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Frenado Álvaro Saborío estuvo más enfocado en defender que en atacar. Por eso no realizó ni un solo remate directo. Erick CÓRDOBA/Al Día
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Ataque parejo
Saborío y Herron reflejaron lo reñido de las acciones ofensivas Alexander AGUILAR aleaguilar@aldia.co.cr
La puerta ofensiva no estuvo abierta en el primer duelo de la final ni para uno ni otro. Como muestra las pocas llegadas en ataque que tuvieron dos de los hombres que estaban llamados a sembrar peligro al frente: el morado Álvaro Saborío y el florense Andy Herron.
Ambos acariciaron mínimas opciones de inquietar en la transición defensa - ataque, razón por las que en reiteradas oportunidades se convirtieron en volantes con misiones más defensivas que ofensivas.
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Sin espacios El morado Wálter Centeno se encargó de frenar el ímpetu ofensivo de Andy Herron. Erick CÓRDOBA/Al Día
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Saborío se tuvo que fajar sin balón cuando los florenses trataban de dominar a placer el juego del mediocampo, mientras Herron era fácilmente opacado por el accionar de la zaga morada, que siempre lo absorbió en superioridad numérica.
De ahí que Andy, sobre todo en la segunda parte, jugó recostado sobre la izquierda siendo clave para la amplitud que intentaba el planteamiento táctico rojiamarillo ante la defensa cerrada de los morados.
Al contrario, Saborío, quien fue sustituido por Erick Corrales a los 82 minutos, jugó más sacrificado en defensa, dejando de lado su vocación ofensiva y de oportunismo en el área rival.
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