Martes 6 de julio, 2004. San José, Costa Rica.


 


 

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Vigilante
Erick Leandro, vecino de San Antonio de Coronado, afirmó ayer, a las 3:30 p.m., que, cuando va a la playa Herradura con su familia, prefiere no bañarse para cuidar a sus hijos, pues no hay salvavidas ni rótulos que indiquen el peligro de esa playa.
Rolando AVILÉS/Al Día

Gran oleaje atrapó a amigas

Mercedes AGÜERO ROJAS

Colaboró Alejandra Madrigal.

La tragedia del sábado en playa Palma, Parrita, donde murieron tres amigas fue producto de un oleaje extraordinario, que persistió hasta ayer.

El fenómeno que no es usual agravó los riesgos comunes en esa y otras playas del país con corrientes que “chupan” a los bañistas, manifestó Omar Lizano, oceanógrafo físico del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad de Costa Rica (CIMAR).

Además:

  • Vidas truncadas
  • Prevén tranquilidad
  • Doloroso adiós en Poás
  • Ese peligro se agrava por la falta de señales preventivas y el atrevimiento de quienes abusan del mar.

    El experto indicó que el fuerte oleaje que arrastró a las jóvenes fue parte de un frente de oleaje de alta energía que se generó en el sur del Océano Pacífico la semana anterior.

    Esta información, no obstante es poco divulgada, reconoció el experto.

    Según informes de la Cruz Roja, de las 391 muertes violentas registradas en los primeros seis meses del año, 46 ocurrieron por accidentes acuáticos. La mitad de éstas se presentaron en el mar.

    La Cruz Roja y Lizano informaron a Al Día sobre las playas de mayor riesgo entre las que destacan:

    - Playa Jacó

    - Playa Hermosa

    - Esterillos

    - Playa Bandera

    - Playa Bonita

    Trampas mortales

    Esas playas son más propensas a recibir influencia de tormentas y vientos, lo cual provoca fuertes oleajes, que son alimentados muchas veces por las mareas y las llamadas corrientes de resaca.

    Según autoridades, estas trampas mortales son responsables de la mayor parte de los ahogamientos en el mar.

    Hasta el nadador más experto puede ser arrasado por estos torrentes, que consisten en una corriente superficial de agua que se dirige mar adentro, a gran velocidad, y en sentido contrario a las olas. Arrastra sedimentos que forman manchas grises en el mar.

    El torrente se origina en el rompimiento irregular a lo largo de la cresta de una ola.

    En el Atlántico también se dan corrientes de resaca en playas como Puerto Viejo, Barra de Matina, Cahuita y Playa Bonita, aunque reciben menor influencia de fuertes oleajes.

    En el Pacífico, además, las playas tienen cierta inclinación que facilita el arrastre de las personas mar adentro.

    Rótulos y guardavidas

    El director Nacional de Socorro y Operaciones de la Cruz Roja, Guillermo Arroyo, manifestó que el panorama se agrava por la ausencia de rótulos con información sobre los puntos de las playas y de guardavidas.

    Ni que decir la actitud irresponsable de muchos vacacionistas.

    Se meten al mar ebrios, minutos después de comer, sin saber nadar y no atienden las recomendaciones de vecinos y expertos.

    “En Jacó hemos visto entre 75 y 100 autobuses un fin de semana. Muchas personas cuando vienen por Orotina ya está ebrias y llegan directo al mar”, aseveró Arroyo.

    En esa playa con una extensión de siete kilómetros de largo hay un guardavidas cada 200 metros.

    Debido a las limitaciones de presupuesto solo cubren los fines de semana. Entre semana la playa queda descubierta.

    Información de la Cruz Roja indica que en el país las playas de mayor incidencia en muertes por sumersión son: Jacó, Herradura, Esterillos, Bandera, Palma, Manuel Antonio, Quepos, en el Pacífico Central, mientras que en el Caribe se encuentran, playa Bonita, Vizcaya y Puerto Viejo.


