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Los niños que se atienden en la escuela llegan por referencia de profesionales del Hospital Calderón Guardia.
Foto ilustrativa/Al Día
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Ayuda a tiempo
La escuela Infanto Juvenil busca cuidado integral para los niños Jéssica I. MONTERO SOTO
jessicamontero@aldia.co.cr
Los niños suelen dar problemas cuando ellos los tienen. De tal manera explican los profesionales reunidos en la escuela Infanto Juvenil, del Hospital Calderón Guardia, las causas de los diferentes problemas de aprendizaje que presentan los pequeños.
Ayer, como parte de las celebraciones en la Semana de los Niños y las Niñas, especialistas y maestros de la escuela dieron una demostración de su trabajo, en la explanada frente al centro de salud.
Desde 1978, en esa escuela son atendidos niños calificados como “potencialmente discapacitados” referidos por profesionales por complicaciones físicas o situaciones traumáticas que les provocan dificultades para hablar o aprender.
A partir del año 2005 se hará énfasis en los afectados por problemas puramente emocionales.
“Así podríamos brindar más y mejor apoyo a los niños o jóvenes y a sus familias”, explica Yamileth Camacho, directora de la escuela.
El objetivo, a mediano plazo, es disminuir la deserción escolar. Antes de nacerSe calcula que entre gestación y el nacimiento unos 1.600 pequeños se pueden identificar como propensos a presentar problemas de lenguaje o aprendizaje, por circunstancias específicas de su desarrollo.
Según el doctor Carlos Peña, jefe del servicio de Neonatología del Calderón Guardia, estos datos impulsan el proyecto de crear un centro integrado de prevención, diagnóstico y tratamiento para niños con discapacidades. “Queremos evitar que desarrollen los problemas, y cuando esto no se pueda, darles la atención necesaria para que los superen y puedan desarrollarse correctamente”.
En la actualidad, a la escuela solo pueden asistir los niños que corresponden al campo de alcance del Hospital Calderón Guardia. Los demás son referidos a los centros correspondientes. Cuidado en casaAunque el centro de estas iniciativas es la atención de pequeños entre los 0 y los 6 años, también hay un programa específico para adolescentes. “Abrimos tres grupos de técnicas de estudio para los que tienen dificultades porque no saben cómo estudiar. Tenemos 30 muchachos y hay al menos 40 en espera”, explica Camacho.
Cuando se trata de diagnosticar problemas físicos, todo depende del control médico que los padres faciliten a sus hijos. Pero en el caso de complicaciones psicológicas se puede hacer la diferencia con solo prestar atención a las señales que dan los pequeños.
“A veces es muy difícil identificar una situación de violencia que pueda estar dañando al niño porque nosotros mismos somos víctimas. Para esto se debe poner atención a las observaciones de maestros y otros profesionales, pues muchos padres todavía confunden problemas de aprendizaje con actitudes de vagancia o rebeldía”, explica Camacho.
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