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Funerales
Los funerales de Alejandro Castro Castro, asesinado ayer en la madrugada en las afueras de Manolo's, serán hoy en La Rivera de Belén, informaron sus familiares.
Erick CÓRDOBA/Al Día
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Matan a operario tras instigación Rodolfo MARTÍN
rmartin@aldia.co.cr
La Garita, Alajuela.- Un calificado operario de construcción murió ayer de una puñalada en la yugular en Dulce Nombre de La Garita y como sospechoso figura un colombiano, se informó en la Comandancia de Plaza de Alajuela.
La víctima respondía al nombre de Alejandro Castro Castro, de 39 años.
El presunto victimario es de apellido Bedoya, un colombiano de 32 años.
El incidente ocurrió minutos después de la medianoche, al final de un “karaoke” en el conocido centro social Manolo's.
Castro, quien era soltero, murió casi de manera inmediata en las afueras del lugar.
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Alejandro Castro Castro
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Licor e instigaciónLa riña entre Castro y Bedoya, en apariencia, tuvo sus causas en el licor pero, especialmente, en la instigación que medió de parte de un tercero.
Víctima y victimario eran personas pacíficas, según la versión de los familiares del difunto y vecinos de ambos.
Al finalizar el “karaoke”, y cuando los pocos clientes que habían permanecido hasta el final de la actividad ya estaban en las afueras de Manolo's, esta tercera persona comenzó a proferir ofensas en contra de los extranjeros.
Al mismo tiempo, instigaba constantemente a Castro para que hiciera lo mismo.
Ambos son vecinos de un caserío ubicado al lado derecho de la carretera Bernado Soto, cerca del sitio del homicidio.
Bedoya era acompañado por dos amigos adolescentes y un mayor.
Castro, de manera inexplicable para quienes lo conocen, incurrió también en los insultos, por lo que Bedoya comenzó a perder la paciencia.
En cuestión de segundos, sin que nadie pudiera evitarlo, ambos se fueron a las manos y fue en ese momento en que el sudamericano le asestó la puñalada a Castro.
“Todo fue producto del guaro, pero sobre todo, especialmente del 'carbón'. La gota que colmó el vaso fue cuando a “Colombia” (así llaman los vecinos a Bedoya) le comenzaron a mentar la madre una y otra vez. Eso lo sacó de quicio. El había estado muy nostálgico durante los últimos días porque tiene a la madre agonizando en su país, sin poder ir a verla y ¡que le salieran con esos insultos!”, comentó uno de los testigos, quien prefirió no ser identificado.
En el momento de la puñalada, Castro estaba a la entrada del negocio, caminó unos cuantos pasos hacia adelante, se devolvió y se sentó para ya no volverse a levantar.
La Cruz Roja envió ambulancias de los comités de Turrúcares y Alajuela, pero cuando llegaron el paciente había fallecido.
Bedoya, por su parte, salió caminando carretera a Atenas.
Uno de los amigos que estaba con él, salió a buscarlo y lo encontró al lado de un teléfono publico, como a dos kilómétros de distancia.
Ahí, lo subieron a un carro y llamaron a un abogado para ver qué hacían.
En ese momento, llegó la policía y Bedoya se entregó.
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/Al Día
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Buenas personas
El fallecido Alejandro Castro y su presunto victimario, un colombiano de apellido Bedoya, son buenas personas, según la versión de familiares y vecinos.
La víctima fue un calificado y multifacético operario de construcción.
Tenía 39 años, era soltero y anteayer había estado trabajando en la remodelación de una casa en Fátima de Heredia.
Anoche iba a velado en la casa de un familiar en La Rivera de Belén.
Al medio día, la vivienda comenzaba a llenarse con familiares que protagonizaban escenas de dolor.
Bedoya, mientras tanto, había llegado al barrio Dulce Nombre de La Garita, donde una familia costarricense le había dado albergue.
Vivía de “chambas” y todo el dinero que ganaba lo enviaba a Colombia para ayudar al sustento de su madre y una pequeña hija. Aquí no se le conoció familia.
“Aquí no hay nadie que pueda hablar nada malo y mucho menos dar una queja de él. “Colombia” ha sido un gran trabajador y una persona amable y honrada”, dijo una señora que no quiso ser identificada.
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