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Alejandra Guzmán presentará su nuevo disco en un gran concierto en la ciudad de Los Ángeles el próximo 22 de marzo. “He pasado por momentos fuertes que me deprimen, pero que al mismo tiempo me ayudan a mejorar”, dice.
/Al Día
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“Estoy mejor”
Alejandra Guzmán le dijo a Al Día que piensa dos veces las cosas antes de hacerlas y se ha disciplinado Gabriela SOLANO
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Tras vivir tormentas personales y experimentar choques con la prensa, la intérprete Alejandra Guzmán regresa al medio artístico con una nueva actitud ante la vida.
La mexicana refleja ese cambio en el disco “Lipstick”, el cual saldrá a la venta el 23 de marzo y es más o menos una radiografía de su vida y experiencias. “Siento que volví a ser yo. Ahora pienso dos veces las cosas antes de hacerlas y me he disciplinado”, le confió la “reina de corazones” a Al Día, telefónicamente desde México, el martes. Alejandra reiteró su cariño por Costa Rica y entre risas dijo que “los ticos son el público más chingón que existe. Ya quiero ir para allá”.
La cantante también confesó estar enamorada de su novio, Gerardo Gómez de la Borbolla, y aseguró que que la relación con su hija Frida Sofía –de 12 años– es muy abierta. Ella la acompañó a ponerse un arete en el ombligo. “Me dolió más a mí”. Con ganas de vivir–¿Qué representa para usted este disco llamado “Lipstick”?
–Estoy muy contenta y llena de ganas de hacer cosas con este disco. Volví a tomar clases de canto y ballet, siento que volví a ser yo misma. Es un disco muy bonito en el que procuré escribir mucho, sobre todo cosas positivas y con mensaje.
–¿En cuáles canciones?
–En “Creo en mí”, que es algo que a veces le falta a la gente. En “Tengo derecho a estar mal”, hablo de los errores que he cometido y los cuales puedo repetir. Le digo a la gente que entienda que soy una persona y que tengo derecho a ponerme mal con las situaciones que vivo. He pasado por momentos fuertes que me deprimen, pero que al mismo tiempo me ayudan a mejorar. Traté de canalizar todo eso de una manera alejada de la negatividad.
–Usted escribió la canción “Supersexitada”. ¿Qué mensaje puede traer ese tema?
–Es una canción que nació en inglés y español, algo similar a “Livin la vida loca” de Ricky Martin. Me divierte inventar palabras y me gusta alocarme con la música.
–¿Qué hace vanguardista este álbum?
–Para mí es un disco diferente porque es la primera ocasión en la que hago temas que ofrezcan una fusión entre rock and roll y el sonido electrónico. Quería un álbum más actual y por eso trabajé de nuevo con Desmond Child (antes lo hizo en “Soy”). Después de ese disco, sentía presión por mejorar, por eso nos tomamos el tiempo necesario para hacer “Lipstick”. Desmond me daba la melodía de las canciones y yo le ponía la letra, basándome en mis experiencias personales.
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“Soy una mujer diferente, más madura y centrada cuando tomo una decisión”, asegura la intérprete de 36 años.
/Al Día
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Le escribió a Dios–¿Se acercó a Dios con el tema “Mi luz”?
– “Mi luz” fue la primera canción que elegí para el disco. Me la dio Loris Cerrone, con quien grabé hace 15 años mi primer disco. Él me la cedió y yo acabé escribiéndole a Dios. Su letra es muy espiritual y nunca le había escrito a Él (Dios), pero cuando la mano se mueve solita es por algo. Sé que la gente que la oiga la entenderá, sobre todo si está en un momento en el que desea recuperar algo o a alguien.
–Usted habla de su cambio. ¿En qué consiste?
–Es interno. Mejoré hace tres años cuando hice el primer disco con Desmond Child. Con “Soy” tenía otra actitud ante la vida. Creo que he madurado y aunque sigo siendo “desmadrosa” en el escenario, trato de ser más disciplinada. Ahora pienso dos veces algo antes de hacerlo, cuido más los detalles sobre mi carrera y mis discos.