    Vidas truncadas

    Póas de Aserrí despidió ayer a Cinthya Elena Sánchez. Mañana le darán el último adiós a las hermanas Shirley y Kendy Ballestero.

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    Shirley Ballestero Barboza, 21 años.
    Foto Ilustrativa/Al Día
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    Kendy Ballestero Barboza, 14 años.
    Foto Ilustrativa/Al Día
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    Cinthya Elena Sánchez Cerdas, 21 años (mano derecha).
    Foto Ilustrativa/Al Día

    Prevén tranquilidad

    Omar Lizano, oceanógrafo del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad de Costa Rica (UCR), estimó que durante esta semana las condiciones de oleaje, tanto en el Mar Caribe como en el Océano Pacífico, estarán más tranquilas que la semana que recién concluyó.

    El especialista dijo que la formación de un oleaje moderado –ubicado al norte entre Colombia y Venezuela– no tendrá mayor impacto sobre las costas de la provincia de Limón.

    “Se mantendrán, en los próximos cinco días, con condiciones calmas sobre esta región”, explicó.

    Sin embargo, para el viernes se espera una nueva formación de olas, pero habrá que esperar para ver las consecuencias sobre las costas de nuestro país.

    Fin en el Pacífico

    En el lado del Pacífico, ayer concluyó un oleaje denominado de alta energía, generado en el sur Pacífico la semana pasada. Lamentablemente este evento cobró tres vidas la mañana del sábado en Playa Bandera, en Parrita.

    “A partir de mañana (hoy), se inician condiciones de mar calma para toda la costa. Estas son buenas condiciones para los bañistas y malas para el surfing”, aseveró Lizano.

    El experto recalcó que para los próximos días se espera la formación de oleaje 300 millas al sureste del país, pero no tendrá consecuencias.


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    Angustia persiste
    Poás de Aserrí fue ayer, una vez más, escenario de desgarradoras manifestaciones de dolor, especialmente por parte de las amistades de Kendy y Shirley Ballestero.
    Hernberth ARLEY/Al Día

    Doloroso adiós en Poás

    Rodolfo MARTIN

    La angustia no cesa en Poás de Aserrí, la cálida barriada que el sábado pasado perdió a tres de sus muchachas más apreciadas.

    Ayer, a las 11:00 a.m, le dieron el último adiós a Cinthya Elena Sánchez Cerdas, en medio de una conmovedora dora muestra de solidaridad vecinal.

    Minutos más tarde, la casa de don Gerardo Ballestero y doña Anabelle Barboza, comenzaba a abarrotarse de gente, especialmente muchachos, porque estaban por llegar los cuerpos de sus hijas Shirley y Kendy.

    Los ataúdes llegaron a las 3 p.m., para velarlos anoche ahí y ser sepultados hoy, a las 9 a.m.

    “Esta era la casa de mis hijas. Ellas siempre la disfrutaron y estaban orgullosas de su familia. Entonces, ¿para qué ir a velarlas a otro lado? Aunque sea un huevito (la residencia) ellas merecen ser despedidas aquí”, dijo emocionado don Gerardo, un conocido entrenador de tenis nacional.

    A su lado y, con los ojos muy abiertos, permanecía su hijo José Gerardo quien el sábado no vivió la pesadilla porque permanecía en Búfalo, Nueva York, desde hace tres años.

    El mayor de la familia es un avanzado estudiante de la carrera de Negocios Internacionales, en la universidad D' Youngville.

    José Gerardo, después de tres años, tenía programado venir ayer de vacaciones por primera vez.

    “Estaba muy ilusionado con el viaje. Quería disfrutar a mis padres y a mis hermanas, especialmente a Kendy porque sabía que había cambiado mucho”, declaró ayer frente a su casa donde la gente hacía fila para despedir a las hermanas.

    Sin embargo, agregó, tuve que adelantar el viaje y el motivo.

    El sábado compraba los últimos regalos que le traía a sus hermanas cuando le comunicaron su muerte.

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