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“Es difícil tocar ese tema. Hablar de esa situación es doloroso, porque cuando mi compañero Mario Rodríguez chocó con Danny Ortiz, se escuchó un quejido muy feo”, afirma Johnny Cubero. AFP
/Al Día
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“Yo estaba asustado”
Johnny Cubero, desde Guatemala, narra la tragedia del arquero guatemalteco Danny Ortiz Juan Diego VILLARREAL jvillarreal@aldia.co.cr
Aún le cuesta creer que lo que empezó como una fiesta terminara en tragedia.
El artillero nacional Johhny Cubero, del Comunicaciones de Guatemala, fue el primer jugador en asistir al arquero Danny Ortiz, del Municipal, quien falleció el domingo producto de un choque accidental con el delantero “crema”, Mario Rodríguez.
Cubero todavía está afectado por el momento que vivió y asegura que es su peor experiencia en un campo de juego.
Incluso mayor que una lesión en su pierna derecha, que lo alejó del fútbol por más de año y medio.
Cubero, quien anotó un gol en la victoria de los “cremas” contra los “rojos” del Municipal, recordó la acción trágica, al minuto 78.
Danny hizo un saque largo, Martín Machón rechazó y el balón picó en mediocampo, donde Mario “Loco” Rodríguez corrió en procura de la pelota, con la marca de Selvin Ponciano e Israel Donnis.
Después vino el encontronazo entre Ortiz y Rodríguez, donde ambos cayeron. Incluso Johnny Cubero, quien seguía la acción, también se fue al suelo, a un lado del guardameta.
“Es difícil tocar ese tema. Hablar de esa situación es doloroso, porque cuando mi compañero Mario (Rodríguez) chocó con Ortiz, se escuchó un quejido muy feo.
“Yo seguía la jugada y caí junto al portero. Danny me pedía ayuda, me decía que le faltaba el aire, que no podía respirar y me asusté mucho”, recuerda Cubero.
“Me preocupé y traté de darle asistencia. Le dí aire con mi camiseta y después le levanté las piernas, para ayudarle a la circulación de la sangre.
“Entonces se levantó, pero se volvió a desvanecer, tenía la mirada perdida y le brincaban las piernas, por lo que volví a levantárselas. Yo estaba asustado”. Cruz RojaJohnny, por instantes, guarda silencio y al otro lado del teléfono, en Ciudad de Guatemala, repasa las escenas en su mente, mientras realizaba al mismo tiempo unas gestiones en la embajada tica en ese país.
“A Danny le costaba mucho respirar. Los socorristas de la Cruz Roja ingresaron rápidamente a la gramilla y se lo llevaron. El partido se reanudó, pero no fue lo mismo. Las acciones eran más lentas y todos pensábamos en Ortiz y su salud”, añade el artillero.
“Cuando terminó el juego, inmediatamente fui al camerino de los “rojos” y pregunté por la salud de Danny. Me dijeron que estaba estable y eso me tranquilizó, después de haberlo visto tan mal”.
Johnny añade que una vez que concluyó el juego fue a casa, pero la angustia que había vivido lo tenía intranquilo.
“En la tarde recibí una llamada de un jugador del Municipal y me dijo que Danny había muerto. Fue una impresión muy grande, jamás pensé que eso podría suceder. Me impactó sobremanera, por toda la situación que viví.
“Mi compañero Mario (Rodríguez) está destruido. No podía creer la noticia que le dieron sobre la muerte de Ortiz. Incluso tuvo que inyectarse un medicamento para poder dormir, pues estaba afectado. Algunos fanáticos lo amenazaron de muerte, por lo que tuvo que salir de su casa”.
El artillero tico añade que apenas pudo sobreponerse a la noticia, inmediatamente se puso a las órdenes de la gente del Municipal, para ayudar en todo lo que se pudiera.
“Acá la gente está muy afectada, incluso dieron tres días de duelo nacional. Danny era una persona muy tranquila y querida por la afición, más aún porque actuó con la Selección”, indica Cubero.
“Es difícil creer que una situación así se presente en una cancha. Yo sólo pienso en su familia, sus hijos, su esposa, en toda la gente del Municipal, en lo doloroso que es esta noticia.
“Ahora es cuando las dos aficiones deben unirse y pensar en lo que más conviene al balompié guatemalteco, porque es la única manera de sobreponerse a este dolor”, sentencia Cubero.
Un tipo humilde
El artillero Johnny Cubero recuerda a Danny Ortiz como un jugador humilde, que había logrado cumplir sus metas personales.
“Con él tuve varios encuentros para sesiones de fotos, antes de los clásicos entre Comunicaciones y Municipal.
“Charlamos bastante. Aunque no puedo decir que éramos muy amigos, sí puedo afirmar que era una persona humilde, entregada a su trabajo y devoto de Dios”, comenta Cubero.
“Danny murió haciendo lo que más le gustaba, como era jugar al fútbol y eso al menos puede ser un consuelo para sus familiares”.
Cubero recuerda también que siempre realizó buenas actuaciones con el Municipal y que en los clásicos donde ha participado, él le marcó cuatro goles, incluso en el último compromiso, donde también anotó el también nacional Sergio Morales.
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