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Mente Sana
Por los demás Erick Quesada
equesadar@racsa.co.cr
A ltruismo significa amor al prójimo, y consiste en el esmero y la complacencia por el bienestar de los demás, sin ninguna otra motivación que el deseo y la satisfacción de servir.
Los seres humanos nacemos con el potencial para desarrollarlo y para disfrutar sus frutos y enseñanzas a lo largo de nuestra vida. Si repasamos algunos momentos importantes de la historia nos daremos cuenta de que muchos de los grandes logros de la humanidad, sea en las áreas del saber, del bienestar común y de los grandes cambios sociales, se debieron a hombres y mujeres que consagraron su vida a los demás. Incluso, olvidando en buena medida su comodidad y hasta sus intereses inmediatos, como en el caso de la Madre Teresa de Calcuta y del Mahatma Gandhi, en la India. La persona altruista experimenta un sentimiento de felicidad y autorrealización en la entrega de sí misma a los demás, convirtiéndose en un privilegio el hecho de ponerse a su disposición para que puedan realizar sus propias posibilidades. Son individuos capaces de tomar conciencia del vínculo, que como seres humanos, les une a quienes les rodean; de la importancia de la solidaridad y del amor. Encuentran en el servicio una forma honesta y productiva de crecer como padres, madres, profesionales, amigos, etc., dándole así un sentido particular a sus vidas.
En la sociedad actual, los valores que se transmiten con mayor frecuencia son los del egoísmo, la competitividad, la discriminación y la intolerancia. Esto hace que desde niños experimentemos en carne propia la violencia en sus diferentes formas y nos orientemos al mismo tiempo hacia la avaricia, la ambición de poder y el individualismo.
Lejos de ser altruistas, nuestras acciones más comunes hacia los demás suelen ser las de criticar, culpar, y discriminar. La mejor forma que tiene un niño de aprender a ser altruista es siguiendo el ejemplo de una persona adulta, y para ésta, el altruismo puede darle un giro significativo a su vida. Comparto con ustedes una frase del psicólogo Alfred Adler: “El individuo que no se interesa por sus semejantes es quien tiene las mayores dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás. De esos individuos surgen los fracasos humanos”.
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