 |
Punto de partida
La organización tenía como punto de salida el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría. El tráfico, preferentemente, era hacia los Estados Unidos, ya fuera directamente o a través de Guatemala.
/Al Día
|
Tres años de paciente espera Rodolfo MARTÍN/Al Día
rmartin@aldia.co.cr
Un estudiante de Derecho de 18 años fue la penúltima pieza en caer de una banda dedicada al tráfico internacional de heroína que la Sección de Estupefacientes del OIJ desarticuló el martes antepasado, luego de tres años de pesquisas con el apoyo de la Policía Antidrogas de los Estados Unidos (DEA), la Policía Técnica Judicial de Venezuela (PTJ) y la policía guatemalteca.
La última persona en ser arrestada fue una costarricense de 35 años, quien precisamente le pagó los boletos aéreos, el hotel y los viáticos a este adolescente guatemalteco para que viniera a recoger a nuestro país heroína que debía entregar en los Estados Unidos. El apellido del joven es De La Hoz y el de la tica Quirós, la mujer que, justamente tres años antes, dio origen a la investigación. Final esperado
El epílogo de este caso, con acciones en Costa Rica, Venezuela, Colombia, Guatemala y Estados Unidos, comenzó el 24 de febrero, cuando De La Hoz llegó al Juan Santamaría y se alojó luego en un céntrico hotel capitalino a la espera de la droga.
Quirós lo buscó dos días después cuando llegó con su novio, quien se quedó en el auto mientras ella se reunía con el joven.
Ahí conversaron 20 minutos y le pagó los $500 de los viáticos.
Luego, salieron y fueron al auto donde le entregó las maletas con ropa, donde escondían unos 2,5 kilos de heroína.
De la Hoz salió esa noche de fiesta a un club, de donde se trasladó al hotel y luego al aeropuerto. Ahí fue arrestado por el OIJ.
Los agentes, luego allanaron la casa de Quirós, en Paso Ancho, y la detuvieron. Además, fueron a una segunda vivienda, en Hatillo, también propiedad de Quirós, donde hallaron otra cantidad similar de heroína.
Así, tras tres años de investigaciones caía una mujer que por muchos años había sido de la confianza de poderosos traficantes colombianos. Los orígenesEste caso comenzó en abril del 2001, cuando el OIJ conoce que hay una banda internacional dedicada al trafico de heroína a Nueva York, Estados Unidos.
Los jefes estaban en Colombia, mientras que en nuestro país se almacenaba la droga y buscaban a los “burros”.
Aquí, se oyó, por primera vez, el apellido de Quirós, como también el de otra mujer de apellido Aguilar.
A los pocos días, se supo que dos hombres de apellidos Salazar y Rodríguez y dos mujeres de apellidos Espinoza y Quirós (hermana de la capturada el viernes) quienes iban a Caracas, Venezuela, a recoger droga.
Los ticos salieron el 16 de mayo.
El OIJ coordinó con la PTJ de Venezuela, que los esperó y siguió todo el tiempo.
Ellos, durante los primeros días, salieron por las noches a discotecas. En el día salían a comprar comida y a hacer paseos cortos.
El 20 de mayo fueron a un centro de encomiendas donde recogieron un sobre con dinero, según la PTJ. Al día siguiente, viajaron hasta Maracaibo en bus, donde tras cuatro días de espera, contactaron a dos colombianos, quienes les entregaron unas maletas.
Volvieron a Caracas y al día siguiente, cuando se aprestaban a regresar a Costa Rica, cayeron presos en el aeropuerto.
Ante esto, la banda suspendió sus actividades temporalmente. El 27 de setiembre del 2002 hizo un nuevo intento, pero fueron detenidas dos hermanas de apellido Aguilar, en el Aeropuerto Juan Santamaría, cuando pretendían viajar a Miami.
Tras una nueva espera, el grupo reapareció el 9 de enero. Una vez más, el “burro”, ahora de apellido Zúñiga fue apresado con dos kilos que pretendía llevar a Guatemala.
|
