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Caminando
Las autoridades confirmaron que los homicidas de Álvaro Morera Rodríguez entraron y salieron de la casa a pie y en forma tranquila, a pesar del homicidio.
Erick CÓRDOBA/Al Día
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Víctima abrió la puerta Gilda GONZÁLEZ
gigonzalez@aldia.co.cr
Colaboró Carlos LÁSCAREZ
Álvaro Morera Rodríguez, de 57 años, dueño de una fábrica de candelas, asesinado antenoche en su casa en Patarrá, conocía a sus victimarios, presume el OIJ.
“Los homicidas ingresaron a la vivienda tranquilamente y luego, después de disparar, también salieron de forma muy tranquila. No hubo forzamiento de la puerta”, dijo una fuente policial ligada a la investigación.
Lo que hace a las autoridades reforzar las sospechas es que Morera les abrió la puerta de su casa y les permitió ingresar.
Según pesquisas policiales se trata de dos hombres con edades cercanas a los 20 años.
Una vez adentro, Morera discutió con sus homicidas y fue cuando, por razones que aún no se conocen, uno de ellos sacó un arma y le disparó en cuatro ocasiones, dos en el cuello y otros dos en el tórax.
Morera, quien era dueño de La Candelería Patarrá, falleció en el lugar. Tenía 30 años de vivir 300 metros al sur de la plaza de la localidad.
Se presume que lo mataron a quemarropa, ya que se notaba el círculo que deja la pólvora al dispararle, indicaron oficiales de la Fuerza Pública.
A pesar de los esfuerzos policiales, hasta ayer por la tarde las autoridades no habían detenido a alguien como sospechoso.
Un empleado de La Candelería figura como el único testigo de los hechos con el que cuenta la policía.
El testigo se presentó ayer al archivo policial del OIJ para tratar de identificar, entre varios sospechosos, los rostros de los hombres a los que vio entrar a la casa de Morera, poco antes de las 8 p.m.
El homicidio se registró a las 8:05 p.m.
“Es la única persona que nos puede ayudar a llegar hasta los responsables”, dijo la fuente policial.
El asesinato generó conmoción entre los vecinos de Patarrá,
Rosario Gamboa, una de las vecinas, manifestó a Al Día que conocía a don Álvaro desde hacía más de 20 años.
“El hacía todas las candelas del pueblo. Era muy servicial y nunca le negaba un favor a nadie”, manifestó.
La esposa de la víctima, Idalie Bogantes, presume que lo mataron por venganza “o algo personal”.
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