|
Muchos disfrutan de las mañanas soleadas de Puerto Viejo. El lugar es muy visitado todo el año, aunque en el verano la seducción es especial. /Al Día
|
Refugio veraniego
Puerto Viejo enamora a los turistas con artesanías y su belleza natural Neyssa M. CALVO ACHOY, enviada/ Al Día ncalvo@aldia.co.cr
Puerto Viejo. Las olas rompen con fuerza y llegan como espuma a los pies de quienes admiran en esa playa la grandeza del mar caribeño. El tiempo transcurre sin prisa en Puerto Viejo, Limón, donde la naturaleza hace gala de su esplendor.
Hasta los animales silvestres, como los osos perezosos, salen a recibir un baño de sol sin premura sobre las frágiles ramas de los palmeras. La gente también vive con una contagiosa tranquilidad.
El movimiento está en el comercio. Los restaurantes anuncian con carteles y pizarras sus especialidades, entre las que no pueden faltar los mariscos, las carnes y las pizzas. En la noche, los locales se iluminan con lámparas de papel maché o velas sobre bases de coco, muy acorde con el ambiente caribeño.
|
En el centro de Puerto Viejo, usted encuentra variedad de artículos de playa y hamacas con llamativos colores. /Al Día
|
Arte en la calle
Los artesanos salen con el sol y, a la vista de los vacacionistas, confeccionan collares y pulseras de coco o semillas guanacastecas, entre otros materiales. En un sitio pequeño, pero pintoresco, los artesanos se acomodan en una sombra y empiezan a alardear de su habilidad con las manos.
Los precios varían, así como los diseños de los collares. Eusebio Ramírez, artesano, cuenta que él y su nieta Marjorie fabrican sus productos desde tiempos que no recuerda.
“Se vende poco, pero algo compran. Tenemos diferentes precios. Por ejemplo, los collares van de ¢1.000 hasta ¢8.000. Todo depende del material que se use y cuánto demore su elaboración”, señala Ramírez.
También las hamacas, móviles, máscaras y figuras humanas en madera son parte del menú para el turista.
|
Las máscaras de la comunidad bribri son muy gustadas por los turistas. /Al Día
|
En la Tienda del Mar, en el centro de Puerto Viejo, usted encuentra artículos de madera entre ¢3.500 y ¢4.800. Los móviles con vistosos colores cuestan entre ¢1.500 y ¢6.900.
A pocos metros, en un rancho típico indígena está “El Chante”, con diversidad en pulseras, candelabros en papel maché e instrumentos musicales como maracas y palos de lluvia.
Sergio Vallejo, su propietario, cuenta que hay mucha competencia en la zona, pero se mantiene a flote con trabajo y ofreciendo al público artículos con sello propio. Es decir, que se diferencien del resto.
|
Los trabajos en madera demuestran la habilidad de los artesanos locales. /Al Día
|
Igual criterio tiene Fernando Vergara, colombiano que llegó a la zona hace tres años y tiene un local llamado “Color Caribe”.
Él ofrece artesanías de la comunidad indígena bribri entre $9 y $11,25 o su equivalente en colones. También muestra réplicas del Museo de Oro de Colombia con baños de oro de 24 kilates, así como camisetas con diseños alusivos al paisaje costarricense.
Aunque no todos los turistas llevan un recuerdo a casa, los comerciantes no se preocupan, pues saben que siempre regresarán a Puerto Viejo, a ese refugio donde todos encuentran paz y belleza.
Viaje por el Caribe
El Caribe sur es generoso, y puede darse un recorrido por más de una playa y en corto tiempo. A continuación, algunas que puede visitar tomando como punto de partida Puerto Viejo:
Cocles: A dos kilómetros de Puerto Viejo.
Playa Chiquita: A cuatro kilómetros de Puerto Viejo.
Punta Uva: A seis kilómetros y medio de Puerto Viejo.
Playa Chiquita: A cinco kilómetros de Puerto Viejo.
Manzanillo: A 12 kilómetros de Puerto Viejo. Seguido de Punta Mona, adonde muchos acuden a bucear.
|