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Pasión
Gases rojos y amarillos, globos y serpentinas, dieron más colorido a “La Garra” herediana.
Erick CÓRDOBA/Al Día
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Torbellino de “garra” Gilda GONZÁLEZ
gigonzalez@aldia.co.cr
El frío que dejó la lluviosa noche de sábado en la gradería de sol del Estadio Nacional, fue opacado desde las primeras horas de la mañana de ayer por un torbellino de energía, cantos, golpes de tambor...y pasiones.
No eran muchos, pero se hicieron sentir entre la marea rojiamarilla que cubrió la mayor parte del Estadio Nacional.
Forrados de pies a cabeza con el rojo y el amarillo, los miembros de “La Garra” lanzaron sus energías al cielo para vitorear una, otra y más veces al “team florense”.
Mi camiseta roja sería la número 100, en esa gradería que para el minuto 60 estaba que ardía. Aún con el gol en contra, que abrió el marcador finalmente igualado por los heredianos, los muchachos no bajaron su guardia.
“¡Qué vengaaaaa, que venga el monstruo...que cuando vengaaa lo vamos a mataaaarrr!”. Las gargantas dieron para mucho.
Pocos vieron el encuentro sentados... La verdad, tenían que estar de pie para darle paso al aire en sus pulmones y seguir alentando a los jugadores con su variado repertorio de creativas canciones.
Era una fuerza masiva que antojaba seguirlos, a cualquiera...
Cuando dejé de mirarlos y me observé, yo también estaba de pie con los brazos en alto y siguiendo el coro, mientras festejaba el gol del empate.
El partido estaba desteñido, todos los heredianos esperábamos ganar y hubo muchos silencios, pero “La Garra” nunca dejó solos ni al “Macho” ni a sus muchachos.
Después del empate, mis pies sentían el vaivén de las gradas al ritmo de los tambores. ¡Aquello era una locura!
Pensé unos segundos en mi abuelo, Abel “Ñato” Sandoval, mediocampista del Herediano de 1930 a 1940.
Los saltos ininterrumpidos de una pequeña de al menos 10 años sentada con su madre, muy cerca de “La Garra” y vestida de rojiamarillo, me trajo de vuelta al Nacional.
Los heredianos de sombra y sol estaban de pie pidiendo el segundo gol.
La bola daba en el marco, salía y entraba al área. El “Team Florense” entró en calor y parecía que llegaba el empate, pero el pitazo final dejó a “La Garra” impávida y con sed para la noche del jueves.
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