–¿Cómo se ve reflejado eso en “Lipstick”?
–Me ocupé de elegir la tipografía que se usaría (es gótica). El vestuario que se usó para las fotos es de látex y tuve que viajar a Europa a comprar todo. El vídeo del sencillo (“Lipstick”) lo grabamos en inglés y español con animación en tercera dimensión. Lo incluimos en el disco para que la gente no se lo compre a los piratas.
–¿En qué se está disciplinando?
–Cuando he decidido hacer algo me ha salido bien, pero si me aplico, sale mejor. La diferencia al hacer algo planificado es tener la seguridad de que no te saldrá mal. Esto es lo que quiero lograr, por eso me esfuerzo en mantener un orden en mi vida profesional. Estamos ensayando un espectáculo coreográfico y me gusta disciplinarme en los ensayos, tampoco es que estoy dejando de ser yo (dice riendo).
–¿Qué quiere lograr en este momento de su vida como artista?
–Que mi música le llegue a la gente. Quiero seguir siendo parte del público. Pertenezco a una generación soñadora y quiero alcanzar mis sueños. Como artista, me gustaría grabar un disco con toda la gente que quiero y admiro tanto en inglés como en español. Estoy haciendo lo que me gusta, siento que estoy en lo mío y me llena de satisfacción.
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Alejandra ha seguido los pasos de su padre, el actor y cantante mexicano Enrique Guzmán.
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Rol de madre
–Los artistas suelen vivir una vida de excesos. ¿Los ha dejado en esta etapa de su vida?
–He vivido la vida que he querido, lo que no quiere decir que seguiré igual por siempre. Soy sincera conmigo y el público. He dicho que sí he tomado alcohol y drogas, y es bueno decirlo porque te ayuda a comprender lo que no está bien, como el probar drogas. El rock and roll es una manera de vida, es una vida acelerada y relajada, pero no puedo dejar de vivir así porque desde niña es la que conozco. Nadie es un santo, creo que todos, aunque con profesiones diferentes, tenemos nuestros errores.
–¿Entrará a la casa de “Big Brother” el 14 de marzo?
–Me invitaron, pero no acepté. No me gusta la idea de que me conozcan más, si enseño nalguitas es de manera artística en un escenario, no frente a las cámaras mientras me baño. En la vida hay que tener su técnica hasta para enseñar (dice riendo).
–¿Cómo es la relación con su hija Frida, ahora que es una adolescente de 12 años?
–Somos amigas y yo le explico las cosas de la vida como son. Creo que ella tiene conmigo una mejor relación de la que tuve con mi mamá (Silvia Pinal) a su edad. Es estudiosa y buena, va a clases de piano y ballet ... tiene oído para la música. Sé que no puedo decirle que no haga algo, como ponerse un arete en el ombligo, porque yo tengo uno, así que fui con ella a que se pusiera uno y me dolió más a mí que a ella. Ha visto mi vida con el rollo del alcohol y por eso sabe qué está bien y qué no.
–¿Y cómo está el corazón de Alejandra?
–Estoy contenta, feliz y enamorada. Creo que ya me tocaba. A veces nos agarramos de la greña pero llevamos una buena relación. Me gusta quedarme en casa con él (Gerardo Gómez de la Borbolla) y con mi hija, y ellos se llevan muy bien.
–Imaginó siendo niña que cantaría con su padre (Enrique Guzmán) en el mismo escenario, como lo hizo el año pasado.
–Nunca. Fue maravilloso, es un viejo sabio y ya sabes, siempre quise casarme con mi papá (dice riendo).
Lo adoro, es mi rockero y siempre quise ser como él. Llevamos una buena relación, es cariñoso y celoso. No cualquiera se para frente a él a cantar y hasta a mí me daba pena de las cosas que me decía en el escenario.
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