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Trabajos
Un muro atirantado se construyó en la parte norte del edificio que albergará al supermercado Hipermás, en Escazú, para contener el deslizamiento que afectó el lugar en noviembre del 2003. A la derecha se ve el río Tiribí.
Herbert ARLEY /Al Día
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Construyen muro en Hipermás Mónica UMAÑA D.
monicau@aldia.co.cr
La empresa Inmobiliaria Marginal Este tuvo que invertir alrededor de $2 millones (¢850 millones) para poder continuar con la construcción del edificio donde estaría el Hipermás, en Escazú, que pretende tener listo para el primer trimestre del 2005.
La inversión se hizo en la construcción de un muro atirantado en la parte trasera de la edificación, luego de que en noviembre del 2003 se presentó un deslizamiento en el ala norte del inmueble. Eso obligó a la Corporación Supermercados Unidos (CSU) a suspender la apertura del supermercado, y a la empresa dueña del inmueble a desmontar dos terceras partes de la nave del edificio para excavar y retirar parte del material de relleno que se encontraba ahí.
En esa parte se construirá un sótano que se usará como estacionamiento del supermercado.
“Los trabajos buscan garantizar la seguridad de la estructura. Optamos por un proyecto no convencional: la construcción de un muro atirantado que sostiene el material de relleno, y estamos haciendo la remoción del material deslizado, ya que se debe estabilizar el terreno y los diseños deben adecuarse al nuevo código sísmico”, explicó Rodrigo Calvo, uno de los dueños del edificio.
Según Calvo, el regente ambiental del proyecto, la empresa Geoastec S.A., dijo que los daños ambientales causados tras el deslizamiento son temporales.
“Debemos presentar ante la Secretaría Técnica Ambiental (SETENA) un plan de recuperación ambiental que debe ser aprobado para que se den los permisos y podamos continuar”, señaló.
Calvo dijo también que los trabajos buscan garantizar la seguridad de la estructura y de los visitantes del supermercado. Con la construcción del muro y el sótano se corrigen las fallas del inmueble, y según el funcionario estarían a la espera de los permisos de SETENA y el Colegio de Ingenieros y Arquitectos para continuar con las obras.
Por su parte el Tribunal Ambiental, que investiga los daños causados en esa zona tras el deslizamiento, está a la espera de que el MINAE entregue un informe sobre el tamaño de la pendiente entre la edificación y la margen del río Tiribí.
El deslizamiento de noviembre se dio porque los desarrolladores del proyecto construyeron una cortina de pilotes en la parte trasera del edificio, para darle soporte a los cimientos tras encontrar agrietamientos en el piso. Los pilotes se hicieron perforando el suelo y al mismo tiempo usando agua, lo cual provocó el deslizamiento.
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