Miércoles 20 de octubre, 2004. San José, Costa Rica.


Luis Miguel en concierto...

Campeonato Nacional 2004-2005


 

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Inmenso dolor
María Gómez, madre de Amanda Peña (foto inserta), niña que recibió un disparo en la cabeza el sábado pasado, aseguró ayer, a las 3.30 p.m., que todo fue un accidente. “No hubo ninguna intención de agredir a mi hija”, comentó.
Allen CAMPOS/Al Día

Amanda: tragedia y alerta

Ocho menores, víctimas de disparos accidentales

Erick CARVAJAL MORA

Tres velas, un ángel y un dolor inmenso. María Gómez, madre de Amanda Peña, la niña que recibió un disparo accidental en la cabeza por parte de un pariente el sábado, no ha parado de llorar desde aquel terrible momento.

Ayer, las autoridades del Hospital Nacional de Niños oficializaron su fallecimiento, a eso de las 10 a.m. El cuerpo de Amanda regresará a su casa hoy. Esa es la esperanza de sus familiares.

Sin embargo, Amanda espera darle vida a otro niño. Su hígado estaba siendo trasplantado a un menor vecino de Guápiles. “Ese era nuestro principal deseo”, dijo Gómez ayer en la tarde en su casa de habitación en Cedros de Montes de Oca.

Rodolfo Hernández, director del Hospital Nacional de Niños, explicó que la operación se hizo anoche.

Al cierre de edición no se sabía el resultado de esa intervención.

Los “accidentes” con armas de fuego en las casas llevan este año un saldo de cuatro menores muertos y cinco heridos. (Ver recuadro).

“Le pido a los padres que tienen armas en sus casas que las guarden en lugares seguros, fuera del alcance de los niños”, dijo la madre de Amanda.

Érick Karolicki, director de Armas y Explosivos del Ministerio de Seguridad Pública, comentó que algunas personas no siguen las normas de seguridad que deben tener cuando portan un arma.

Además:

  • Accidentes mortales
  • "Cien años no pueden borrar mi dolor"
  • “Los últimos casos demuestran que las armas estaban cerca de los niños, a su alcance, y esto es muy peligroso”, comentó.

    Karolicki señaló que las principales normas de seguridad a seguir es tener el arma en un lugar seguro y bajo llave.

    De igual forma se deben guardar las balas en otro sitio, diferente al sitio donde se encuentra el arma.

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    Amanda Peña/Al Día
    Miles de armas

    Según cifras de esa Dirección del Ministerio de Seguridad Pública, del 2002 a lo que llevamos del 2004, las autoridades han decomisado un total de 2.203 armas.

    “Todas son de diferente calibre”, señaló Karolicki.

    Sin embargo, estudios de Seguridad Pública revelan que más de 300 mil costarricenses portan armas.

    La cifra oficial es de 147 mil inscritas, según Armas y Explosivos de Seguridad Pública.

    Y solamente entre 1989 y 1999 el crecimiento en la tenencia de armas se elevó en un 192,74%.

    Rodolfo Hernández, director del Hospital Nacional de Niños, explicó que las lesiones producidas por un disparo de un arma son variables.

    Van desde un simple rasguño hasta la pérdida de un órgano importante o la amputación de una pierna, brazo y mano.

    Hernández señaló que los accidentes de este tipo, por dicha, no son muy frecuentes.

    “Todos los casos que hemos atendido tienen un común denominador: el descuido”, comentó el director del Hospital Nacional de Niños.

    Hernández dijo que su recomendación es no tener del todo ningún tipo de armas en la casa.

    “Si por alguna razón se deben tener, lo mejor es guardarlas en un lugar fuera del alcance de los niños y de otros adultos”, explicó.

    Ana Yancy Espinoza, experta de la Fundación Arias en el tema de armas en Centroamérica, comentó que el 60% de las víctimas por arma de fuego en Costa Rica, conocían o eran familiares de los agresores.


    Accidentes mortales

    14 de octubre.Moisés Méndez, de 6 años, y Jáinor Elizondo, de 13, recibieron varios impactos de bala, el primero en el abdomen y ambas piernas y el segundo en la pierna izquierda, a la altura de la rodilla, en San Carlos de Pacuarito de Siquirres. Ambos están fuera de peligro. A Elizondo se le enyesó la pierna y Méndez fue operado y se encuentra estable.

    21 de Mayo. Berwin Seyes Salas, un joven de 14 años que recibió una bala en la cabeza de un conocido en Limón, murió en el Hospital Calderón Guardia. El sospechoso de herirlo, un hombre de apellido Navarro –de 20 años– quedó en libertad. La Fiscalía dio crédito a su decir en cuanto a que todo obedeció a un accidente.

    23 de abril. Germain Duarte Rodríguez, de 8 años, recibió un balazo que acabó con su vida. El disparo lo hizo un hermano menor cuando jugaban con una escopeta de su padre, que éste mantenía colgada en una pared. El suceso ocurrió en Aguas Zarcas de La Bomba, Cantón Central de Limón.

    17 de febrero. Doreylin Rojas Rojas y Angie Campos Barrientos, de 10 y 11 años, resultaron heridas de bala, en la Unidad Pedagógica José Rafael Araya Rojas, en La Florida de Tibás. sufrieron lesiones no graves.

    12 de enero. El menor Ángel Joseph Bustos Alfaro, de 6 años, recibió un balazo de una carabina que se le disparó, al parecer por accidente, al esposo de su hermana mayor. El hecho se registró en la vivienda del pequeño en Cartagena de Santa Cruz de Guanacaste. El menor está fuera de peligro.


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    Dolor vivo
    Ligia Rodríguez vive momentos de angustia y dolor porque mañana su hijo, Germain Duarte, cumplirá seis meses de fallecido, tras recibir un impacto de bala con una escopeta en Limón.
    Róger AMORRETTY/Al Día

    "Cien años no pueden borrar mi dolor"

    Álvaro SÁNCHEZ CÖRDOBA

    Ligia Rodríguez no puede contener sus lágrimas. Mañana su hijo cumplirá seis meses de haber fallecido víctima de un accidente con una escopeta, en Aguas Zarcas de La Bomba, en Limón.

    "Nada podrá borrar mi dolor, ni cien años pueden borrar mi dolor por lo que pasamos en la familia y por lo que están pasando mis otros hijos", explicó.

    El 23 de abril pasado, los dos hermanos estaban jugando. Sorpresivamente uno tomó una escopeta que colgaba de una de las paredes de la casa. En un determinado momento, el arma se le disparó y Germain Duarte Rodríguez, de 8 años, recibió un disparo que le arrancó la vida.

    "Nos vinimos de San José para evitar el contacto con las drogas, creímos que aquí viviríamos tranquilos y nos encontramos la tragedia. Un arma que de nada nos servía se nos llevó a un hijo y solo puedo pedirle a las personas que no tengan armas en sus casas.

    Yo sé lo que se siente perder un hijo. Por eso hago llegar mi sincera solidaridad a la familia de la niña que falleció el sábado, porque sé lo que deben estar sufriendo.

    El dolor y el sentimiento de culpa son horribles. Después del accidente mi esposo y yo nos preguntábamos por qué, por qué no la sacamos de la casa, por qué no la vendimos, por qué no la guardamos en otro lugar. Ya era tarde. Por favor, no tengan armas al alcance de los niños, que ellos son muy curiosos", añadió la madre ayer, mientras el hermano de Germain, con un machete, ayudaba a cortar zacate.

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