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Nancy fue recibida en el Juan Santamaría por sus orgullosos padres, Johnny Soto e Ilse Martínez, a quienes acompaña Mariela Hidaldo, de 8 años, ahijada de doña Ilse. Roger BENAVIDES/Al Día
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Segura, coqueta, chineada
Desde niña, Nancy Soto deseaba ser reina de belleza Isaac LOBO ilobo@aldia.co.cr
La pequeña Nancy quería ser como las muchachas de la tele. Como las que caminaban mostrando sus largas piernas y una sonrisa de oreja a oreja. O, al menos, lucir tan bella como su abuelita cuando se pintaba los labios de rojo.
Pero a los 4 años, aunque era la más alta de los niños de su edad– los hijos de los peones de la finca de su madre en Abangares– el tamaño no le ayudaba mucho. Allí todos eran sus compañeros de juego cuando perseguían patos, montaban caballos y o veían pasar el ganado.
Ella quería ser bella: una reina de belleza. Por eso se internó en el cuarto de su abuela, Herminia Gutiérrez, casi cayéndose, porque los zapatos de su mamá, Ilse, le quedaban grandes, y buscó el tesoro.
“Se pasó crema de manos por el pelo, se puso polvos en la cara y se untó la boca de rojo”, recuerda su madre.
Ayer, desde las 8 a.m., ella contó con detalles la historia de la infancia de su hija, quien el martes quedó entre las 10 finalistas del concurso Miss Universo que tuvo su gala final en Quito, Ecuador.
La familia de la “miss” la describe como una joven muy segura de sí misma, coqueta, chineada, que gozaba participando en todas las actividades extra curriculares de la escuela y el colegio, deportista y excelente alumna. En todoDormir poco es el precio a pagar cuando se tiene una hija y una hermana famosa. Y eso le pasó a doña Ilse entre el martes y ayer. Sin embargo, ni doña Ilse ni Jéssica, su otra hija, se negaron a hablar de Nancy.
“Es un mimada, una antojada... Pidió que le compráramos un queque y le voy a dar garbanzos, su comida favorita, junto a las carnes. Es carnívora igual que la mamá”, dice la primera.
Cuando Nancy tenía 5 años la familia Soto Martínez dejó la finca en Abangares y se pasó a vivir a Heredia. Querían darle una educación diferente a las dos hijas.
El prekinder, la preparatoria y el primer grado lo hizo Miss Costa Rica en el colegio Sión, en San José, pero luego la pasaron a la escuelita de San Lorenzo de Flores, donde no tardó en llegar a ser presidenta.
“Le salían muchos novios, porque era una niña muy coqueta”, recuerda la mamá.
Y añade que Nancy fue muy segura, que se metió en cuanta actividad había en la escuela y el colegio, siempre guardando el deseo de ser reina de belleza.
Quizá por eso fue abanderada, bastonera, actriz en obras escolares e integrante del grupo de bailes folclóricos.
La estatura que tenía en la secundaria le sirvió mucho para jugar baloncesto... y siguió desfilando cada 15 de setiembre.
En la ULACIT estudió preescolar, carrera que le permite estar con los niños, su adoración. PopularSu hermana Jéssica, de 20 años, comenta que son muy diferentes. “Nos llevamos bien, aunque tenemos algunas peleas normales”.
Los vecinos describen a Nancy como “sencilla y sincera”.
Hasta el guarda del residencial donde vive, Lucio López, dice quererla mucho. “Es un joven muy popular en el barrio, ella se da a querer”, comenta.
En el seno familiar, a Nancy le inculcaron mucha fe en Dios y en la Virgen.
“Nos llamó la atención al ver que se puso en la banda una medallita de la Virgen de los Ángeles que le regaló su abuela Dora Herrera”, recuerda su madre.
Todos los Soto Martínez y los amigos de Nancy están felices: el sueño se le cumplió en Quito.
