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Rodeado por sus hombres, el líder rebelde haitiano Guy Philippe saludaba desde un vehículo en marcha en un desfile en Puerto Príncipe, tras proclamarse ayer como “jefe militar” de Haití. AP
/Al Día
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Rechazan desarme
Puerto Príncipe, Haití/AFP y AP. La crisis político-militar de Haití volvió a complicarse ayer, luego de que Guy Philippe, jefe de los rebeldes haitianos, anunció que no tiene intención de deponer las armas, “pese a las presiones internacionales”.
“No voy a deponer las armas”, declaró Philippe a la prensa. Washington pidió ayer a los rebeldes que se desarmen y disuelvan, alegando que no tienen ningún papel político tras la salida del poder, el domingo pasado, del renunciante presidente Jean Bertrand Aristide.
El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, recalcó que Washington apoya las discusiones con la oposición democrática haitiana, pero no con “los grupos armados, los restos del antiguo ejército, los escuadrones de la muerte”.
Mientras, unos 200 infantes de marina de Estados Unidos y unos 140 soldados franceses llegaron ayer a Haití. Pero comandantes de ambas fuerzas dijeron que no tenían órdenes de desarmar a los rebeldes. El jefe Philippe se autoproclamó ayer como nuevo “jefe militar” y al parecer se propone transformar a sus combatientes en base del nuevo ejército haitiano.
Flanqueado por otros dirigentes rebeldes, Philippe explicó: “Yo soy el jefe”.
Cuando se le preguntó qué significaba eso, respondió: “El jefe militar”.
Aclaró que no está interesado en la política y que no intenta instalar otra dictadura militar, por lo que está dispuesto a seguir órdenes del presidente interino Boniface Alexandre, presidente de la Corte Suprema que asumió el domingo.
Por su parte, Róger Noriega, secretario de Estado Adjunto para América Latina, advirtió que Philippe “no está en control de nada, salvo de una pandilla de gente desorganizada”.
El papel de Philippe será “menos y menos central en la vida haitiana” a medida que aumente la presencia internacional en Haití, afirmó Noriega ante un comité del Senado estadounidense.
Consultado cuándo sucedería esto, Noriega dijo que en los próximos dos días. “Le hemos enviado este mensaje. Obviamente no lo ha recibido”, sostuvo.
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