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Diferencias sustanciales Farid AyaIes Esna
Respecto al recuadro “Visas y tarjetas”, publicado por Al Día, el 17 de octubre, en su revista “Domingo”, aclaro lo siguiente:
Se me involucra en Ia concesión de estatus de refugiado al beisbolista Orlando Hernández, con el expresidente Calderón. Ni gestioné visa alguna, ni concedí estatus, ni estuve involucrado en nada con el señor Calderón. Cuando se me consultó si estaba de acuerdo con que, por razones humanitarias, no se devolviera a Ia Isla a los cubanos, estuve de acuerdo. Hasta ahí mi participación.
El caso de las Tarjetas de Trabajo a los nicaragüenses no es un caso de corrupción, sino de mera legalidad.
En abril de 1997, el Gobierno de Costa Rica, no yo, se comprometió con el de Nicaragua a otorgar hasta 300 mil permisos temporales de trabajo a los nicaragüenses, antes del 31 de octubre de ese año. Como el Ministerio de Trabajo no había cumplido con el compromiso, firmé un Convenio de Cooperación con Fundehca.
Fundehca les hacía el trámite a los nicaragüenses y Ie regalaba Ia Tarjeta al Ministerio. Ni el Gobierno ni el pueblo de Costa Rica incurrieron en gasto alguno. Quienes pagaron el costo del servicio, por debajo del costo real, fueron los nicaragüenses, evitándose los vejámenes de que eran objeto ante las oficinas del Ministerio.
Se me condenó a 4 años, no a 8, en marzo del 2003, y no del 2000, por haber ejecutado un convenio de cooperación, sin costo para el Estado, sin haber sido refrendado por la Contraloría, sin que los nicaragüenses ni su Gobierno se quejaran de algo irregular. Más bien, aplaudieron mi gestión. No se me condenó por recibir dádivas, apropiarme de algo o manejar irregularmente fondos.
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