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Nancy dijo ayer que pronto volverá a dar clases en Westland School, en Heredia. Róger BENAVIDES/Al Día
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Sueño coronado
Tica sorprendida con su lugar entre semifinalistas Gabriela SOLANO gsolano@aldia.co.cr
“Había descartado que pudiera estar entre las 15 finalistas, pero guardé la esperanza de que sucediera algo así”, cuenta Nancy Soto, Miss Costa Rica, todavía sorprendida por haber quedado como semifinalista en Miss Universo.
Dice que un rosario de cristal, una medalla de la Virgen de Los Ángeles y su gran deseo de triunfar fueron los motores que la impulsaron, la noche del martes, por la pasarela del concurso.
“Cuando nombraron a Costa Rica entre las primeras 15 solo pude darle gracias a Dios. Luego fue una verdadera sorpresa quedar entre las 10 semifinalistas. Pensé que eso sería imposible.”
Ayer, al mediodía dejó Quito, donde se hizo la final del certamen. Llegó a San José a las 4:58 p.m. En el aeropuerto la recibió el Mariachi Guadalupano. Cerca de 20 personas, entre familiares y amigos, la estaban esperando. Algunos de sus alumnos del Westland School también estuvieron allí con carteles de bienvenida.
“Estaba ansiosa por llegar. Estoy muy agradecida por el apoyo que todos me han dado”, dijo.
Desde Alajuela, todos se fueron a la casa familiar, en San Lorenzo de Flores, donde la aguardaban ramos de flores y una buena olla de garbanzos con pollo y cerdo. El compromiso es que hoy, al desayuno, en la mesa habrá gallo pinto.
Ojos brillantesAntes de dejar la capital de Ecuador, la reina de belleza habló con Al Día.
–¿En qué pensó cuando la nombraron?
–Solo pensé: 'Dios, coronaste otro de mis sueños'. Pensaba en lo que estarían viviendo en Costa Rica y si mis padres me estarían viendo...
–¿Qué cree que la favoreció en el encuentro preliminar con los jueces, el jueves?
–Este martes, durante la fiesta posterior a la elección, me encontré con la traductora que me acompañó a la entrevista; ella le dijo a mis tíos (Ana Soto y Luis Loría) que había dado buenas respuestas. Dijo que a los jueces les llamó la atención que me brillaban los ojos al hablar de Costa Rica.
–¿Debió superar algún imprevisto?
–Todo transcurrió normal. Solo que la lista que me entregó Canal 7, en la que me indicaban la ropa que debía llevar, estaba al revés.
–¿El tratamiento para las finalistas es diferente en el momento de ser seleccionadas durante la ceremonia?
–Sí. Antes de que se inicie el certamen dejamos en una bolsa las prendas básicas, zapatos y accesorios que podríamos utilizar si somos llamadas. Y si eso ocurre las chaperonas entran al camerino principal y trasladan la ropa de las finalistas para otro camerino. Se repite lo mismo con las 10 seminifinalistas.
–¿Cuál fue la reacción de la prensa internacional con usted?
–Extraordinaria. Yo no era de las favoritas y, pese a las críticas que recibí, logré un buen lugar, quizá por eso causé gran interés.
El álbum de una reina
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A los 3 años, Nancy sobresalía por su estatura. En la foto familiar aparece con su hermana Jéssica, en la casa de Abangares. Fotos reproducción de Manuel VEGA/Al Día
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25 de diciembre de 1983. Las hermanitas Soto celebraban la Navidad.
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Nancy, de 10 años, frente a su casa, mostrando con orgullo su vestido folclórico.
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Un momento muy especial: su primera comunión, a los 9 años.
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Desde pequeña, la reina fue líder. A los 12 años fue electa presidenta de la escuela Ramón Barrantes, de San Jorenzo.
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El 29 de mayo de 1996 Nancy cumplió 15 años.
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A los 17 años empezó a inclinarse por las fotografías. “Siempre fue coqueta”, dice su mamá.
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¡Qué guapa! Nancy empezó a hacer modelaje a los 20 años.
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