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Escándalo por torturas en Iraq
3:05 p.m. Jueves 07 de mayo del 2004. (AFP) - El escándalo provocado por las denuncias de torturas practicadas por soldados norteamericanos contra prisioneros iraquíes suscita discrepancias internas en la administración Bush.
El caso, que toma cada vez mayor amplitud, y su gestión por el Pentágono, que suscita crecientes interrogantes en Estados Unidos, determinaron que la Casa Blanca dejara entrever que existe cierta inconformidad con el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, considerado uno de los hombres más cercanos al presidente.
El propio George W. Bush dijo este jueves que reprendió a Rumsfeld el lunes por no informarle sobre las fotos en las que aparecen soldados torturando a prisioneros iraquíes, antes de su publicación por la prensa la semana pasada.
"Le dije que debí haber sabido sobre las fotos y el informe" del Pentágono en el que se detallan los abusos llevados a cabo por soldados estadounidenses en la prisión iraquí de Abu Ghraib, dijo Bush en una conferencia de prensa, al referirse a una reunión que mantuvo con Rumsfeld al comenzar la semana.
El propio Bush, sin embargo, se encargó de despejar las dudas y señaló que Rumsfeld subrayó que Rumsfeld permanecerá en su cargo.
"El es una parte importante de mi gabinete y se quedará en mi gabinete", dijo Bush en la conferencia de prensa que concedió junto al rey jordano Abdalá II tras un encuentro de ambos en la Casa Blanca.
Las declaraciones de Bush al mismo tiempo confirman lo publicado por The Washington Post y The New York Times, que tras reseñar el regaño del presidente a Rumsfeld.
El presidente está particularmente contrariado por haberse enterado a través de la prensa sobre la magnitud de las torturas infligidas por las tropas estadounidenses en Iraq, agregó un alto funcionario que se mantuvo en el anonimato y citado por The Washington Post, que el jueves publicó nuevas fotografías que prueban el comportamiento sádico de los militares estadounidenses con los prisioneros. Escenas polémicas Una de esas fotos muestra a una soldado que observa a un iraquí acostado, al que tiene sujeto con una correa.
"El presidente no estaba satisfecho, no estaba contento con la forma en que fue informado de la existencia de esas fotos, y se lo dijo al secretario de Defensa", señaló este alto funcionario a ambos diarios.
Donald Rumsfeld ha sido muy criticado por su gestión de estos casos, revelados el 28 de abril por la cadena de televisión estadounidense CBS, que difundió fotos que muestran a soldados estadounidenses torturando a detenidos en la prisión de Abu Ghraib, cerca de Bagdad.
En el Congreso las críticas se refieren al hecho de que el Pentágono no informó a los legisladores de estos episodios, a pesar de que ya en enero se había iniciado una investigación.
Rumsfeld y otros altos funcionarios del Pentágono, incluido el jefe del estado mayor conjunto, general Richard Myers, serán escuchados el viernes por la comisión de Fuerzas Armadas del Senado.
Pero los reclamos seguramente no pararan allí.
Otros altos funcionarios estadounidenses citados por The Washington Post, que tampoco quisieron que se los identificara, afirman que el secretario de Estado, Colin Powell, buscó en varias reuniones en la Casa Blanca que el Pentágono se ocupara del problema de los detenidos.
"Es algo de lo que Powell se ocupó repetidamente: la necesidad de poner en libertad a tantos detenidos como fuera posible, y de tratar correctamente a quienes están tras las rejas", dijo al Post un alto responsable del departamento de Estado que asistió a las reuniones en la Casa Blanca.
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