Sábado 9 de octubre, 2004. San José, Costa Rica.


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Los 18 casos estudiados por afectación de viviendas, a causa de la lluvias en San Ramón, son provocados por el incumplimiento de las normas de construcción en áreas de protección o terrenos inestables, según la Comisión de Emergencias.
Carlos SALAZAR/Al Día

Riesgos en San Ramón

Carlos SALAZAR, corresponsal

San Ramón.- Las familias de escasos recursos que habitan en terrenos inestables, con pendientes de más del 15 por ciento y en zonas de protección, son las más afectadas por los deslizamientos, producto de las lluvias que afectan San Ramón.

Con 18 casos reportados a la Comisión de Emergencias Local, la mayoría de las familias que han reportado daños en sus viviendas, en los últimos tres meses, no tienen el dinero para construir muros de contención o trasladarse a otros sitios seguros a vivir.

Allan Artavia, de la Comisión y jefe de la Oficina Municipal de Recursos Naturales, informó que todos los casos denunciados fueron evaluados por geólogos de la Comisión Nacional de Emergencias.

Explicó que los informes son trasladados a la Municipalidad, Ministerio de Salud y al Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), para que elaboren propuestas de ayuda a los afectados por los deslizamientos de los terrenos.

Artavia afirmó a este medio que los casos conocidos se han registrado en todos los distritos del cantón, donde en el pasado los propietarios no respetaron los retiros de ley de las quebradas o ríos, así como el impedimento de construir en terrenos inestables.

Advertencia

La Comisión Nacional de Emergencia (CNE) llamó la atención a la Municipalidad sobre la preparación de un terreno para construir una urbanización, colindante con la finca de la Sede Regional de la Universidad de Costa Rica (UCR), en San Pedro, a unos dos kilómetros al oeste de la ciudad.

Joanna Méndez, geóloga de la CNE, indicó que en el sitio ya fueron realizados importantes movimientos de tierra, “los cuales consisten principalmente en terraceos y rellenos no compactados”.

Detalló que esos trabajos, junto con la eliminación de la cobertura vegetal y el exceso de erosión fluvial, han dado inicio a la formación de cárcavas, deslizamientos de taludes, así como agrietamientos en el suelo.

Precisó que los movimientos de tierra afectaron directamente el sistema fluvial del sitio, “pues se obstruyó un canal fluvial intermitente (naciente), factor que constitutye un alto riesgo para la integridad de futuras viviendas a construir”.

La CNE recomendó en este caso informar a la Municipalidad sobre diversos trabajos en el terreno, para evitar en el futuro la afectación de las casas, así como dar cuenta de la situación a empresas financieras que respaldan el proyecto.

También elaboró una lista de leyes y reglamentos que se deben acatar como estudios geotécnicos fiables y actualizados, Ley de Aguas, Código Sísmico y nuevas pruebas de infiltración del agua en el terreno, ya que los movimientos de fuerza realizados cambiaron sustancialmente las propiedades.

Méndez recordó que “cualquier anomalía en cuanto a técnicas y normas de construcción queda bajo total responsabilidad de las instituciones que otorgan los permisos, el financiamiento, del ingeniero responsable de la obra y Municipalidad de San Ramón”.

Estudios

De acuerdo con los informes de Méndez a diversas instituciones ramonenses, la mayoría de los casos atendidos por la CNE se deben a la falta de fiscalización de obras, por parte de entidades involucradas.

Destacó que a falta de la aprobación y ejecución del Plan Regulador urbano y Rural de San Ramón, se deben aplicar las normas vigentes para evitar la destrucción de viviendas construidas en sitios cercanos al cauce de quebradas.

Un expediente señala que la vivienda de un hombre de apellido Núñez, en las afueras de la ciudad, “fue construida en una zona compuesta por suelos arcillosos rojizos, al borde de un talud con una inclinación mayor al 20%, en la margen de una de las quebradas sin nombre que atraviesa la zona”.

Para mitigar los daños, Méndez propuso limpiar los sedimentos y basura de la quebrada, impermeabilizar el talud, que la familia esté alerta ante cualquier aparición de más grietas o “reubicarla inmediatamente”.

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