciones de los muchachos entrevistados.
Rocío Rodríguez, abogada de Casa Alianza, aseguró ayer que el sábado anterior salieron hacia Orotina a buscar a los jóvenes, de enre 13 y 14 años, para instarlos a denunciar el hecho.
Esa organización informó que ante el descubrimiento de los nuevos casos en Orotina, a eso de las 6:27 p.m. del sábado, escucharon una amenaza en la contestadora del teléfono de esa organización.
“Con palabras que no voy a repetir por respeto, pero muy vulgarmente, una voz de hombre aseguró que, si continuábamos buscando al padre, iban a poner una bomba en estas instalaciones”, añadió Rodríguez (ver recuadro). UbicaciónAl Día informó la semana pasada que, según investigaciones de la Policía Internacional (INTERPOL) de Honduras, el sacerdote estaría en un pueblo fronterizo de Nicaragua.
Marlon Montano, de la Policía Nacional de Nicaragua, manifestó a este medio que aún no tienen la confirmación oficial de la presencia de Vásquez en ese país.
INTERPOL lo busca desde el 4 de diciembre de 1998, cuando se fugó de Costa Rica, apenas unas horas después de interpuesta una denuncia en su contra por supuestos abusos.
El joven que denunció a Vásquez en 1998 y luego retiró la denuncia tras un pago, aseguró, hace varios días, que sabía de otros casos similares en Orotina, pues era normal que el sacerdote viajara con jóvenes a las playas.
“Además, conozco un caso parecido de una persona que me comentó que había tenido relaciones sexuales con un sacerdote, y que aparentemente tiene SIDA. Deseo que sea examinado por un médico forense”, aseguró la supuesta víctima, el 9 de marzo de 1998, en su declaración ante la fiscal Alba Brenes González.
Raúl Muñoz, abogado de la familia del menor supuestamente abusado por Vásquez, cuya caso se investiga actualmente en la Fiscalía de Ciudad Quesada, aseguró ayer que “éstos son nuevos casos que no tienen nada que ver con el que yo llevo”.
La presidenta ejecutiva del PANI, Rosalía Gil, manifestó ayer que “nosotros no tenemos en Alajuela más denuncias que la hecha en San Carlos, pero sería bueno que estos jóvenes hagan valer sus derechos”, agregó Gil.
Rodeado de amenazas
Los casos de presuntos abusos cometidos por el sacerdote Enrique Vásquez están rodeados de amenazas.
El sábado Casa Alianza, según un mensaje dejado en una contestadora de esa organización, a las 6:27 p.m., fue amenazada por un hombre con hacer estallar una bomba en sus oficinas si no dejaban de perseguir al sacerdote.
A principios de mayo, según publicó Al Día el 24 de ese mes, fue la familia del menor que denunció al prelado quien recibió llamadas amenazadoras también de un hombre. Una bombaEn el caso de Casa Alianza, Bruce Harris, director para América Latina de esa organización, explicó que en la llamada se escuchó una serie de improperios y vulgaridades contra el personal de Casa Alianza, así como la amenaza de muerte si siguen con la búsqueda del padre Vásquez.
“No es la primera vez que recibimos este tipo de amenazas y no nos van a detener”, dijo Harris.
“Las amenazas se dieron después de que nuestro equipo estuvo en la zona pegando afiches con la cara de Vásquez y el número de Casa Alianza”, comentó.
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