|
La organización Casa Alianza trata de averigüar por qué el padre Enrique Vásquez daba misa en esta iglesia en el pueblo hondureño de Güinope. Cortesía de Casa Alianza/Al Día
|
Vásquez daba misa Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA alvarosanchez@aldia.co.cr
Ciudad Quesada.- ¿Por qué el padre Enrique Vásquez oficiaba misa y daba instrucción a fieles fuera de Costa Rica, si se ha dicho que nadie le había expedido un permiso?
Esa es la pregunta que se hacen en la organización Casa Alianza, al enterarse que este sacerdote es acusado de abusos sexuales en contra de un menor de edad.
El director de Casa Alianza en Honduras, José Manuel Capellín, quien colaboró con la Policía Internacional (INTERPOL) durante el seguimiento que se hizo al sacerdote, aseguró que el prelado daba misa y, además, era muy querido por los habitantes de Güinope, en Honduras, donde estuvo hasta el 8 de marzo.
El único representante de la Iglesia Católica hondureña que se ha pronunciado sobre el caso, es el vicario de Tegucigalpa, Ovidio Rodríguez. Él asegura que todo se trata de una campaña para desprestigiar al Cardenal, Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, quien es uno de los candidatos latinos para sucesor del Papa Juan Pablo II.
Asegura que las informaciones difundidas en Estados Unidos tienden a hacer creer que el Cardenal acogió a una persona que hizo algo malo, es decir, se trata de desprestigiar su labor.
El Norte/Al Día intentó ayer conversar telefónicamente con el Cardenal Rodríguez, quien es el encargado de ubicar a los sacerdotes según la publicación del Dallas Morning News, sin embargo, no fue posible ubicarlo.
Tampoco se pudo conversar con su asesor, Juan López, que en declaraciones al diario estadounidense aseguró también que se intentaba manchar el nombre del Cardenal.
Rodríguez dijo, hace algunos meses durante un seminario de sacerdotes acusados por este tipo de delitos, que “para mí sería una tragedia reducir el papel de pastor o un policía, somos totalmente diferentes. No podemos olvidar que somos pastores, no agentes del FBI y la CIA”.
La historia del sacerdote tico en fuga también fue transmitida a inicios de junio por la cadena londinense BBC, en varios países de Europa y Asia.
Este medio ya había informado de su paradero el 27 de mayo anterior, pues una fuente de la INTERPOL dijo que había huido al enterarse de la presencia policial y que se hacía pasar, en ese país, con varios alias.
Un sacerdote, que prefirió no identificarse, aseguró que cuando un prelado sale del país y desea ejercer debe llevar una autorización y certificación de su Obispo, por lo que en el caso de Vásquez debería haberlo dado Monseñor Ángel San Casimiro.
Ayer se intentó conversar con San Casimiro, pero en su oficina indicaron que se encontraba en Washington, en una reunión de obispos latinoamericanos.
Sin embargo, en entrevistas anteriores, ha asegurado que nunca dio una autorización, pues él mismo no supo cuándo fue que el sacerdote salió del país.
No obstante, San Casimiro dijo al diario estadounidense The Dallas Morning News que Vásquez le reconoció haber abusado del menor.
Supuestamente, San Casimiro le pidió a Vásquez, en una oportunidad, que volviera al país y enfrentara la acusación.
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) interpuso la denuncia contra Vásquez el 4 de diciembre de 1998. No obstante, un día después salió del país, según consta en el expediente del cual tiene copia El Norte/Al Día. “Muy querido”En entrevista telefónica con este medio, el director de Casa Alianza en Honduras, José Manuel Capellín, reconoció ayer que tras visitar el pueblo de Güinope, se determinó que Vásquez era muy querido y participó en actividades organizadas por la Iglesia.
El cura ayudó a formar un centro de entrenamiento para católicos laicos en el departamento de El Paraíso, en Honduras.
Este sacerdote, según comentan en Casa Alianza de Honduras, ayudaba mucho la comunidad, era muy accesible y bastante amable, relata Capellín.
“No somos un órgano investigador pero la gente nos comentó que se relacionaba mucho y era muy activo y joven”, añadió.
Además, oficiaba misa tal y como lo hizo en 1999 cuando estaba en la parroquia de St. Mary en Conneticut, Estados Unidos.
Autoridades de esa iglesia confirmaron que el religioso trabajaba en esa comunidad estadounidense. Sin embargo, cuando se enteraron de que enfrentaba acusaciones legales, lo despidieron. Lo mismo sucedió en Honduras, según la publicación de The Dallas Morning News.
El mismo San Casimiro confirmó a los medios que conversó por teléfono con él en el 2001 y le pidió que volviera al país. En esa oportunidad, estaba en México.
|
El padre Enrique Vásquez durante la celebración de una misa en la iglesia de Güinope, en Honduras, donde estuvo, según las indagaciones, desde agosto del 2003 hasta el 8 de marzo anterior. El Heraldo de Honduras/Al Día
|
Intensa búsqueda
El director de Casa Alianza en Honduras, Juan Manuel Capellín, explicó ayer vía telefónica a El Norte/Al Día que fue desde Costa Rica que se les alertó sobre la presencia del sacerdote costarricense Enrique Vásquez en el pueblo de Güinope, ubicado a hora y media de Tegucigalpa, en Honduras.
Comentó que es un pueblo pequeño, tipo colonial de la zona rural hondureña.
“Recibimos información de que la familia del menor supuestamente abusado estaba preocupada y angustiada por los posibles abusos de este señor. Colaboramos con información para la búsqueda que ejerce la INTERPOL”, manifestó Capillán.
“Teníamos indicios de que la persona estaba en el país y a petición de la familia investigamos y lo logramos ubicar donde los vecinos nos dijeron que había estado. Cuando estuvimos en el lugar, ya había salido del país”, añadió.
El funcionario agregó que no están seguros de que haya salido del país, pues aún continúa la búsqueda por parte de la INTERPOL.
“No somos los encargados de eso, pero es una información que se maneja confidencialmente”, dijo Capillán. VisitaLa periodista del diario El Heraldo de Honduras, Leonarda Andino, viajó ayer a Güinope, en el departamento de El Paraíso de Honduras, a unos 200 kilómetros de Tegucigalpa.
Asegura que encontró una comunidad sorprendida, triste e incrédula por las acusaciones que se lanzan contra el sacerdote tico Enrique Vásquez, quien se encuentra en fuga.
No saben por qué el sacerdote huyó pero tampoco pueden crear las acusaciones que se lanzan contra él.
Aseguran que Vásquez llegó como un forjador de la Iglesia en ese pueblo, alguien que levantó la fe de muchos e, incluso, mejoró la relación entre las personas.
“Yo hablé con bastante gente de la comunidad y aseguran que es una persona que fue a levantar la religión. Era muy cariñosa con los niños, muy entregada al trabajo y visitaba todas las comunidades”, relata la comunicadora.
En esta comunidad rural, de agricultores y casi atrasada al progreso, la periodista asegura que los vecinos comentaron que Vásquez daba misa hasta cinco veces al día, si era necesario.
“Hay gente que me cuenta que no pudo dormir tras la huida del sacerdote. Les extrañó la noticia y están muy consternados. Muchos no duermieron el martes en la noche tras ver la noticia de las acusaciones contra el sacerdote costarricense”, añadió Andino.
|