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Las autoridades judiciales de San Ramón se muestran preocupadas por los altos niveles de reincidencia en la venta de drogas en el cantón.
Foto Ilustrativa/Al Día
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Preocupa reincidencia Míldred MARÍN, corresponsal
mimarin@aldia.co.cr
San Ramón.- La reincidencia en la tenencia y venta de drogas, preocupa a las autoridades policiales y judiciales de San Ramón.
El jefe regional del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Melvin Gómez, explicó que muchas personas cumplen su periodo de prisión, salen libres y retoman el negocio.
Agregó que reciben cerca de 10 denuncias al mes, relacionadas con venta de estupefacientes en ciertos barrios por parte de personas que, tras ser detenidos e investigados, se comprueba que al menos la mitad ya han sido procesados anteriormente.
Gómez indicó que es gente acostumbrada a este tipo de vida, lo que demuestra que no les importa ser capturados, ya que vuelven a cometer la infracción, “sin importar que sean adinerados o muy pobres”.
Según un estudio efectuado por la sede de la UCR, en San Ramón, los vendedores se dedican más a la venta de “crack” y marihuana y existe un 3,5 por ciento de población adicta, con edades entre los 14 y 25 años.
Datos del OIJ indican que la venta se da en sitios como los parques de cada comunidad, casas que se convierten en “bunkers” o al estilo pulpería, repartiendo por todo lado.
El funcionario precisó que todos los casos se trabajan, aunque varían en su nivel de complejidad. “A como hay unos que duran dos días en investigación otros son muy lentos y riesgosos”, dijo Gómez.
El OIJ cuenta con una unidad de psicotrópicos a tiempo completo y de los casos que estudia, un 75 por ciento sale positivo.
El Jefe Regional señaló que el proceso de investigación sobre venta de drogas le sale muy caro a la institución, pues algunos ascienden hasta a ¢50 mil.
El jerarca explicó a este medio que una forma muy fácil de detectar la venta de drogas en los cantones de San Ramón, Palmares, Zarcero y Naranjo, es mediante el aumento considerable que se presenta en otros delitos como robos, asaltos y saqueo de casas, entre otros.
“Se nos dispara la delincuencia, crece el problema de inseguridad en las comunidades y aunque tomamos todas las medidas correspondientes, es difícil de controlar”, añadió.
Señaló que actualmente están trabajando muy de cerca con comités y agrupaciones, que “nos avisen sobre movimientos extraños en sus localidades”.
Aunque a algunas personas les da miedo denunciar por temor a represalias, hizo un llamado a todos los ciudadanos a alertar sobre cualquier actividad ilícita.
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