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Imagen ilustrativa/Al Día
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Cultura sexual
Sobre la diversidad Dr. Mauro Fernández
drmauro@icosex.com
A raíz de la columna de la semana anterior hemos recibido muchas preguntas en torno al tema del transvestismo, transexualismo y de la homosexualidad.
La homosexualidad es la inclinación sexual en la cual los individuos prefieren relacionarse con personas de su mismo sexo. La mayoría de los homosexuales no son amanerados, ni disfrutan vistiéndose con prendas del otro sexo, es decir la inmensa mayoría no son transvestistas.
Desde el punto de vista científico, la homosexualidad no se considera una enfermedad sino una preferencia sexual. Por eso desde hace mucho tiempo fue excluida de la clasificación internacional de enfermedades.
Además, no existe ningún método para cambiar las preferencias sexuales, es decir no hay “tratamiento” para que los homosexuales dejen de serlo.
El transvestismo es la expresión de la sexualidad en la cual las personas disfrutan en grado variable de vestirse con prendas del otro sexo. Hay varios tipos de transvestistas: están los transvestistas parciales, aquellos que solo utilizan algunas prendas del otro sexo, casi siempre ocultas (como las prendas íntimas) y los transvestistas totales, quienes utilizan toda su ropa del otro sexo.
El transvestismo permanente se refiere a los individuos que todo el tiempo utilizan ropa del otro sexo, y los transvestistas transitorios que lo hacen solo en ocasiones especiales.
El transexual es la persona que, teniendo un cuerpo biológicamente dotado con características de hombre o de mujer, su mente y su vivencia son del otro sexo.
Son biológicamente hombres pero se sienten mujeres, y viceversa. Hoy se sabe que esto no es producto de alteraciones psicológicas, sino más bien de un problema hormonal, que sucede más o menos en uno de cada 100 mil nacidos.
El transexual vive una vida difícil al sentir que está en el “cuerpo equivocado”, y muchos de ellos optan por las famosas cirugías para cambiar de sexo que, en algunos casos, suelen dar resultado.
Está muy difundida la idea de que los travestís, así como los homosexuales y los transexuales, son personas mentalmente enfermas, con una gran inclinación a cometer delitos sexuales.
Sin embargo todo esto carece de sustento científico.
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