Jueves 6 de mayo, 2004. San José, Costa Rica.



 

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Antes de retirarse del fútbol profesional, el sancarleño Jimmy Vargas tiene un último sueño por cumplir: que su equipo saque el resultado el próximo domingo ante Heredia y se quede en Primera División. “Ese es mi principal deseo”, comenta. En la temporada 2000-2001 obtuvo el trofeo por el mejor gol.
Alexánder OTÁROLA/Al Día

El retiro de un ídolo

Dennis SEGURA, corresponsal

Ciudad Quesada.- A sus 20 años, llegó a la Asociación Deportiva San Carlos a cumplir un sueño: ser jugador de la Primera División. En ese entonces, era un joven de baja estatura y muy delgado, pero sus condiciones como futbolista le abrieron paso dentro del equipo.

Jimmy Vargas, el talentoso mediocampista, hoy siente nostalgia al tener que decir adiós al fútbol para dedicarse a su nueva profesión de profesor de educación física.

A sus 34 años, Vargas considera que Dios le ha dado mucho y está muy agradecido por haber acumulado tantos logros, entre ellos, formar una familia con su esposa, Zenia Morera, y sus hijos, Pablo y Diego.

“El fútbol me ha enseñado mucho, me siento como una persona privilegiada, porque tengo muy buenos amigos y el reconocimiento de la gente, gracias a mi carrera”, relata.

Agrega que en los últimos años ha tenido un acercamiento muy profundo con Dios, “me siento fortalecido espiritualmente y trato de encontrar los valores de las personas que están a mi alrededor”.

El jugador sancarleño es hijo de Ahías Vargas y Jovita Hidalgo, quienes viven en Santa Isabel de Río Cuarto.

Infancia difícil

“Pasé momentos difíciles, mis papas no tenían el dinero, para que yo pudiera venir desde Río Cuarto a entrenar y por dicha muchos colaboraron cuando mas lo necesité”, dice.

Además, siempre tiene presente a los entrenadores Freddy Kopper y José Matera, que le dieron la oportunidad de debutar en Primera División.

Kopper, quien fue su entrenador por cinco años, recuerda como Jimmy se escapaba de la casa para ir a entrenar. “Él tenía mucho carisma en la cancha, pero era muy tímido, en ese entonces, sus compañeros le apodaron 'el llorón'”, recuerda el técnico.

Vargas añade que “nunca dejaré el fútbol, seguiré mejengueando con mis amigos, acompañaré a mis hijos que también son futbolistas y también seré el entrenador de la selección cantonal, el fútbol seguirá siendo parte de mi vida”.

Pero ahora tendrá el tiempo para algunos pasatiempos que tiene, como ver la televisión, leer la Biblia e ir a pescar.

Trayectoria

Vargas inició como futbolista en 1990, cuando jugó para San Carlos durante 5 temporadas. En 1995, viajó a Guatemala para integrarse al Xelajú, dirigido por Marvin Rodríguez. Con ese equipo hizo historia en el fútbol chapín, al lograr ser campeones en 1996.

Luego regresó a Costa Rica y jugó dos temporadas para el Cartaginés, antes de volver al cuadro norteño por dos años. En el 2002 jugó con Liberia y para la presente campaña, integró de nuevo las filas sancarleñas.

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