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Cumplió
Jean Carlo Chacón cumplió bien en el marco florense, pese a que fue llamado a última hora a la titularidad.
Herbert ARLEY/Al Día
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El llanto de Adrián
Faltando 15 minutos para el pitazo inicial se determinó que Jean Carlo Chacón sería el titular Alexander AGUILAR
aleaguilar@aldia.co.cr
El llanto del portero herediano Adrián De Lemos, por rabia e impotencia, se mezcló con la sorpresa y nerviosismo de Jean Carlo Chacón, quien fue el invitado de última hora del primer juego de la final.
Cerca del drama respiraba impaciente el técnico Rónald Mora, en espera de tomar la decisión final sobre el guardameta que jugaría ante Saprissa, pues el titular, De Lemos, no se repuso de una lesión en el tendón posterior de la rodilla derecha, que abrió la puerta para que Jean Carlo fuera ayer el guardián del marco florense.
Verdaderos momentos de angustia vivieron los jugadores y miembros del cuerpo técnico rojiamarillo, pues hasta las 10:45 de la mañana se definió que De Lemos no podría atajar, luego de haber comenzado el calentamiento que por dolor no pudo concluir. SorpresaSin tardar un segundo Jean Carlo llenó de optimismo su mente e igual, sin pensarlo, el tercer guardameta Michael Tommy, quien se disponía a mirar el juego en las gradas, fue llamado para sentarse en el banquillo de los suplentes.
“La lesión me comenzó el lunes pasado cuando estaba entrenando, hice un remate y sentí un jalonazo en la parte de atrás de la rodilla. Tenía la fe de poder jugar, pero en el calentamiento de hoy (ayer) me comenzó a doler muchísimo”, comentó De Lemos, mientras caminaba en la pista del Estadio Nacional rumbo al autobús florense.
Estos momentos de incertidumbre los vivió con similar intensidad su compañero Chacón, “porque minutos antes del comienzo me pidieron que me preparara, ya que yo iba a jugar; en diez minutos tuve que mentalizarme.
En ese instante Adrián estaba llorando con justa razón porque él no quería perderse el juego, ya que es el titular”, comenta Chacón, con desempeño aceptable frente a los morados.
“Cuando me dijeron que yo iba a jugar me dio un poco de susto y sentí un mariposeo en el estomago, pero la ayuda de Dios fue fundamental”, apunta Jean Carlo.
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