Martes 19 de octubre, 2004. San José, Costa Rica.


Luis Miguel en concierto...

Campeonato Nacional 2004-2005


 

Foto Principal: 830531
Una intoxicación involuntaria, por ejemplo, puede ocurrir en cualquier momento.
Archivo/Al Día

Minutos para vivir

Calma y acciones rápidas pueden salvar personas

Neyssa M. CALVO ACHOY

¿Sabía que un cerebro al cual no le llega oxígeno puede comenzar a morir en cuatro o seis minutos? ¿Y sabía que después de diez minutos los daños son irreparabales?

Por esa razón es necesario actuar con rapidez cuando una emergencia puede afectar la llegada de oxígeno al cerebro.

Esto puede ocurrir por asfixia ocasionada por objetos extraños o alimentos, intoxicaciones, un ataque cardiaco o ahogamiento.

Cada minuto es vital, y especialmente los primeros seis porque, en ese lapso empiezan a morir las neuronas cerebrales.

David Solano, paramédico de la Cruz Roja, dice que si la emergencia ocurre en casa, lo primero que se debe hacer es mantener la calma; luego revisar a la persona afectada para valorar su situación.

Agrega que es necesario despejar el área donde se esta encuentra para poder atenderla mejor.

Después se le debe palmotear en los hombros y hablarle en ambos oídos diciéndole: ¿Se siente bien? ¿Me escucha?

Si no responde es urgente llamar al 9-1-1 o, como segunda opción, a la Cruz Roja local.

Auxilio en casa

Solano dice que ante una emergencia se deben seguir tres pasos básicos: abrir la vía área de la persona afectada, ver si esta respira y constatar que tiene pulso.

¿Cómo se hace? La vía área se abre “apoyando una mano sobre la frente del enfermo, la otra se coloca con los dedos índice y medio sobre el arco de la barbilla”.

“Luego se inclina la cabeza del afectado hacia atrás, pero solo si se ha descartado la posibilidad de un golpe en la cabeza o en el cuello”.

Si se verifica que la víctima no respira se le deben levantar los pies para que la sangre fluya con más facilidad por el tronco y el cerebro.

De ser necesario se debe pasar a la respiración boca a boca una vez cada cinco segundos en el caso de adultos y cada tres segundos en el de niños.

Estas maniobras, añade Solano, aplican para cualquier caso.

En la práctica

Si la emergencia es una obstrucción completa en las vías respiratorias, la víctima –lógicamente– no podrá hablar ni toser; entonces es necesario aplicar la técnica del “abrazo de oso”. Esta consiste en un aumento brusco de presión sobre el tórax para que la persona pueda expulsar el cuerpo extraño.

Si la víctima está consciente, el método se aplica colocando un puño en la boca del estómago y comprimiendo con fuerza, con la otra mano, hacia arriba y hacia atrás. Así aumentará la presión en los pulmones. La maniobra se repite 5 o 6 veces hasta que expulse el objeto. Después se mantiene a la víctima quieta en espera de la ayuda médica.

En el caso de una intoxicación, el efecto del producto puede ser neutralizado dándole a comer al paciente pan quemado o a tomar pastillas de carbón activado disueltas en agua, pero sin dejar de lado la ayuda médica.

Cuando es el corazón el que falla no dude en llamar al 9-1-1 de inmediato o vaya al centro hospitalario más cercano.

Algunos de los indicadores de que podría ocurrir un infarto son dolor en el pecho, molestia en un brazo (o en ambos), en la espalda, el cuello, la mandíbula o el estómago, dificultad para respirar, sudoración o mareo.

Ante cualquier emergencia debe recordarse siempre que cada minuto cuenta y tratar de mantener la calma.

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