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Otra investigación
Monseñor Hugo Barrantes, Arzobispo de San José, aseguró ayer que no permitirán más casos de abusos en la Iglesia Católica.
Archivo/Al Día
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Separan a sacerdote cuestionado
Dos denuncias por supuestos abusos deshonestos Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA
alvarosanchez@aldia.co.cr
Un sacerdote de apellido Muñoz, de la parroquia de San Francisco de Dos Ríos, fue separado temporalmente de su puesto mientras se le investiga por dos supuestos abusos deshonestos cometidos en contra de menores de edad, según fue denunciado.
Se trata de un niño de 7 años y una menor de 14 años, quienes supuestamente habrían sido víctimas de abuso por parte del prelado, quien lleva cerca de 10 años en esa parroquia.
El religioso fue por algún tiempo subdirector del Eco Católico.
La denuncia del niño fue interpuesta el 22 de abril del 2004 en la Fiscalía de Delitos Sexuales del Primer Circuito Judicial de San José.
En este caso, la madre aseguró anoche a Al Día, que “solo espera que el caso se aclare”.
Ella trabajó durante algún tiempo en esa parroquia, de donde es vecina.
Por el caso de la niña, la denuncia fue presentada hace ocho días y las autoridades judiciales dictaron varias medidas cautelares contra el sacerdote, como firmar cada 15 días, la prohibición de acercarse a testigos y ofendidos, así como el impedimento de salida del país, confirmó la oficina de prensa de la Corte Suprema de Justicia. Investigación adicionalAl Día intentó ayer conocer la versión del Arzobispo de San José, Monseñor Hugo Barrantes o del presidente de la Conferencia Episcopal, Francisco Ulloa, pero no fue posible localizarlos.
Según información de la agencia de noticias AP, el Arzobispo Barrantes expresó ayer que el tribunal arquidiocesano está indagando también los hechos y esperan que las investigaciones judiciales lleguen a descubrir la verdad.
Barrantes instó a los fieles, en el caso de tener alguna denuncia sobre actos de abuso sexual, que la den a conocer ante las autoridades eclesiásticas. Sin impunidadLa presidenta ejecutiva del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), Rosalía Gil, hizo ver anoche su preocupación al enterarse de las denuncias presentadas a la Fiscalía.
“Se necesita una capacitación masiva a los sacerdotes que están formándose. Ya hice a la Iglesia una propuesta para que se haga conciencia sobre lo que significan los abusos sexuales. Es muy importante que no haya impunidad”, señaló Gil a Al Día.
Este caso se une a otros muy sonados, como el del sacerdote Enrique Vásquez Vargas, quien se encuentra en fuga desde diciembre de 1998.
Al Día supo ayer que se encuentra aún en Honduras, bajo la protección de autoridades de la Iglesia Católica. Se le acusa de abusos deshonestos, violación y corrupción de menores.
También es conocido el caso del cura Enrique Delgado, acusado de abusos contra tres menores.
El presidente de la Conferencia Episcopal, José Francisco Ulloa, dijo a Al Día el 17 de agosto anterior que los expedientes de al menos seis sacerdotes cuestionados por abusos deshonestos y otros delitos, serían enviados a el Vaticano en las próximas semanas.
Además, que se crearía una línea exclusiva para que los afectados puedan denunciar casos de este tipo.
“Les pido que denuncien”
La madre de uno de los menores afectados, que prefirió no ser identificada, vecina de San Francisco de Dos Ríos, aseguró que la denuncia contra el prelado la interpuso el 22 de abril anterior.
“Empecé a tener sospechas por las actitudes de mi hijo, sueños en la noche y se orinaba en la cama. Fui a la escuela a hablar con la directora y me alertó de lo que podía estar pasando. Llegamos a la conclusión de que la persona más cercana y, según dibujos que él hacía, era el padre, entonces procedí a denunciar, pues si no era yo iba a ser la directora de la escuela o el PANI”, dijo la madre anoche.
La mujer, quien asegura ahora tiene algunos roces con el resto de los feligreses, afirma que “si hay más casos las personas deben denunciar como hice yo”.
“Yo tomé la decisión de poner la denuncia y si él es culpable deberá pagar y si es inocente, pues que la justicia lo diga”, añadió.
Añadió que la familia de la otra menor de 14 años la buscó a ella para que les ayudara a interponer la denuncia.
“La denuncia de ellas fue hace como ocho días, posterior a la que nosotros pusimos. Pienso que esto no debe quedar impune y se debe investigar al sacerdote”, dijo la madre. Añadió que ella laboraba en la Iglesia, razón por cual sospechó del sacerdote cuando su hijo empezó a cambiar de comportamiento.
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