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Principales afectados Los pescadores artesanales viven actualmente las limitaciones de la veda, ya que, para la mayoría de ellos, la pesca es la única forma de salir adelante. Ronny SOTO/Al Día
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Veda golpea a Puntarenas
Miles de pescadores Christian CAMPOS Ronny SOTO, corresponsales
Puntarenas - Para la mayoría de pescadores artesanales de Puntarenas, la época de veda es de limitación económica, ya que la pesca es la única fuente de ingresos para centenares de familias.
Y desde el viernes anterior, por disposición del Instituto Costarricense de Pesca (INCOPESCA), está en vigencia una veda en el Golfo de Nicoya.
Este año se establecieron dos períodos: el primero, que comprendió del primero de julio al 31 de agosto, y el segundo, que precisamente arrancó el pasado 15 de octubre y se extenderá hasta el 15 de noviembre.
El área en que se prohíbe la pesca de camarón, curvina, y pescado escama es la zona que va de Punta Torres (zona entre Caldera y Tivives) y Punta Cuchillo (Paquera), incluyendo el interior del Golfo de Nicoya.
Jorge López, director de la terminal pesquera del Barrio El Carmen, comentó que con el propósito de proteger las especies marinas mientras se reproducen, se delimitan tanto las técnicas de captura como la pesca.
“Está vedado el uso del trasmallo, la línea de anzuelos conocida como taiwanesa, y el arrastre del camarón. Solo se permite la pesca de sardina para carnada, la pesca con cuerda de mano, la línea planea que va hasta el fondo con un máximo de 300 anzuelos número 6 y la técnica de línea nasa que se utiliza para agarrar jaivas y cangrejos”, relató.
En el plano biológico, la medida no es solo atinada, sino necesaria, pero en campo social y económico representa dificultades para familias que tienen niños en escuela, pagos que cumplir y la ausencia de su fuente de trabajo.
Así sucede con don Zacarías Ávila, de 60 años de edad. No tiene pensión alguna y su única fuente de ingresos es la venta de pescado que logra hacer después de trabajar 10 horas al día.
“Trabajo con carnada viva, que me regalan los sardineros, pesco por la zona de Caldera, Guayabo, Cedros y Tivives. Mi barquito mide 18 pies y cuando salgo tengo que echarle al motor cuatro galones de gasolina y a veces hasta quedo debiendo, porque lo que se pudo hacer no dio ni para los gastos”, explicó.
Ávila señaló que carece de la licencia de INCOPESCA y por eso, ni él ni su familia reciben el subsidio. El INCOPESCA pagó este año un subsidio, por medio del IMAS, de ¢75 mil, que se entregó a unos 2.200 pescadores a finales de agosto.
En toda el litoral del golfo, hay unos 5 mil pescadores. Dificultades Otro pescador artesanal es don Alberto Sánchez Jirón, de 44 años de edad, quien es el capitán de la panga “Juan Rafael”, propiedad de don Juan Bastos. Sánchez. Él sale a pescar martes y regresa sábado o a veces sale lunes y regresa viernes. Pesca con otro
tripulante más y en ingreso bruto por cada viaje hacen alrededor de ¢80 mil.
“Con los gastos, hay jornadas que nos quedan libres ¢40 mil, cuando nos va bien. De esos, la mitad es para el patrón y la otra mitad es para el tripulante y para mí”, narró.
“La mayoría de la ganancia se la dejan los intermediarios”, lamentó.
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