Perspectivas
La “guerra de palabras” Esteban Cuvardic
Días atrás, un lector mandó una carta al periódico La Nación, en la que afirmaba que algunos medios de comunicación –no dijo cuáles– pusieron a pelear a los jugadores del Herediano y Saprissa, instigando a la violencia.
Hay que respetar la opinión de cada uno, pero en lo personal no estoy de acuerdo.
Que yo sepa, fue Jewisson Bennett –y no los medios– quien golpeó a Douglas Sequeira luego del partido de ida de la final en el Estadio Nacional.
Que yo sepa, los medios no participaron en la gresca que se armó entre integrantes de ambos equipos en ese mismo escenario.
Vamos a ver... si yo veo una película de violencia en la televisión, ¿me están instigando a la violencia? ¿Debo al día siguiente salir a la calle y empezar a golpear o disparar contra alguien? Desde luego que no.
Hay películas de violencia que me gustan, pues son verdaderas obras de arte. Por ejemplo, “El Padrino” (mi favorita hasta el fin de los tiempos). Pero, por supuesto, odio lo que hace la mafia en la vida real.
Si la prensa publica la noticia de un asesinato, ¿me están instigando a hacer lo mismo? Claro que no.
Un día de éstos, mi padre, Dorde, llamó para criticarme por algunas notas que hicimos tras el partido de ida de la final. Dijo que era amarillismo.
Le dije que no estaba de acuerdo. En ningún momento se publicaron insultos.
Recordemos:
a.- Douglas dijo que él no sería capaz de hacer algo parecido a lo de Jewisson.
b.- Hernán Medford señaló que Jewisson quizás pensaba que era Sansón o Mohammed Alí.
c.- Jewisson comentó que Douglas era una “mami” y no era capaz de pelear ni con él mismo.
Ustedes podrán opinar como quieran, pero a mí me hace mucha gracia ese juego de palabras. Le pone “sabor” o “picardía” a la final.
¿Recuerdan a Mohammed Alí, quien era tan genial dentro del cuadrilátero como fuera de él, con su particular “guerra de palabras”?
Alí era muy criticado, decían que era un “bocón”, pero, cuando tenía que boxear, los gimnasios se llenaban a reventar. Simplemente, le ponía sabor a la vida. A veces –no siempre– son necesarios esos personajes.
En fin, estoy totalmente en contra de la violencia. Pero, como periodistas, si el día anterior se produjo una bronca o pleito entre jugadores, hay que preguntarles sobre lo que pasó.
Si quieren contestar, perfecto. Si no, también. Están en su derecho.
Eso sí, ¿se imaginan que nunca hubiera “guerra de palabras”? ¡Qué bostezo! Sin insultos, eso sí.
A no ser, claro, que consideren la palabra “mami” como un insulto.
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